Por Hugo Lara

Ha hecho de lo barato una virtud y de los excesos del horror y la ciencia-ficción un estilo inconfundible. Y conocerlo en persona resulta toda una experiencia. A sus setenta y nueve años y su 1.90 de altura, se mueve con aplomo enfundado en camisa floreada, todo el tiempo con actitud de un director de cine que, con un amigable modo, da órdenes permanentemente; indica el lugar donde se debe poner la cámara; el escenario donde le place ser fotografiado; la posición de su interlocutor, etcétera.  Roger Corman es un director de tiempo completo. Con cerca de cuatrocientas películas producidas y más de cincuenta dirigidas, este hombre-leyenda es uno de los monstruos del cine independiente, un cineasta que ha influido en generaciones de directores, productores y actores en un rango que comprende desde Francis Ford Coppola a Tim Burton, de Vincent Price a Jack Nicholson. Conversé con él en el marco del Festival de Puerto Vallarta 2005. Estas son sus palabras.

¿A qué se debe tu interés por apoyar nuevos talentos, actores y directores, a lo largo de su carrera?

Hice algo de dinero como productor y director y no sabía realmente como invertirlo, no entendía de acciones ni de bienes raíces ni nada de eso y entonces se me ocurrió hacerlo a través de jóvenes directores que entonces comenzaban en la industria. La primera película que apoyé se llamó Stakeout on Dope Street (1958) que dirigió Irvin Kershner. Fue una experiencia exitosa y eso me animó a seguir adelante. Mi siguiente asistente fue Francis Ford Coppola. Lo apoyé en su cinta Dementia 13 (1963). Y así fue como los jóvenes cineastas comenzaron a buscarme y yo a ellos, y de esa forma pude ayudar a nuevos guionistas, directores y actores.

¿Qué te parece que muchos jóvenes sientan interés en tu cine, después de tantos años?

Me complace mucho que los jóvenes sigan con interés en mis películas después de treinta o cuarenta años. En particular, los jóvenes cineastas que pueden aprender algo de ellas pero que sobre todo pueden añadir cosas nuevas y pueden avanzar más allá y crear algo diferente y original.

¿Alguna vez te sorprendió el éxito que tuvieron tus filmes?

Trabajando con bajos presupuestos siempre busqué que mis películas me dejaran un poco de dinero y, ya muy esperanzadoramente, que obtuviera algo de reconocimiento. Algunas hicieron más dinero del que pensé y otras merecieron más reconocimiento por la creatividad que ahí volcamos. Así que me siento muy gratificado por ello. Por otro lado, debo admitir que hubo varias películas que no funcionaron de ninguno de esos modos (sonríe).

¿Ha cambiado tu percepción de Hollywood a través de los años?

Me parece respetable el trabajo de los grandes estudios. Suelen tener bajo contrato a excelentes fotógrafos y técnicos y eso les permite proveer maravillosas facilidades a los realizadores. En mi caso, prefiero trabajar independientemente porque así tengo total control de la manufactura de mis películas, pero hay otros directores que prefieren ceder una parte del control creativo a cambio de obtener los grandes beneficios que ofrecen los estudios de Hollywood.

¿Has tenido alguna experiencia paranormal durante el rodaje de alguna de tus cintas de horror?

No creo que nadie haya tenido una experiencia paranormal como la mía haciendo películas. Cuando hice El Viaje (The Trip, 1967), una película sobre LCD con Peter Fonda y Dennis Hoper en los sesenta, tomé LCD para investigar sus efectos y eso fue lo más cercano que he estado de un fenómeno paranormal (ríe)

¿Cuál consideras que sean tus mejores películas?

Muchas veces me han preguntado eso y siempre es una lista que cambia. Por ahora, puedo decirte que del género de horror tengo varias, tal vez La máscara de la muerte roja (1964) o The Pit and the Pendulum (1961). Del género de ciencia-ficción, me gusta X: The Man with the X-Ray Eyes (1963), que posee una porción de horror. Me gusta también The Intruder (1962), acerca de la segregación racial en el sur de Estados Unidos. Fue algo que hice en los años sesenta sobre una situación terrible en aquel entonces.

¿Cuál es tu opinión del cine independiente actual?

Creo que el cine independiente de hoy se enfrenta a grandes dificultades. El poder de los estudios es tan fuerte que domina la exhibición en las salas de cine. Así que las películas independientes encuentran su forma de distribución natural en el video, el DVD, la televisión de cable y cosas así. No obstante, algunas películas independientes han podido estrenarse en las salas y creo que empieza a haber cierta tendencia del público por ver más cine independiente, pues hay demasiados estrenos de loe estudios y eso está abriendo la curiosidad por ver cosas más alternativas.

¿Qué aspectos disfrutas más en tus facetas como director y productor?

Como director disfruto hacer filmes que supongan ciertos desafíos visuales, que cinematográficamente permitan crear efectos sorprendentes y que se puedan desarrollar a partir de buenos guiones y con buenos actores. Como productor, me gusta trabajar con los guiones más originales que se puedan encontrar. No se puede ser original todo el tiempo, nadie lo es, pero al menos siempre hay algo original que se puede aportar a cada género. Disfruto mucho trabajar con nuevos directores, guionistas y actores.

¿Qué consejo le darías a los cineastas que van empezando?

Sé que en cuanto dé un consejo el que lo reciba hará justamente lo contrario. Por eso trataré de ser muy modesto en ello. Sólo le diré a los jóvenes directores, productores y guionistas que deben ser congruentes y fieles a su propia visión, y al mismo tiempo estar atentos a la audiencia y al hecho de que el cine es tanto una expresión artística como una industria.

Por Hugo Lara Chávez

Investigador, escritor y cineasta, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Artes (2023). Egresado de la Licenciatura en Comunicación por la Universidad Iberoamericana. Ha producido el largometraje Ojos que no ven (2022), además de dirigir, escribir y producir el largometraje Cuando los hijos regresan (2017) y el cortometraje Cuatro minutos (2021). Fue productor de la serie televisiva La calle, el aula y la pantalla (2012), entre otros. Como autor y coautor ha publicado los libros Pancho Villa en el cine (2023), Zapata en el cine (2019) en calidad de coordinador, Dos amantes furtivos: cine y teatro mexicanos (2016), Ciudad de cine (2011), *Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-2011* (2011), Cine y revolución (2010) como editor, y Cine antropológico mexicano (2009). En el ámbito curatorial, fue curador de la exposición La Ciudad del Cine (2008) y co-curadór de Cine y Revolución presentada en el Antiguo Colegio de San Ildefonso (2010).En el ámbito periodístico, ha desarrollado crítica de cine, investigación y difusión cinematográfica en diferentes espacios. Desde 2002 dirige el portal de cine CorreCamara.com. Es votante invitado para The Golden Globes 2025.