Por Hugo Lara Chávez
Desde Nueva York
Con el estreno de La comunidad del anillo (The Fellowship of the Ring, 2001), la primera parte de la que será una trilogía fílmica de proporciones megalomaniacas, da inicio este diciembre la saga de El Señor de los Anillos (The Lord of the Ring), adaptación de los venerados libros del escritor británico J.R.R.Tolkien, cuya literatura épica-fantástica ha animado, tanto en ideas como en espíritu, a muchas generaciones de lectores, desde la juventud de los 60’s hasta los defensores de las causas ecologistas. En tanto, la versión cinematográfica es dirigida en su totalidad por el neocelandés Peter Jackson, un devoto tolkieniano que en su aún breve trayectoria ha dado muestra de gran talento, como en la estupenda Criaturas celestiales (Heavenly Creatures, 1994).
La estrategia de lanzamiento prevé que las otras dos películas, tituladas Las Dos Torres (The Two Towers) y El Retorno del Rey (The Return of the King) se estrenen en 2002 y 2003, respectivamente. Una espera que se antoja larga para los ya de por sí ansiosos fanáticos, pues desde ahora estas producciones las envuelve un denso humo de curiosidad y entusiasmo, luego de una ardua y extensa gestación de más de tres años, que incluyó un rodaje de cinco meses en locaciones de Nueva Zelanda, un reparto prometedor y una inversión de 300 millones de dólares para hacer lo nunca antes visto: la filmación simultánea de tres películas conexas de grueso calibre. Una hazaña digna de la imaginación de Tolkien y de su colosal saga, considerada por los especialistas y sus numerosos seguidores como una obra fundacional en su género, de una influencia solar en el Siglo XX a grado tal que, para darse una idea, podría definirse como la madre de la fantasía épica moderna, desde La Guerra de las Galaxias hasta Harry Potter.
De la Tierra Media a Hollywood
Los avances que hemos visto de El Señor de los Anillos son deslumbrantes, una especie de locomotora que hace alarde de técnica, recursos e ingenio narrativo. Pero a decir verdad estos avances —apenas una muestra de veinticinco minutos con algunas escenas y secuencias de las tres partes, pues al escribir estas líneas la película no había sido concluida— son insuficientes para tomarle el pulso a todo el conjunto. Sin embargo, se ven indicios notables: la afortunada elección del reparto, las logradísimas caracterizaciones, los fabulosos escenarios naturales, los magníficos sets construidos exprofeso, la inteligencia con que se administran los efectos especiales, en fin. Hay, en tanto, una buena batería de interrogantes acerca de esta enorme producción. Para darles respuesta, Cinemanía conversó con tres de sus protagonistas: Viggo Mortensen, Liv Tyler y Elijah Wood.
ENTREVISTA 1: VIGGO MORTENSEN
Personaje: Aragorn
Especie: Hombre
¿Qué sabor te ha dejado tu participación en esta película?
Estoy complacido con lo que he hecho. Tuve cierto temor al principio pues sentía una gran responsabilidad al interpretar a Aragorn, mi personaje, quien tiene mucho peso dentro de todo el relato;tiene un enorme fondo dramático y moral, es muy complejo, con muchos matices y con cierta ambigüedad en algunas partes. Todas sus acciones reflejan la mentalidad del personaje, definida por la tradición de su pueblo y la suya propia.
¿Cómo se asimiló dentro de la producción la obra de Tolkien a lo largo del rodaje?
La gente que encontré en todo el equipo de producción y los actores, de principio a fin, se mostraron muy apasionados en torno al rodaje y los libros. Era sensacional ver que todos tenían los libros, los leían y los revisaban todo el tiempo. No veías a la gente con la actitud de decir “bueno, voy a hacer mi trabajo profesionalmente y ya estuvo”, lo cual suele suceder en otros rodajes. En este caso podía verse a los extras muy interesados en su parte, buscándola en los libros. Los veías felices independientemente de que les tocara ser orcos o elfos o gente de Rohan y lo curioso es que nadie los instigaba, era un entusiasmo genuino e insano (ríe).
¿Cómo fue tu experiencia con el director Peter Jackson?
No puedo imaginarme a nadie más en su papel, dirigiendo este auténtico circo, con una gran capacidad para controlar el caos. Tuvo mucho mérito para que las cosas se dieran de modo que uno las disfrutaba. Siempre se impuso un entendimiento continuo, cifrado en el compromiso de la gente en torno al proyecto y a Peter Jackson, a quien le brindaron su confianza y su fe, algo que se manifestaba en la actitud de todos, sin rendirse a lo largo de cinco meses, seis días de la semana, con jornadas de 14, 16 horas o lo que se necesitara. Fue un grupo estupendo, sin duda una experiencia muy extenuante pero sumamente satisfactoria.
¿Qué tan parecida fue la aventura del relato y la aventura de la filmación?
En muchos sentidos fueron de la mano, encontré muchos puntos en común. Para mí el libro trata, entre otras cosas, del sacrificio individual por el grupo y por un objetivo común. Ciertamente esto no es lo usual entre los humanos, lo que se ve allá afuera, salvo el hecho de que existe mucho miedo y paranoia. La “Comunidad del Anillo” es una especie de microcosmos, un mosaico de identidades, en el que sus miembros deben emprender juntos una misión y en determinados momentos los personajes tienen sus propias dudas y debilidades, que comparten con los demás. Esto resulta muy interesante y muy apropiado para el momento que vivimos, pues aunque no hay garantía de éxito las cosas ocurren impulsadas por la esperanza. En definitiva, creo que esta no es una película que nos evada de la realidad sino que propone muchos motivos para reflexionar.
En esta lucha del bien contra el mal, parece haber más de una coincidencia entre El Señor de los Anillos y la realidad
Sí, aunque hay algo más que tiene el libro y que no ocurre en la realidad. Pienso que hay una tendencia, especialmente en Estados Unidos, que nos enseña que nosotros somos los buenos y aquellos son los malos. No es así de simple. Tolkien en sus libros nos hace ver que nada es malo al principio, incluso Sauron. Es curioso comprender estos axiomas dentro de ese mundo fantástico, porque su autor, Tolkien, era un cristiano devoto y, sin embargo, no ofrece a sus personajes una recompensa divina por hacer lo correcto; en cambio, hay una enorme satisfacción moral que es la recompensa que cada uno se forja y se gana.
¿Cómo se percibió el enorme fondo épico-mitológico de la Tierra Media?
En los libros de Tolkien se reconoce una enorme cantidad de referencias a la mitología nórdica e incluso a los poemas épicos franceses, españoles, italianos que, en mi caso, conocía desde niño. Creo que una de las grandes aportaciones de Tolkien es el hecho de haber puesto al día esta clase de relatos, mediante la asimilación de una larga tradición de literatura épica que proviene de la antigüedad, de la edad media y que culmina con la Segunda Guerra Mundial. En general, pienso que el gran mérito de Tolkien se debe a que hizo todas estas historias más accesibles para la gente del Siglo XX. Lo que ha hecho Peter Jackson es traerlo nuevamente a la vida para acercarlas a la gente del nuevo siglo. Al menos eso espero.
¿Qué te gustaría conservar de tu personaje para el resto de tu vida?
Puedo decirte que mi conciencia es clara en ese sentido. Hice lo mejor que estuvo en mis manos, estudiando y enriqueciendo al personaje y su ambiente lo más que pude. Puse todo mi empeño, no porque me sintiera obligado con alguien sino porque fue la manera en que lo sentí genuinamente. Yo ya hice mi parte y lo considero concluido. Estoy convencido de que he aportado lo mejor de mí en su momento y, en esas circunstancias, creo que le he dado demasiado a Aragorn.
¿Cómo describirías la relación con el resto de tus compañeros del reparto?
Llegamos a compartir muchas cosas y la experiencia fue muy enriquecedora, puesto que participó gente con distintas personalidades, de diferentes orígenes y también de edades diversas. Siento que llegué a ser parte de ellos y ellos parte de mí. No veo a las películas como si todo fuera bonito, pero creo en la actitud de disfrutar el proceso de lo que estoy haciendo, en los términos más razonables, como Robert Stevenson dijo: “un viaje con esperanza es mejor que un arribo venturoso, y lo más importante de todo es partir”, o algo así.
ENTREVISTA 2: LIV TYLER
Personaje: Arwen
Especie: Elfo
¿Qué tal te sentiste como una “belleza élfica”?
Estupendo (ríe). Fue un personaje que requirió mucho de mi esfuerzo, pues Arwen tiene características distintas a los humanos y eso a veces me hacía difícil interpretar y proyectar su naturaleza élfica, sus poderes, su belleza, su sensibilidad y su propio lenguaje, el cual por cierto se respetó en la película y suena muy hermoso, muy musical.
¿Qué relación tenías con la literatura de Tolkien antes de la película?
No había leído su obra hasta que tuve en mis manos este proyecto. Fue cuando me puse al corriente, leyendo los libros, estudiando a Arwen hasta conocerla profundamente. Es algo que me apasionó de verdad. Créeme que tuve que sumergirme mucho en mi personaje. Además, leí libros sobre los libros, debí estudiar las distintas versiones del guión, trabajar los diálogos, dedicarle horas y horas de ensayo y de preparación.
Descríbenos tu experiencia con el director Peter Jackson
Fue muy especial. Conmigo en particular fue muy amistosa, muy cordial y muy intensa. Creo que definitivamente fue magnífico trabajar con él. Peter es una persona sensacional, en lo personal me dejó muy impresionada verlo todos los días sin perder los estribos, siempre atento, nunca enojado ni indeciso; muy concentrado en lo suyo.
¿Cuál fue el mayor reto para ti en esta película?
Es imposible hablar de mayores o menores retos en una circunstancia como ésta. El proyecto completo ha sido un reto para mí, que he amado y disfrutado y por el cual he pasado momentos maravillosos. También tuvo situaciones duras, fue una experiencia intensa haber tenido que pasar un largo periodo en el otro lado del mundo, en Nueva Zelanda, un lugar por cierto muy hermoso. Además, el rodaje entrañó constantes cambios que no permitían que se siguiera una agenda rígida, así que se debía ser muy flexible para estar disponible en cualquier momento. Se necesitaba mucha disciplina y coraje aunque, en realidad, yo la tuve fácil en comparación con los chicos, que tuvieron una participación más agobiante.
Tu personaje en el libro luce muy pequeño ¿cómo es dentro de la película?
Al final del libro hay un apéndice donde se narra la historia de Arwen y Aragorn. Ahí se describe con muchos detalles el contexto completo de su romance y lo que ocurre después de que concluye esta aventura. Es una historia de amor muy hermosa y eso fue algo a lo que los guionistas y Peter le dieron suficiente relevancia dentro de la cinta.
¿Cómo viviste la experiencia del rodaje?
El trabajo para recrear el mundo de la Tierra Media supera lo habitual. El resultado fue algo muy realista, como yo me lo había imaginado cuando leí el libro. Es digno de mencionarse la labor para construir los sets, que jugaron un papel importante, especialmente porque a veces tuvimos que trabajar en contra del clima. Era asombroso cómo cambiaba el clima de un momento a otro: un día había un sol espléndido y al siguiente caía la peor tormenta en cien años. Llegamos a experimentar situaciones dramáticas.
¿Qué esperas de esta película para tu carrera?
Es difícil decirlo. Espero que la película sea bella y que mi trabajo sea reconocido por la gente
ENTREVISTA 3: ELIJAH WOOD
Personaje: Frodo Baggins
Especie: Hobbit
¿Crees que esta película pueda definir el futuro de tu carrera?
No sé si pueda definirla, pero sí creo que va a influirla. Yo no había formado parte de un proyecto tan ambicioso y me parece que la mayoría del reparto estaba en la misma circunstancia, pues muchos hemos participado sobre todo en películas más pequeñas, de corte dramático. Pienso que si esta película tiene un efecto será formidable, pero por ahora sólo puedo asumir lo más inmediato. Será muy interesante ver qué pasará no sólo con el estreno de la primera película, sino también con la segunda y la tercera. Para llegar hasta entonces aún falta tiempo.
En esta clase de producciones se suele hablar primordialmente de grandes números, millones de dólares, marcas rotas ¿Qué es lo más importante para ti?
Para mí lo más importante es complacer a los fans. El dinero es importante también para tener éxito, pero creo que lo principal es que los espectadores disfruten de verdad la película y que surjan nuevos seguidores. También me gustaría que la película inspire a la gente a leer los libros.
¿Cuál fue tu experiencia con el resto del reparto y el equipo de producción?
Increíble, la totalidad de la experiencia fue así, es difícil expresar en palabras lo sensacional que fue, aunque también significó muchos sacrificios. Mi relación con los actores durante el rodaje fue sumamente estrecha, tanto que he hecho amigos para el resto de la vida. Peter (Jackson) es formidable, verdaderamente lo amo, es muy seguro, muy animoso. Es un tipo con mucho talento y muy genuino, todo el tiempo se le veía con el ánimo de un niño.
¿Cuáles fueron los momentos más difíciles del rodaje?
No podría decir cuál fue el momento más difícil. Tengo un catálogo de anécdotas muy abundante en ese sentido. Algunos fueron imprevistos pero otros eran parte de lo cotidiano. Hubo muchas jornadas en las que teníamos que estar listos a las 4:15 de la madrugada, o sea que había que levantarse a las 3:30 ¡era insano! Había a quien se le llamaba a las 10:30 de la noche para trabajar al día siguiente, porque requerían mucho trabajo de caracterización. No fue mi caso sino el de los orcos, pues su cuerpo entero era revestido de prótesis. De plano no dormían. Eso no era todo, empezábamos a trabajar en forma a eso de los ocho de la mañana y no parábamos sino hasta las dos o tres de la madrugada. Y luego a empezar otra vez.
¿Qué diferencias encuentras entre El Señor… y La Guerra de las Galaxias?
La Guerra de las Galaxias es fantasía futurista, tecnificada y, nuestro mundo, la Tierra Media, es más orgánica y ancestral. Quisimos mostrarla un poco sucia, lodosa y anciana. La idea era crear una sensación muy realista, desistir de la imagen limpia que se acostumbra. Además, usamos los efectos especiales para fortalecer algunos aspectos del relato, para enriquecer la narración, no para ser el centro de la atención.
El hecho de que está película pretenda ser una fiel adaptación del libro es algo que Hollywood no acostumbra
Sí, es cierto. Puede resultar difícil introducir el mundo de Tolkien a Hollywood, especialmente si se pretende hacer una interpretación estricta como la nuestra. Si bien esto es épica, es aventura, también es un relato muy profundo si se mira el dramatismo de sus personajes, la densidad de los diálogos, lo enigmático que pueden ser, a veces hasta poéticos. Y eso lo respetamos hasta donde pudimos. No hicimos la versión definitiva sino nuestra versión, y la hicimos con la confianza de que captamos lo principal. Los cambios no fueron serios, no nos tomamos demasiadas libertades, sólo las que nos permitieran hacer un convincente relato fílmico. No sólo nos preocupaba que el libro nos sirviera para hacer una película sino que también nos movía la idea de que fuera lo más cercana posible al texto original, porque los amamos y creo que esa es una de las cosas que compartimos con todos los admiradores de Tolkien.
A ese respecto, parece haber otra diferencia importante entre El Señor… y La Guerra de las Galaxias: el hecho de que los fanáticos de ésta empezaron con la película y los de El Señor… existían antes de la película, con una formación más académica y una opinión más critica.
Sí, verdaderamente crítica. He platicado con algunos fervientes lectores de Tolkien que han podido ver los avances de las películas y se han mostrado muy felices y sorprendidos gratamente, porque sienten que se ha respetado el espíritu de los libros. Obviamente hay opiniones de todo tipo, pero creo que la mayoría de los fans que han podido ver algo se han entusiasmado, han tenido una reacción muy positiva
¿Qué tanto filmaron en estudio y qué tanto en locaciones?
Fue en proporciones semejantes. Prácticamente se filmó en todas las condiciones posibles, incluyendo técnicas de estudio como blue screen. Muchos lugares a donde viajamos en Nuevo Zelanda eran verdaderamente hermosos y espectaculares. También se construyeron sets increíbles. Por ejemplo, Hobbiton, la aldea donde vive mi personaje, existió de verdad, la levantaron un año antes de comenzar a filmar y, para ello, sembraron jardines, árboles, trazaron veredas, hicieron edificaciones. Todo fue real, estuvimos ahí y eso fue absolutamente mágico. En la segunda película hay una ciudad fortificada, Edoras, que fue construida en un valle. En la película luce profundamente real.
Si tuvieras el anillo ¿En qué momento lo usarías para desaparecer?
De hecho ya lo tuve (ríe) pero si fuera real y me permitiera desaparecer, mmm… es una de las fantasías más interesantes de experimentar, pero no lo usaría con la maldad del hombre invisible. No sé, desaparecer es una de las actitudes que menos me gustan, quizá solo para infiltrarme y entrar a los lugares a los que no tuviera acceso, pero en todo caso preferiría volar.

