Por Hugo Lara Chávez

Ray Kinsella (Kevin Costner) ex-hippie y actual granjero de Iowa, obedeciendo a sus sueños empieza a construir un campo de beisbol en medio de sus maizales. Al campo solitario de beisbol empiezan mágicamente a acudir, encabezados por su lanzador Joe Jackson (Ray Liotta), los fantasmas del legendario equipo “Medias Negras de Chicago”, equipo que causó gran escándalo cuando fue acusado de vender la serie mundial en 1919. La extravagante hazaña de Kinsella evidentemente cas lo lleva a la ruina. Los fantasmas, que sólo son vistos por él, encarnan el reencuentro y una reconciliación con el pasado del propio Kinsella; de su amigo, un escritor desencantado, y de un tercer personaje, Archie “Moonlight” Graham, un bondadoso médico de Minnesota quien jugó una sola entrada contra los Gigantes de Nueva York en 1905.

El realizador Phil Alden Robinson logra con “El campo de los sueños” (Field of Dreams, 1989), su segunda película en el circuito hollywoodense, un refrescante relato en el que relaciona la anécdota de su personaje con uno de los símbolos típicamente estadounidense: el beisbol, tema varias veces recurrido en la filmografía de aquel país. Basado en la novela de W.P. Kinsella, el director-guionista logra hacer una metáfora entre la búsqueda de un hombre (no en balde el protagonista es un ex-hippie) por reconciliarse con su pasado y la desvirtuada ruta de la sociedad estadounidense, quien ha alterado los postulados originales del sueño americano.

La experiencia onírica, la afanosa búsqueda de reencontrar a través del beisbol con el ideal fundador de toda una sociedad, se convierte en una fantasía que sustancialmente afecta a los protagonistas. Todo este ir y venir de la capacidad lúdica y fantástica a la realidad, sirve de fondo a “El campo de los sueños”, como más recientemente sucedió en “El mejor” (“The Natural”, 1984), donde Robert Redford encarna a un beisbolista misterioso, héroe y víctima a la vez.

“El campo de los sueños” (Field of Dreams, EU, 1989) Director: Phil Alden Robinson. Producción: Lawrence y Charles Gordon. Guión: Phil Alden Robinson basado en la novela de W.P. Kinsella. Fotografía: John Lindley. Música: James Horner. Edición: Ian Crawford. Con: Kevin Costner, Amy Madigan, Gaby Hoffman, Ray Liotta, Burt Lancaster.

Por Hugo Lara Chávez

Investigador, escritor y cineasta, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Artes (2023). Egresado de la Licenciatura en Comunicación por la Universidad Iberoamericana. Ha producido el largometraje Ojos que no ven (2022), además de dirigir, escribir y producir el largometraje Cuando los hijos regresan (2017) y el cortometraje Cuatro minutos (2021). Fue productor de la serie televisiva La calle, el aula y la pantalla (2012), entre otros. Como autor y coautor ha publicado los libros Pancho Villa en el cine (2023), Zapata en el cine (2019) en calidad de coordinador, Dos amantes furtivos: cine y teatro mexicanos (2016), Ciudad de cine (2011), *Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-2011* (2011), Cine y revolución (2010) como editor, y Cine antropológico mexicano (2009). En el ámbito curatorial, fue curador de la exposición La Ciudad del Cine (2008) y co-curadór de Cine y Revolución presentada en el Antiguo Colegio de San Ildefonso (2010).En el ámbito periodístico, ha desarrollado crítica de cine, investigación y difusión cinematográfica en diferentes espacios. Desde 2002 dirige el portal de cine CorreCamara.com. Es votante invitado para The Golden Globes 2025.