Por Hugo Lara Chávez
Desde Vancouver
Las calles de Vancouver han sido tomadas por brujas, seres de ultratumba; asesinos seriales, criaturas diabólicas y depredadores extraterrestres. Están por todos lados: sirviendo en los cafés, despachando en las tiendas, andando por las calles, conduciendo sus autos, con los rostros pálidos y sangrantes; repugnantes y feroces. Y a pesar de sus viles apariencias se mezclan como si nada entre la gente normal, de abrigos y gabardinas, en esta fría y húmeda tarde de Halloween. Qué mejor que haya coincidido esta celebración del paganismo anglosajón con nuestra visita al rodaje de Alien Vs Predator 2.
La cinta se encuentra en la décima semana de filmación, con la participación de actores emergentes, como Steven Pasquale, Johnny Lewis, Reiko Aylesworth y John Ortiz, bajo la dirección de los hermanos Colin y Greg Strause, dos debutantes pero que tienen una trayectoria hecha como especialistas de efectos visuales.
“Hacer una película como ésta es un honor –comenta Greg durante un receso— Han sido grandes directores los que han estado a cargo de las sagas de Alien y Predator, y las dos son unas criaturas que han definido el cine de horror y ciencia-ficción de la última generación. Creo que en cada cinta todos han aportado su personal interpretación acerca de estos monstruos y nosotros estamos buscando respetar todos esos códigos y crear una película entretenida y emocionante”.
Monsters Inc.
Alec Gillis y Tom Woodruff Jr., los responsables de diseñar y darles vida al Alien y Predator, nos asegura que no suele tener pesadillas sobre bichos sanguinarios ni nada que se le parezca. Todo lo contrario, a estos hombres de buenos modales y amistosa presencia, les causa gracia mi pregunta sobre sus pesadillas y aseguran que tiene el sueño de los justos.
Los dos llevan trabajando en el diseño de estos monstruos prácticamente desde las primeras cintas, hace dos décadas, y han sido los encargados de su evolución y de perfeccionar su apariencia y sus movimientos a un nivel de tremendo realismo. Pero Woodruff no titubean a la hora de señalar a su favorito, entre Alien y Predator.
“No quisiera ofender a ningún fan, pero si tuviera que escoger, creo que siento un poco de favoritismo por Alien, pues me parece una criatura más elegante, más misteriosa, más hermosa y me encanta el hecho de que fue establecida su magnitud desde el primer filme de Ridley Scott. El Depredador es muy chido, es un personaje muy impresionante y altanero como macho, y de cierto modo el Alien para mí es más femenino”.
Tanto Gillis como Woodruff, se explayan con la descripción acerca de su trabajo en el desarrollo de las espeluznantes criaturas de esta película, sean los Aliens como los Depredadores, dos celebridades del cine de horror y ciencia-ficción. Gillis, incluso, se enorgullece tanto porque la noche anterior, en Halloween, ha visto algunos disfraces en la calle de su querida bestia.
Sobreviviendo en Colorado
El recorrido nos lleva por los Estudios Vancouver. Ahí nos reunimos con la directora de arte, Helen Jarvis, que nos explica brevemente el trabajo de ambientación que se ha hecho para darle vida a un típico pueblo estadounidense de Colorado, donde se supone que se llevan a cabo las acciones. Para ello, se han usado diversas locaciones de Vancouver y se han construido especialmente tres grandes foros. Acudimos a un par de ellos, el de un hospital, donde se aloja el alienígena y crea su asqueroso nido, recubriendo las paredes de viscosidad. Un numeroso grupo de carpinteros y obreros trabaja a marchas forzadas, construyendo los corredores del hospital y esculpiendo enormes bloques de unisel para darle forma a las viscosidades del animal que irán embarradas en las paredes.
También se nos conduce a un sistema de túneles del drenaje, con una extensión total de 250 pies, hecho con hojas de triplay, que lucen un aspecto muy real, con todo y un mecanismo que hace correr agua de verdad. Los túneles son un espacio estupendo para los Aliens y no podían faltar en esta aventura.
Más tarde, en la noche, somos invitados a presenciar el rodaje de una escena. Existe entre el grupo de periodistas una gran expectación por ver a las criaturas en acción, mirar los disfraces y los instrumentos que les dan vida en pantalla. Llegamos a una locación en los alrededores de Vancouver, el exterior de una tienda de artículos y ropa para exploradores, Deakin Equipment. Hay un anuncio que avisa a los clientes que la tienda permanecerá cerrada por dos semanas, debido a la producción de la película.
Es una escena muy sencilla, en la que la protagonista, que encarna Aylesworth, y su pequeña hija, corren en medio de la lluvia. Vemos que se repite la escena varias veces pero de los monstruos ni sus luces, sólo acaso hemos visto un par de disfraces en un camión, cuyos responsables se han apresurado a poner lejos de nuestra vista cuando reparan de mala gana en nuestra presencia.
“En esta película hay muchas diferencias que en las anteriores –comenta Aylesworth—, incluso el Alien es distinto, también las persecuciones, el ambiente, el terror. Creo que esta película ofrece toda la diversión de una película de palomitas, pero también tiene una metáfora distinta a las anteriores. No les diré cuál, para que la vean. En cierta forma es más realista que las otras, pues aunque trata sobre estos seres imaginarios, se examina cómo responde el gobierno en una situación de peligro”
Hay un enorme celo por la información sobre la trama de la historia. Nadie nos dice con exactitud cuál es la premisa del relato, pero básicamente narra la batalla de los habitantes de un pequeño poblado aislado que deben hacer frente a las criaturas que ponen en peligro sus vidas.

