Por Miguel Ravelo

Desde: Morelia,Michoacán

En el marco de la 14ª edición del Festival de Cine de Morelia se dieron cita dos películas homónimas muy diferentes entre sí, tanto en su historia, género y hasta calidad. La primera de ellas cuenta con una trayectoria muy extensa dentro de la historia del cine mexicano, y es considerada una de las más controversiales cintas de culto aparecidas en los años setenta. Se trata de “Bellas de noche”, notoria ficción realizada en 1975 por Miguel M. Delgado, y que forma parte de las proyecciones especiales de la presente edición del Festival.

“Bellas de noche” fue presentada la noche del viernes 28 de octubre, primera vez que ésta película es vista en un festival de cine desde su estreno, hace 41 años. Exhibida en 35mm, la película llega a Morelia gracias a la labor de Viviana García Besné, restauradora y preservadora fílmica que junto a Daniela Michel, directora del Festival, lograron exhibir una de las tres copias existentes de la película, la cual tenía más de 30 años de no proyectarse en una sala de cine.

Sobre la muy controversial película de Miguel M. Delgado hay variedad de datos curiosos y hasta leyendas, algunas de las cuales fueron compartidas en la presentación por la propia Viviana García: que fue una de las películas más odiadas en su tiempo por los críticos mexicanos; que, hasta hace unos años, era la película más taquillera en la historia del cine nacional; que la película abarrotó las salas de la época y permaneció en cartelera durante 26 semanas; que niños y jóvenes se escondían en los baños del cine durante horas para poder escabullirse a las proyecciones de esta película prohibida; que no solamente marcó el debut cinematográfico de La Sonora Santanera, sino que durante los números musicales, las parejas se levantaban a bailar en los pasillos del cine. Y tal vez el más importante de todos sea este: “Bellas de noche” es considera la película que inauguró el género de ficheras.

Más allá de la calidad en su factura o lo cuestionable de sus temas, el peso histórico de esta producción es innegable. Adaptada de la obra de teatro “Las ficheras”, de Francisco Cavazos, la película fue producida por Guillermo Calderón, a quien se le deben notables y recordadas cintas como “Perdida” (Fernando A. Rivero, 1950), “Aventurera” (Alberto Gout, 1950) y “Víctimas del Pecado” (Emilio Fernández, 1951).

Protagonizada por Jorge Rivero, Sasha Montenegro, Lalo “El mimo”, Enrique Novi y Carmen Salinas en el papel de “La corcholata”,  la historia se centra en las aventuras de “El vaselinas” (Lalo El mimo), padrotillo de poca monta pero con delirios de grandeza que pierde una apuesta de box y se mete en líos con la mafia, obligando a que las mujeres que trabajan en el bar “El pirulí” lo saquen del apuro. Al mismo tiempo se desarrolla la historia de “El bronco” (Jorge Rivero), boxeador a quien acaban de quitarle la licencia por el peligro que supone para su salud el que siga boxeando, y que se verá obligado a llegar a trabajar al mencionado antro.
La historia peca de simplista y nunca propone un conflicto atrayente, pero es evidente, y de aquí viene mucho de su fama, que uno de sus cometidos era alegrar la pupila no solamente de los caballeros, sino también de las damas asistentes a las salas de cine en los años setenta. Los brevísimos negligés y desnudos de Sasha Montenegro, Mabel Luna o Judith Velasco tienen su correspondencia en las secuencias en las que el torso de Jorge Rivero demuestra por qué era el galán de la época.

Más allá de sus muy bajos valores de producción, de su atropellada factura, de su machismo, de su humor fácil y vulgar o de la burla que hace hacia personajes homosexuales, hay que ver a “Bellas de Noche” como el punto de quiebre que supuso dentro de la historia del cine mexicano. Con esta, su primera aproximación, el género de ficheras encontró inmediatamente a un público que lo siguió durante años y llenó las salas de la época.

Es innegable que el género dio cintas de muy baja calidad y que jamás se le podrá comparar con el cine realizado en México antes de su aparición, pero el de las ficheras es sin duda un género que forma parte de su historia y sería imposible hacer un análisis completo de nuestro cine sin tomar en cuenta esta muy poco valorada etapa. Es por ello que la labor de personas como Viviana García Besné es valiosa, ya que nos permite asomarnos, a más de 40 años de su estreno, a un cine nacional muy distinto al que hoy conocemos, y que, después de tantos años, el Festival de Cine de Morelia le reconoce cabida en uno de los más reconocidos festivales de cine del mundo.