Por Michelle Dassum
Noticine.com-CorreCamara.com
No creo que como cineasta sea mi trabajo ofrecerle una solución al mundo. Estamos aquí para proponer preguntas, para ilustrar y sacar a la luz nuestras impresiones mas intimas. Lo demás es trabajo del público”. Así expuso, en Cannes, James Grey sus intenciones con la creación de “Armageddon Time”, película autobiográfica con la que retorna a la intimidad de su infancia transcurrida en sus amadas raíces neoyorquinas de los años 80, donde plasma con gran sensibilidad y nostalgia los privilegios y la discriminación de aquella época. “No tengo idea de como resolver conflictos de desigualdad. Cuando no sabes como solucionar un problema así, simplemente tienes que presentárselo a la audiencia tal y como es, y esperar a que los espectadores puedan hacer las conexiones por sí mismos”, aseguro en su encuentro con la prensa, al que llego acompañado por su elenco, que brindó una interpretación impecable en el film.
Luego de alejarse por un tiempo de aquel estilo que lo catalogó como un aclamado director para adentrarse en el Amazonas con “The Lost City of Z” y después aventurarse al espacio exterior en “Ad Astra”, de la mano de “Armageddon Time”, Grey retorna por quinta vez a la Selección Oficial de Cannes, donde recibió una ovación por largos minutos en su première mundial. Con elegancia y delicadeza ha reconstruido en ella su Paul Graff.
En Queens, en los años 80, el protagonista estudia en una escuela publica donde se evidencia por su indisciplina y exacerbado individualismo. Allí encuentra en su compañero afroamericano Johnny el mismo deseo de transgresión. En casa también debe combatir con casi toda la familia de hebreos burgueses.
Su madre (Anne Hathaway) parece frágil e incapaz de soportar las tensiones que allí afloran. Su padre (Jeremy Strong) siente como un peso su propio origen (hijo de plomero y ahora también su oficio) y sueña con que sus hijos se superen a través del estudio. Solo con su abuelo (Anthony Hopkins), Paul tiene una relación filial. Después de tanta insubordinación, Paul es inscrito en la escuela privada mas prestigiosa, dirigida por el padre de Donald Trump, donde ya se respira otro tipo de atmósfera, más snob y racista.
“La historia es muy compleja y tiene muchas capas y puntos de inflexión. Recuerdo que en ese entonces Muhamad Ali era mi héroe, Ronald Reagan ganó la presidencia y asesinaron a John Lenon. Mi mama pensaba que iba a haber una guerra nuclear. El sentimiento de Armageddon se asentaba sobre nuestra familia”, explicó Grey. “En la película se reflejan los niños con acceso a la educación privada, súper privilegiados, que van a obtener todo y ellos lo saben. El mismo grupo llega a la cima, se mantienen en esa posición e impiden que los demás los alcancen y ese es el mismo sistema que rige hoy en día”.
Con una delicada estética, similar a “Belfast” y a “Roma”, “Armageddon Time” logra transmitir ese sentimiento de infelicidad que nace de la impotencia o la rabia que provoca una vitalidad reprimida por tantas reglas severas, que si no son obedecidas, logran provocar las explosiones de ira paterna que recurre a la correa con violencia. “Todavía hoy los niños tienen vidas brutales en la mayoría del mundo. En los Estados Unidos, esta idea de preservar la inocencia infantil y sus derechos es bastante nueva. No soporto ver a un niño siendo golpeado, pero hace 30 anos era tan normal que incluso era la crianza correcta. No me gusta. Nunca podría imaginarme aporreando a mis hijos. No creo que las cosas se resuelvan golpeando a los demás”, afirmó.
“Las cosas cambian”, prosiguió. Y sobre nuestro mundo actual, argumentó: “Esta en serios problemas. Hay dos personas que controlan todo. Un grupo de autoritarios quieren apoderarse del planeta. ¿Como llegamos hasta aquí? El punto fundamental de todo es inspirar creatividad, un mundo que cree artistas. Y es nuestro deber como artistas ensenar lo que esta mal, pues nadie mas lo hará”.
A su lado, Anne Hathaway, con carisma y distinción, acotó: “El acto de pararse frente a la cámara le vuelve a una muy vulnerable. Así que mi intención es tomarlo como la cosa mas natural del mundo. Apreciaba el sentimiento de restricción que se encontraba en el proceso, porque debía pensar muy cuidadosamente al hacer una pregunta, porque no sería sobre el arte, sino una pregunta sobre la vida misma”. Con un quiebre de voz, culminó: “Para mi ha sido un honor interpretar este papel. Mi esposo es hebreo. Y mi suegra, que falleció recientemente, fue la mejor mamá hebrea que he visto en mi vida. Su legado ha influenciado en mi vida profundamente, por lo que le soy infinitamente agradecida. Su mano me guiará por el resto de mi vida. Por eso me siento en deuda con el cine, porque te permite hablar sin palabras”.xx