Por Jean-Pierre Garcia
Desde Cannes (en exclusiva)
Cannes otorgó la Palma de Oro hace tres años a Julia Ducourneau, una película de estilo fantástico y casi de horror, dirigida por una mujer. No se sabe si Coralie Fargeat es “hija” de Julia, pues maneja con la misma maestría el género de horror. Conoce muy bien sus clásicos en el cine fantástico y los reintroduce valientemente en una historia radicada en la Costa Oeste de Estados Unidos.
El tema principal de “La Sustancia” (“The Substance”, 2024) de Coralie Fargeat es conocido: una mujer de unos cincuenta años acepta un pacto faustiano con un desconocido que le propone recuperar su juventud. Él le precisa que debe respetar las instrucciones precisas para usar “La Sustancia”; si cambia algo, nada funcionará. No olvides que siempre es y serás UNA. Evidentemente, en algún momento, todo saldrá mal.
La originalidad de “La Sustancia” se aprecia cuando sabemos más de la protagonista. Elizabeth Sparke fue una estrella del cine de Hollywood; le otorgaron su propia estrella en el suelo del Hollywood Boulevard. Intenta olvidar que el cine es parte de su pasado, dirigiendo una clase de gimnasia en televisión. Pero la echan de manera salvaje y buscan a una jovencita para presentar este programa.
Tras sufrir un accidente con su auto, Elizabeth acepta la propuesta de usar la sustancia de eterna juventud que un joven médico le ofrece. Elizabeth da nacimiento a otra versión de sí misma con treinta años menos. Y lo previsto llega: Sue (Elizabeth joven) se convierte en la estrella buscada por la televisión. La hija disfruta tanto de este mundo soñado que exagera y no cuida del cuerpo de Elizabeth. Cuanto más feliz es la hija, más rápidamente se deteriora el cuerpo de la madre. ¡Hasta la catástrofe!
Esta película de horror se vuelve muy “gore” en su segunda parte. Comparte con varias otras subtemas conocidos: la manipulación de mujeres y hombres por medios que todo lo devoran, el dictamen de la eterna juventud, la sed de poder y riqueza, el odio hacia los poderosos cuando se comportan de modo muy opresivo (poder muy machista en este caso). La venganza y el horror cuando se abre la caja de Pandora. De cierto modo, se parece mucho al ambiente de la película “Kinds of Kindness” de Yorgos Lanthimos, presentada también en esta competencia (ver artículo en Correcámara). Misma crueldad, menos sangre.
El uso de la música y de los ritmos exitosos, así como el uso de bailes, expresa la denuncia de las manipulaciones mediáticas más que indicar el estilo del filme. Si el gore te interesa, tienes que ver esta película. Para los otros o las otras, no busques temáticas feministas. Tan pocas son.