Los cineastas mexicanos Juan Carlos Rulfo y Francisco Vargas obtuvieron los Premios del Público, los más importantes del IV Festival Internacional de Cine de Morelia, por sus largometrajes ‘En el hoyo’ y ‘El violín’.
En la clausura del festival que comenzó el 14 de octubre en la capital de Michoacán se reconocieron los mejores documentales y cortometrajes mexicanos.
El Premio al Mejor Documental mexicano correspondió a ‘La palomilla salvaje’ de Gustavo Gamou, quien se hizo acreedor de 4.500 dólares y una escultura de Javier Marín. ‘Bajo Juárez’, de los mexicanos Alejandra Sánchez y Antonio Cordero obtuvo una mención especial, además del Premio Especial Titra, que entrega Titra California, empresa líder del subtitulado.
El Premio al Mejor Cortometraje de Ficción fue para ‘Ver llover’ de Elisa Millar, quien se llevó una escultura y una suma en efectivo. El premio en la categoría Mejor Cortometraje de Animación fue para ‘El doctor’ de la estadounidense Suzan Pitt, y Mejor Cortometraje Experimental lo ganó ‘En el cielo como en la tierra’ de Natalia López.
La mención especial al Cortometraje Documental correspondió a ‘Venus’ de José Alvarez, y otra para el Cortometraje de Animación para ‘La excursión de los mandados’ del mexicano Armando Camacho Maciel. El Premio Especial García Bross fue para ‘Dime lo que sientes’ de la mexicana Iria Gómez.
En la clausura los organizadores hicieron entrega de un reconocimiento al actor mexicano Gustavo Sánchez Parra, por “su valioso y siempre solidario apoyo a los cortometrajistas mexicanos”.
Juan Carlos Rulfo, hijo del escritor Juan Rulfo, también fue reconocido con el Premio Tradicional, dotado de 10 mil dólares tras presentar ‘En el hoyo’, cinta que narra la vida de los trabajadores de la construcción de una importante vía en Ciudad de México.
Además de estos galardones hubo otros para los mexicanos Roberto Bolado por ‘El viaje del banjo’ y para el documental ‘Alicia en el país’ de Esteban Larraín. El Premio del Instituto Mexicano de la Cinematografía al Joven Productor de Documental se lo llevó el chileno José Manuel Cravioto, con ‘Los últimos héroes de la península’.