Por Perla Schwartz
En abril de 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, el pueblo polaco se enteró de una gran tragedia, alrededor de 22 mil oficiales oriundos de dicho país, fueron masacrados por órdenes de sanguinario José Stalin en el bosque de Katyn, ubicado en Kiev, en la zona de Ucrania, una de las víctimas fue el padre de Andrzej Wadja, después de seis décadas, él confronta tan doloroso hecho, en el filme “Katyn”, el cual estuvo nominado al Óscar a mejor película de habla no inglesa en el 2008, y que ahora ha sido rescatado en el ciclo de Cine polaco contemporáneo en Cineteca Nacional.
Filme presidido por una gran fuerza emotiva que llega a resultar apabullante, que se sustenta en esos oficiales impunes conducidos hacia el patíbulo y los rostros de incertidumbre y desesperanza de sus mujeres que no pueden hacer nada para evitarlo. Desde la primera secuencia, esos hombres que cruzan por el puente huyendo del ejército ruso, el octogenario director (“Cenizas y diamantes”, “Las señoritas de Wilko”, “Dantón”) inicia las pinceladas de una elegía que exalta el mal que prevalece en la condición humana.
El lente fotográfico de Pawel Edelman hace hincapié en la desolación y la impotencia, ante los daños generados por la guerra. Historia de duelo con varias subtramas que destacan a aquellos que están en el conflicto bélico, muy a su pesar y aquellos que esperan su regreso, en un país nevado, con escasez económica y despojo de opciones de un futuro mejor.
Tragedia de una matanza arbitraria, que mucho tiempo permaneció oculta, tragedia que ha marcado a un pueblo y que Wadja opta por rescatar, para conciliar cuentas con su propio pasado, al tiempo que rendir un tributo amoroso a los valientes polacos.
Sobre este filme, que denota que le costó el desgaste emocional, el gran cineasta comenta: “Mi filme habla de una tragedia histórica y está dirigida contra un sistema inhumano que dejó de existir. Las razones de su desaparición son profundas y la sociedad misma reconoció que este sistema ya no podía funcionar. No quiero que “Katyn” se utilice para alguna manipulación política.”
Dramatismo, una buena factura académica, así como equilibrada función de imagen con la música de Penderecki hacen de “Katyn”, una película que duele y que al mismo tiempo invita a reflexionar sobre la historia reciente y los excesos que es capaz de cometer el ser humano contra su prójimo.
Wadja elude el panfleto, se centra en una visión humanista, donde el mal es el centro motor, donde la redención se encuentra lejana, donde quedan desmitificadas las grandes mentiras que presiden el devenir histórico.
“Katyn”. Polonia, 2007. Dirección: Andrzej Wadja Guión de él mismo en colaboración con Wladyslaw Pasikowski. Fotografía: Pawel Edelman. Música: Krysztof Penderecki. Intérpretes: Danuta Stenka, Jan Englert, Andrzej Chyra. Duración: 113 minutos.