Por Perla Schwartz   

La Francia ocupada, la Francia gobernada por Vichy en plena  Segunda Guerra Mundial es donde transcurre una sobria pero al mismo tiempo, conmovedora película de Claude Chabrol, se trata de “Un asunto de mujeres” (1988), con un elenco encabezado por la gran Isabelle Huppert, una de sus actrices fetiches.  

La historia verdadera de Marie Latour (interpretada con excelencia por Huppert), este filme aborda una serie de temas, muy cercanos a la moral, temas que bien pueden ser avasallados por la hipocresía: el aborto, la prostitución, la infidelidad y la traición, para ello hábilmente Chabrol, se detiene más en el intercambio de miradas de sus personajes que en los discursos que estos sostienen.   

Un pueblo de la provincia francesa, sus habitantes viven en la incertidumbre propia de los tiempos de guerra, no existen mayores alicientes para sobrellevar la pesada cotidianeidad, una mujer Latour, un tanto ambiciosa y buscando poner las cosas en orden a su manera, decide ayudar a abortar a mujeres  que fueron violadas por soldados o que simplemente no desean tener más hijos.  

Más que por una actitud sanguinaria, ella lo hace para ganar dinero, y así satisfacer las necesidades de sus dos pequeños hijos, al tiempo que para poder ahorrar, puesto que su gran deseo es llegar a ser cantante de fama. Un tanto inocente, algo perversa a nivel inconsciente, Marie Latour, ignorará las consecuencias de sus actos.  

Esta es a grandes pinceladas, la premisa de un gran filme de Chabrol, donde el maestro galo, entrega un inmejorable retrato de una mujer imperfecta, juzgada acremente por una sociedad, que de ese modo elude hacer frente a prioridades de una mayor envergadura.  Una sociedad presidida por una doble moral.  

A un ritmo moroso se va desplegando este filme de época, sumamente cuidado, lo mismo en su diseño de arte,  la gran fotografía de Jean Rabier y una gran puesta en escena, presidida por una Isabelle Huppert, en uno de los roles que mejor le salen, la mujer fría y despiadada.  

Junto a ella, un desangelado Francois Cluzet como su esposo y una graciosa Marie Trintignant, como la amiga prostituta , entre otros. Mención especial hay que hacer al énfasis de tristeza que pone Chabrol, en el hijo de Latour, quien al sentirse tan malquerido, tiene entre sus fantasías, ser un día verdugo.  

“Un asunto de mujeres” es una película que duele, que toca las fibras más íntimas del espectador, que deja ver la impunidad de los desprotegidos ante el juicio de una sociedad autoritaria. Es un retazo de la historia reciente, que como siempre en Chabrol, adquiere los visos de lo malévolo y lo perverso.  

Este filme forma parte del ciclo al cineasta galo, que continúa en Cineteca Nacional hasta el próximo 30 de enero.

http://medias.fluctuat.net/films-posters/3/3/3361/une-affaire-de-femmes/affiche-1.jpg