Por Perla Schwartz      

“Adán y Eva todavía” y “La sangre iluminada” fueron los dos largometrajes de ficción que dieron a conocer el universo sumamente personal de Iván Ávila Dueñas, la primera de ellas es una crónica de las dimensiones del tedio y el hastío, mientras que la segunda es un entretejido de las sincronicidades del tiempo y sus alcances.   

Ahora, el inquieto cineasta zacatecano incursiona en el terreno del documental y lo hace con bastante fortuna con “Zacateco: Labor Vincit Omnia”, un trabajo de autor, sumamente poético que abarca más de un milenio, con un portentoso poder de síntesis, puesto que dura tan sólo hora y media.    

La imagen que se va hilvanando con otras imágenes para conformar una sinfonía del pasado remoto para desembocar en el presente de Zacatecas, estado del norte de México, hoy aquejado por problemas con el narcotráfico y por la migración, la mitad de sus pobladores opta por buscar el sueño americano.    

Zacatecas , un estado multifacético queda impreso en el celuloide con su gran belleza- no obstante algunos de sus paisajes desérticos y quedan revelados una serie de secretos que forman parte de su esencia primigenia. El recorrido visual comienza  desde su prehistoria hasta llegar a la actualidad.   

Se agradece que el realizador optó por darle un mayor peso a las imágenes, y por usar en su mínima expresión la voz en off, en una narración fragmentaria a cargo del actor Joaquín Cosío. Es así como los fotogramas, a modo de piezas de un rompecabezas se van uniendo para dar una visión de la tierra natal del director.   

La música de la autoría de Horacio Uribe, es una especie de Cicerone en este recorrido, que se vale del foto montaje, de material fílmico de archivo, fotografía fija así como tomas a partir de la lente de Alejandro Cantú y el propio Iván.     

Se elude el tono didáctico, más bien “Zacateco” muestra y no cuestiona, cada espectador es quien deberá hacer su juicio de valor ante lo que está mirando.   

Lo mismo se presentan ruinas históricas como las de Sombrerete y Altavista, que escenas de la cotidianeidad, ya sea por ejemplo, la elaboración de las artesanías, las ceremonias escolares o  simplemente los transeúntes, rodeados por edificaciones majestuosas.  

“Zacateco” abre con escenas actuales para sumergirse en el pasado prehistórico. Es un documental que se divide en 5 grandes capítulos, y que implica un itinerario gozoso y aleccionador. Se trata de un registro social, histórico y cultural, que bien vale la pena verse. 

“Zacateco: Labor Vincit Omnia”

México, 2010. Dirección: Iván Ávila Dueñas. Guión: de él mismo en colaboración con Armando  López Muñoz. Fotografía: Alejandro Cantú e Iván Ávila Dueñas. Música: Horacio Uribe. Narración en off: Joaquín Cosío. Duración:  85 minmutos.

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Iván Avila.