Clive Owen: una sonrisa franca por las películas malas

Por Ulises Pérez Mancilla. Enviado

Playa del Carmen.El mismo día que el Papa Benedicto daba misa en Guanajuato, Clive Owen (¡Clive Owen, el de la mirada triste/perversa que le valió una nominación al Oscar por “Closer”!) pisaba también tierra mexicana al sur del país, para presentar la película de clausura del Festival de Cine de la Riviera Maya: “Intrusos”, del director español Juan Carlos Fresnadillo, un thriller de terror psicológico de próximo estreno en nuestro país.

Clive Owen (¡Clive Owen, el mismísimo héroe guapo y talentoso de “Niños del hombre”!), se hospedaba en el hotel Mayacoba Roswood, sin duda un hotel de muchas estrellas a juzgar por los  terrenos que componen apenas la entrada principal al lugar. Corrían las diez de la mañana y pico.

Con algunos minutos de aburrido retraso, apareció Clive (zapatos grises, pantalón negro y camisa blanca casual de mangas largas abiertas) sonriendo con su característico perfil hundido. Lo acompañaba Paula Chaurand (la directora del festival, siempre guapa, siempre solícita), que tras presentarlo, disculpó la ausencia de Pilar López de Ayala, la protagonista femenina de “Intrusos”: “ya que no pudo salir de su cuarto”.

Y vinieron las preguntas: sobre la importancia de que los actores promuevan sus películas en los festivales, sobre sus miedos de infancia, sobre su reciente encarnación de Hemingway en un telefilme, sobre su muy obvia impresión en torno al cine mexicano, que él mismo remitió a los directores migrantes: Guillermo del Toro, González Iñarritu y Alfonso Cuarón, a quienes nombró con su exquisito acento inglés, sobre los retos actorales que plantea el cine de terror, etc.

Entonces la periodista Sonia Riquer, de Radio Educación, se atrevió espontánea a preguntarle, sobre la misma línea de preguntas que le hacía la prensa,  acerca de sus miedos de adulto (porque ya había dicho los de niño)… que si acaso no le daba miedo la posibilidad de hacer malas películas. Owen rió franco. Riquer lo hizo sonreír e involucrarlo. Al actor le cayó en gracia y dijo que por supuesto, acaso un poco consciente de que la película de Fresnadillo no es precisamente la mejor de su carrera.

Unas cuántas preguntas más y en eso apareció Pilar López de Ayala, vestida de negro, con un impresionante chongo que le recogía el cabello para lucir un peinado heredero del de la princesa Leia, incorporándose a la mesa casi al final de la conferencia, ofreciendo una disculpa por el retraso. La última pregunta, casi por cortesía, sería para ella: ¿porqué hacer una película cómo ésta? Pilar (“Alatriste”, “Sólo quiero caminar”) que a diferencia de la estrella Hollywoodense, estuvo en el Festival desde días antes e incluso se había paseado por Plaza Pelícanos y había presentado otra película en playa Mamitas, dijo que ante todo busca guiones interesantes, y que este era uno de ellos. A juzgar por su semblante serio, algún melodrama le había ocurrido minutos antes.

Al levantarse la sesión, las cámaras pidieron la foto oficial. Algunas chicas ahí presentes, se aprestaban a grabarlo todo, más allá de la utilidad periodística, seducidas por el lado sexy del star system internacional. Fotos de clara inmediatez que después circularían en twitter y demás redes sociales, para sentar el acta de la presencia de Clive Owen en México, aunque la mampara de fondo podría estar ubicada en la esquina de cualquier otra parte del mundo.

Sobre su muy obvia impresión en torno al cine mexicano, él mismo remitió a los directores migrantes: Guillermo del Toro, González Iñarritu y Alfonso Cuarón