Por Hugo Lara Chávez
Sam Krichinsky (Armin Muller Stahl) es un inmigrante ruso en Estados Unidos que llega en 1914, empieza a formar su familia y a hacer su recorridos de altibajos por el sueño americano. El director Barry Levinson (quien realizó los films laureadas con el oscar “Rainman”,1988; “Good Morning Vietnam”, 1987 y la aspirante a la estatuilla para este año “Bugsy”, entre otras) sitúa la trama de la película en las relaciones familiares, y desarrolla su relato de acuerdo a la convergencia de tres generaciones de Krichinskis durante la época de la postguerra: el patriarca Sam; luego el hijo de éste, Julius Kaye (Aidan Quinn), quien a su vez es el padre de Michael, representante de la tercera generación. Las vicisitudes de la familia Krichinsky, de sus comportamientos y de sus cambios, son el marcapasos dramático de “Avalon”.
Nostálgica e intensa, “Avalon” es una obra que escudriña en las dos caras del sueño americano. Con ciertos matices autobiográficos (la película sucede en Baltimore, ciudad natal de Levinson), “Avalon” está compuesta por una serie de viñetas familiares que basan su fuerza en un tono agridulce donde se describe a una familia representativa de inmigrantes en Estados Unidos, forjadores de aquella nación en este siglo, y analisa cómo a través del tiempo se transforma esta familia en particular (con la llegada de la televisión, por ejemplo), y se modifica la estructura social en general.
“AVALON” (EU, 1990) Dir: Barry levinson. Productor: Mark Johnson y Barry Levinson. Foto: Allen Daviau. Diseñador e producción: Norman Reynolds. Música: Randy Newman. Con: Armin Mueller Stahal, Elizabeth Perkins, Joan Plowright, Aidan Quinn, Lou Jacobi. Dist: Columbia Pictures. Video: Videovisa.

