Por Hugo Lara Chávez
En la encuesta oficial que la mayoría da por buena, el lobo es el villano del cuento, Caperucita Roja y su abuelita son las víctimas, y el leñador es el héroe salvador ¿Pero quién confía en las versiones oficiales en estos tiempos? Decididamente los realizadores de Buza Caperuza, la verdadera historia no les creen, y es más, las desafían. Los hermanos Corey y Todd Edwards, y Tony Leech, codirectores y guionistas de esta cinta de animación, resuelven a su manera una de las fábulas infantiles más populares, la de Caperucita Roja y el lobo feroz, y en su aventura nos llevan por un relato policiaco narrado desde diferentes puntos de vista, que nos conduce hacia un insospechado desenlace donde hay un villano chaparro y orejón, innombrable por ahora, para no echarles a perder el final.
Cine de niños para adultos
El cine de animación en Hollywood lleva ya varios años experimentando con la tecnología digital y con el hallazgo de historias originales, al estilo de lo hecho por los estudios Pixar y, en menor grado, Dreamworks. Dentro de esta corriente, tal vez la asociación más directa que tenga Buza Caperuza sea con Shrek (2001), el anticuento de hadas que logró atraer a niños y adultos por su inteligencia, sus personajes imperfectos, su singularidad e irreverencia. Eso contribuyó a transformar para siempre los códigos del cine de animación, para dar paso a un cine en el que abunda el humor corrosivo, las referencias a la realidad, los anacronismos, y que rompe con los convencionalismos de los relatos infantiles, que por años Disney había monopolizado hasta el hartazgo.
Buza Caperuza se acoge a estos principios y nos propone una divertida prolongación del cuento de Caperucita Roja que todos conocemos. La película comienza con el final del relato tradicional, cuando el lobo está a punto de merendarse a Caperucita y el leñador irrumpe a la escena para salvar a ella y su abuelita. Acto seguido, la policía del bosque, capitaneada por un oso —quien sigue el caso de un ladrón de recetas que ha roto la armonía en el bosque—, ha detenido en el lugar del crimen a los cuatro involucrados y se dispone a cerrar el asunto, pero una astuta rana detective hace su aparición y convence a la policía de confrontar los puntos de vista de los sospechosos para aclarar lo sucedido.
Un film noir de caricatura
Como en la famosa película Rashomon (1950), de Akira Kurosawa, y como lo han repetido películas sucesivas, el relato se reconstruye con las diferentes versiones de los personajes y se aprovisiona simpáticamente de ciertos recursos del cine policiaco y del film noir. Y así, lo que en un principio era obvio, deja de serlo en cuanto sabemos que la tal Caperucita es una chica moderna que practica artes marciales entre otras monerías, pero que se halla amenazada por el misterioso ladrón de recetas; que el fornido leñador austriaco no es sino un tímido aspirante a actor ensayando su papel; que el lobo es en realidad un sagaz reportero y que la abuelita lleva una vida secreta pues gusta de practicar deportes extremos.
Además, la cinta tiene algunas escenas musicales, varias persecuciones y una buena cantidad de gags de diferentes calibres, donde claro, hay algunos mejores que otros, desde los que aluden a la cultura popular hasta los que resultan guiños para cinéfilos avispados. A esto se suman unos personajes que rodean a los cuatro principales que poseen a su favor una identidad definida, más allá de ser personajes de utilería. Entre los más logrados hay que poner atención en la locuaz ardilla fotógrafa y en la desquiciada cabra cantante.
El futuro de la animación
Buza Caperuza está realizada en 3D, con personajes generados por computadora (CGI), como las producciones de Pixar. Sin embargo, podrá verse en su hechura aparentemente una técnica menos depurada, pues simula con toda la intención el estilo artesanal de la animación stop-motion (objetos fijos que son retratados cuadro por cuadro para simular movimiento), lo que le confiere a la película en su conjunto un agradable aspecto, colorido y diferente a lo que recientemente predomina en este género.
En suma, puede verse a Buza Caperuza como un modelo del cine independiente de animación, un camino que están emprendiendo decenas de creativos en el mundo, como los hermanos Edwards, que tienen acceso a software de animación de bajo costo y que se han puesto a trabajar en los garajes de sus casas (y ahí está el origen de Una película de huevos, para quien lo dude). Quizás esté aquí el futuro de la animación: los realizadores independientes que con presupuestos de 15 millones de dólares o menos, como el que tuvo ésta, abran alternativas más imaginativas contra los decepcionantes proyectos de los grandes estudios, como El Espanta tiburones (Shark Tale, 2004) o Vida salvaje (The Wild, 2006), que rondaron los 70 millones y que resultaron muy mediocres. Para salvar a la gallina de los huevos de oro, Hollywood ya está poniendo sus ojos en ellos.
Una anciana llamada Caperucita Roja
El escritor francés Charles Perrault publicó hacia 1697 una primera versión de Caperucita Roja, una fábula anónima que era muy popular en Europa y que se había transmitido oralmente. La versión de Perrault suele considerase bastante cruel, pues al final el lobo engulle tanto a la abuela como a su nieta. Otra de las versiones más célebres es la de los hermanos Grimm, de 1812, quienes introdujeron el final feliz y a la figura del leñador, quien en el desenlace sorprende al lobo después de que devora a la anciana y a Caperucita, lo mata y después rescata con vida de la barriga del animal a las dos mujeres. También se sabe que los hermanos Grimm propusieron un final alternativo, en el que la abuelita se las arregla para salvar su pellejo y el de su nieta.
La voz del eterno crítico
Hay que sobreponerse a los primeros minutos de la película para tomar interés y disfrutarla por sus peculiaridades, sus buenos chistes y los diversos detalles que la vuelven atractiva gradualmente. Tal vez la figura del villano pueda dejar algo más que desear. Vale la pena.
Si te gustaron estas películas…
Shrek (1999)
Una película de huevos (2006)
No te pierdas Buza Caperuza
Puntos a destacar
- Las voces de los personajes, en su versión en inglés, cuenta con la participación de destacadas figuras como Glenn Close y James Belushi. En la versión en castellano, la voz que presta Manuel “el Loco” Valdés al lobo es lo más llamativo, en conexión directa con el mismo personaje que interpretó en los años sesentas en una serie de cintas sobre Caperucita Roja. También el comediante Omar Chaparro hace una labor decorosa en el papel de la abuelita.
- La estética de la animación, que deliberadamente está inspirada en la técnica stop-motion.
De qué se trata en una línea
Buza Caperuza retoma el popular cuento de Caperucita Roja para proponer una prolongación del mismo, en la que se le añade el caso de un misterioso ladrón de recetas que quebranta la armonía del bosque y que es investigado por la policía y una astuta rana detective. Estos se encargan de revelar la verdadera circunstancia que rodea a la añeja fábula y capturar al misterioso villano.