Por Hugo Lara Chávez
A partir de una buena anécdota, las hermanas Novaro, María y Beatriz, hacen un sólido guión para que la primera dirija su segunda película, “Danzón”, donde es notable la evolución que ha sufrido la realizadora de su película anterior, “Lola”, a ésta. “Danzón”, junto a “La mujer del Puerto” de Ripstein, marcaron el regreso del cine mexicano al Festival de Cannes el año pasado, luego de muchos años de ausencia. La película de Novaro fue muy bien recibida.
Hay muchas razones que hacen de “Danzón” una buena película. En el relato, donde impera la alegría, el color y la luminosidad, Novaro ambienta su historia en el Puerto de Veracruz, transformando la sordidez en un entorno colorido, luminoso y alegre. Al mismo tiempo, “Danzón” es un planteamiento sobre la feminidad mexicana y sus posibilidades, una mirada desenfadada a la aventura de una mujer, el protagonista, con todos los elementos que la sostienen: el amor, el baile, la feminidad. María Novaro consigue estructurar la historia de un modo en que los personajes son sólidos y constantes, pues la narración, enfocada en el aspecto emotivo, es resuelta eficientemente por la realizadora.
“Danzón” (México, 1990) Dir: María Novaro. Producción: Jorge Sánchez. Guión: María y Beatriz _Novaro. Foto: Rodrigo García. Sonido: Nerio Barberis. Edición: Nelson Rodríguez, María Novaro. Con: María Rojo, Carmen Salinas, Blanca Guerra, Tito Vaconcelos

