Por Lorena Loeza
Pocas películas logran el impacto que Gabriel Abrantes y Daniel Schmidt consiguen con su cinta “Diamantino”. Ganadora del Gran Premio en la Semana Internacional de la Crítica en el Festival de Cine de Cannes en su edición 2018, resulta sin duda una curiosidad cinematográfica difícil de definir. A caballo entre el falso documental, la farsa, la parodia y la aguda crítica a la Europa contemporánea, es seguro que no dejará a nadie indiferente después de verla.
Los directores Arantes y Schimdt construyen su relato a partir de varios lugares comunes y fácilmente reconocibles, en donde el único hilo conductor entre las diferentes subtramas, es el absurdo expuesto de manera exponencial. Nunca entendemos del todo que es lo que realmente sucede, ni lo que nos quieren decir los autores de fondo. Pero si entendemos que se trata de algo relacionado con nosotros/as y nuestra controvertida condición humana. Al final, tampoco sabemos decir si nos gusta, nos divierte o nos enfada, pero de algo podemos estar seguros/as: no se trata solo de una película, es en realidad una experiencia fílmica.
De acuerdo a la trama, Diamantino es una gran estrella portuguesa de futbol. Ni bien han pasado unos segundos cuando ya asociamos al personaje con Cristiano Ronaldo. No es gratuito. Son muchas las metáforas alrededor de ser uno de los deportistas más conocidos del mundo y hasta se podría decir que Ronaldo es en sí mismo un cliché.
Pero continuando con la cinta, también nos dicen que Diamantino posee un talento arrollador que ni él mismo comprende, vive a la sombra de su padre y hermanas, personajes voraces que no dudan en aprovecharse de él y su inocente modo de ver la vida.
La trama narra de inicio, el momento en que aparentemente el gran goleador ha perdido el toque. Recuperar sus talentos se convierte en una extraña búsqueda de sí mismo, en medio del ambiente enrarecido que le rodea.
Lo que sucede después de ese planteamiento no es fácil de explicar. El futbolista también está en medio de una investigación por lavado de dinero y otra que busca “clonar” su excepcional talento, vive la crisis propia de la mediana edad y lucha contra el interés de las hermanas por controlar el dinero a la muerte de su padre. Diamantino está además sin saberlo, en una conspiración internacional neofascista de la cual es pieza clave.
Hay de todo para construir a partir de ello, lo que sería la visión panóptica del caos: migración, el Brexit, homofobia, guerra… y un largo etcétera.
Si bien “Diamantino” no es fácil de entender o digerir, es seguro que nadie podrá quedar indiferente. Personajes crueles, paródicos, melodramáticos y trágicos sin posibilidad de redención, es lo que el guion ofrece. Ambientes saturados, recargados, entre cursis y cutres, es lo que la atmósfera narrativa muestra. Y en medio de ello un espejo oscuro y humeante en donde la pura y llana realidad se refleja.
Al final, es de esas cintas que amas u odias, pero que no podrás decir que no te alegras de haber visto. Aún en el odio hay el reconocimiento de que lo que nos molesta hasta el repudio, no proviene de otra parte más que de nuestro interior. Es duro mirarlo tan descarnado y alucinante. Pero siempre será mejor eso, a pasar siempre de largo sin mirarlo nunca. “Diamantino” se estrena este viernes 23 de agosto.