Por Manuel Cruz
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En 6 capítulos, Nosotros, Lucifer busca la vista y la voz de los sueños, especialmente los menos placenteros. Con una economía financiera y de equipo pero mucho ingenio, el director Diego Moreno ha creado una pieza cuya narrativa es absolutamente visceral, muy en los pasos de la recién estrenada Berberian Sound Studio, pero aún más abstracta. El festival donde compite se titula Distrital: Cine y Otros Mundos , y la cinta adecuadamente aleja a su público del raciocinio o percepción de seguridad. Como las películas más impactantes, es un mundo propio, invasor de los sentidos y visitante de largo plazo en la conciencia.
Es ante todo un estudio del horror, visto como sensación e historia. Moreno explora los miedos de la gente primero desde la anécdota: una chica con tendencias suicidas habla de su profunda necesidad por contacto humano en medio de una sesión pacheca. Más adelante, se da clara evidencia en otros personajes de una presencia diabólica, consumiendo su cuerpo y alma. ¿Retortijones marca “El Exorcista”? Aquí están, pero al igual que en “El Proyecto de la Bruja de Blair”, el monstruo no viene del exterior para atacar al hombre, sino es él mismo, y la repentina modificación de sus sensaciones. El inicio de la película es lo más cercano a la representación visual de una pesadilla: el cuerpo se escandaliza, convulsiona dentro de su propia jaula. La excelente fotografía claustrofóbica a blanco y negro muestra paisajes que nadie ha visto nunca. Y el miedo aumenta al descubrir que existe en el propio cuerpo.
Para los interesados en un verdadero tour de force, esta película es una clara demostración de la revolución en convenciones narrativas que pretende lograr Distrital, como lo dijo Jorge Ayala Blanco. Prueba de que las sensaciones, especialmente el miedo, alcanzan su mayor punto de efectividad con elementos minimalistas. ¿No hizo lo mismo Tobe Hopper con “La Masacre de Texas”, o la versión original de ¿”Viernes 13”? Clásicos como “La Noche de los Muertos Vivientes” e “Invasión de los Cuerpos Vivientes” siguen la misma premisa. “Nosotros, Lucifer” la nacionaliza, la vuelve contemporánea y resulta en una de las mejores producciones nacionales del año, que por mucho tiempo recuerda a esta canción…