Una aproximación al imaginario mexicano a través de la película “Mecánica Nacional”

Por Beatriz Adriana Mendoza Hernández

La cámara miente siempre, miente 24 veces por segundo
Brian de Palma

PRIMERA LLAMADA

Estudiar el cine no es cosa sencilla y más cuando se trata de analizar una cinta tan emblemática para muchos de los mexicanos que tuvieron la oportunidad de asistir al cine a verla. Sin embargo, 42 años después de que fue exhibida la cinta, Luis Alcoriza su director, nunca tuvo en mente la magnitud que iba a tener  en los cines mexicanos. Es por eso que  llamó la atención que a raíz de su éxito comercial, comprender los motivos de su éxito y observar que tras un estudio crítico de diversas fuentes, delatan la intencionalidad de la cinta en el momento en que la industria cinematográfica nacional estaba urgida de éxitos en las carteleras, pero también dignificar al cine que había entrado desde años atrás en decadencia. Sobre todo, la intención del artículo es hallar aquellos rasgos que permitan entender su éxito e indagar sobre la construcción de un imaginario del mexicano urbano durante 1971.

El método empleado es un análisis de la cinta entendiendo las variables que intervinieron en la creación de “Mecánica Nacional”, el entorno social y político de la cinta, así como también el análisis de los elementos hallados en la cinta,  retomándose algunas fuentes críticas cinematográficas del momento. Los resultados obtenidos en el análisis son de mucho valor para entender  la película y la forma en que se  conformó el imaginario del mexicano, aunque esta visión es construida al interior de los círculos críticos del cine que etiquetaron el carácter del mexicano de clase media del Distrito Federal.

El objetivo planteado es tener presente que a través del estudio de la película, se puede tener un acercamiento a los fenómenos sociales, particularmente en el caso en la conformación del concepto del ser mexicano a partir del estudio de sus comportamientos y percatando cómo dicha categoría tuvo una función y objetivo.

Para  estudiar  la cinta se consideró el método de análisis cinematográfico basado en las características de los personajes y el contexto histórico en la que surge, además de la crítica de cine cómo una herramienta que pueda contribuir a afianzar a la investigación.


¿QUÉ ES  “MECÁNICA NACIONAL”?

“Mecánica Nacional” es un argumento de Luis Alcoriza, quien también funge como director de la cinta, filmada en 1971. El punto central para el desarrollo de la historia es una carrera automovilística en las inmediaciones de la ciudad de México. Particularmente, el dueño de un taller mecánico, acompañado con su familia se prepara para acudir al evento, pero no son los únicos en tener dicha intención, ya que un nutrido número de personajes de distintos estratos sociales desean también acudir, creando una lucha frenética para lograr los mejores lugares para ver la carrera, lo que provoca un gran tráfico vehicular. En el caos queda atrapado un mayor del ejército vestido de civil quien desea ir a Cuernavaca con su novia. Todos empiezan a estacionar sus autos e instalarse para disfrutar la carrera. Desesperado por salir, amenaza con un arma de fuego para que lo dejen salir, aunque nadie escucha su petición. Más tarde resignado, también queda inmerso en ese ambiente de algarabía creado a partir de la carrea.

Un grupo de jóvenes se hacen presentes entre la masa de gente que se aglutina para observar la carrera, aunque es un mero pretexto para dar rienda suelta al libertinaje sexual. Todos juntos pero no revueltos, se reúnen de acuerdo a su rol social para beber alcohol, cantar, bailar o platicar. Un hecho trágico acontece cuando muere  la madre del dueño del taller mecánico por una indigestión estomacal, por lo que desata otra serie de situaciones cómicas, como el hecho de que un conductor de televisión, quien aprovecha el momento para filmarlo y ser parte de lo sucedido alrededor de la carrera automovilística.


Los personajes

La historia está inmersa en un ambiente donde el hombre ocupa un lugar preponderante en la historia. Uno de los protagonistas, Eufemio (encarnado por el actor Manolo Fábregas), es el dueño del taller mecánico y cumple con su rol como padre, esposo y trabajador, pero es un macho que tiene pleno dominio sobre su esposa Chabela (interpretada por la actriz Lucha Villa) y sus hijas Charito (encarnada por la actriz Alma Muriel) y Paulina        (interpretada por Maritza), pero es respetuoso y sumiso ante su madre doña Lolita (quien es interpretada magistralmente por Sara García).

Eufemio es acompañado por su compadre el güero Corrales (encarnado por el actor Pancho Córdova) y don Chava (interpretado por Eduardo López Rojas), quienes al igual que él, comparten el carácter macho, ya que somete a sus mujeres y las  reducen a ser sólo amas de casa y madres de sus hijos. De igual forma está la figura del comandante de la policía, Gregorio (interpretado por Héctor Suárez), que como autoridad máxima, hace valer también su condición cuando enfurece porque no lo respetan y saca su arma; su carácter  está inmerso en los celos provocados cuando su novia se escapa continuamente para perseguir al hombre que le gusta; la triste realidad se desvela cuando comenta, ya borracho, que no se trataba de su novia, la conoció en un cabaret y su esposa legítima estaba en su casa cuidando de sus hijos.

La imagen del macho es matizada con la presencia de varones jóvenes , cuya utilidad en la cinta, parece mostrar que aunque pertenecen a una nueva generación y tratan de separase de los anticuados lineamientos sociales de la época, conservan su carácter machista. Uno de ellos es el llamado Apache (interpretado por el actor Fabian), cuya figura varonil y conquistadora le hacen valer la simpatía entre las féminas. Por otro lado, Lalo (encarnado por Fernando Ciangerotti), quien es novio de Charito, muestra en su discurso empatía con la libertad para justificar sus acciones en torno a sus propios deseos e intereses, a pesar de ello, sigue manteniendo alocuciones conservadoras hacia su propia novia; es coqueto con otras mujeres.

Las figuras femeninas abundan en la cinta, como lo son doña Lolita, quien a lo largo del argumento come sin cesar hasta que muere. Aparentemente los papeles de mujeres abnegadas, amas de casa y con carácter recto están presentes en Chabela y su comadre Dora,  les gusta beber ron, están tentadas a ser infieles a sus maridos con Rogelio y Marcos (interpretados por Fernando Casanova y Carlos León), dos hombres que gustan de ellas. Por otro lado, las hijas de Eufemio son distintas, Charito recibe una educación universitaria liberal y feminista, y es capaz de decidir si tiene sexo con su novio Lalo, en el momento en que ella lo desee. Paulina goza del ambiente libertino, pero es abnegada ante la figura del padre.

Laila, la Rubia (interpretada por Fabiola Falcón), se muestra como novia de Genaro, en realidad es su amante. En la cinta aparece como el objeto de tentación y provocación de los más bajos instintos de cualquier hombre que la observe. Coqueta, alegre, bailadora y peleonera, ejerce un fuerte chantaje psicológico sobre su amante a quien mangonea a su antojo. Si algo le interesa lo consigue, incluso si desea tener sexo con el Apache lo hace. Los hombres la apetecen, se deja manosear y le agradan los piropos[1] que le dicen, tal parece que los goza. Al mismo tiempo es objeto de envidia por parte de las esposas o señoras ahí presentes: la juzgan por cómo se comporta y viste.

En la cinta están presentes dos grupos extranjeros que  parecen observar  lo que sucede, son una especie de espectadores, unos son asturianos que conviven y cantan con los mexicanos, pero se distinguen. Se presentan de igual forma dos norteamericanas que acompañan a los chicos y disfrutan del libertinaje, el exceso de alcohol y comida, listas para tomar fotografías como cualquier turista; son testigos de lo que pasa y preguntan constantemente si así son los mexicanos en la vida real.

Para finalizar, aparece un hombre y una mujer (interpretados por Carlos Piñar y Pily Bayona), asisten  a la carrera vestidos elegantemente en un tono blanco y en su auto del mismo color; no tienen diálogo alguno, no obstante su función se reduce a comer y beber todo lo que pueden.

El nombre de la cinta  obedece al nombre del taller mecánico del protagonista, a pesar de ello, se le puede dar otra interpretación. Si uno de los aspectos del estudio de la cinta esta cimentado en las acciones de los personajes, la manera en cómo actúan también refiere a la categoría de su funcionamiento al interior de la colectividad, siendo necesario localizar los elementos que conectan a los sujetos sociales y son parte integral de un mecanismo llamado sociedad.


En torno a “Mecánica Nacional”

La cinta mostró una serie de situaciones ilustrativas de  una realidad palpable en México para los años setenta, requiriendo conocer los aspectos sociales y asuntos relacionados con la industria cinematográfica en ese momento.

El cambio en la silla presidencial enmarcó la transición económica y social del país en manos del licenciado Luis Echeverría, quien tomó posesión el 1 de diciembre de 1970; gobierno antecesor del licenciado Gustavo Díaz Ordaz, caracterizado por un férreo control estatal ante el levantamiento estudiantil del 2 de octubre de 1968.

La intención del nuevo sexenio era  la neutralización de las heridas provocadas en 1968 y “se ocupaba una buena parte de sus torrentes declarativos en pregonar una afamada apertura democrática”, [2] así existía  la obligatoriedad en el nuevo presidente por hacer una nación unida capaz de enfrentar los problemas sociales del pasado y construir una imagen renovada en el extranjero.

Para lograr el objetivo trazado requirió armar una estrategia adecuada para atraer la inversión privada hacia las principales actividades económicas del país, así mismo deseaba hermanarse con  Estados Unidos y estrechar relaciones económicas con naciones europeas; su accionar no solamente estaba concentrado hacia el exterior, ya que procuraba unificar al país abriendo la puerta a los campos de la democracia y áreas de expresión, siendo que  las clases medias serían los receptores primordiales, entre los que se incluía a los propios estudiantes.[3]

Otra característica del sexenio de Luis Echeverría, fue su contacto cercano con los grupos intelectuales mexicanos y extranjeros del momento, mostrando aprecio por los escritores como Carlos Fuentes, el intelectual Carlos Cosío Villegas, el poeta Pablo Neruda, el escritor y poeta Alejo Carpentier y el escritor Miguel Ángel Asturias. [4] Cabe mencionar el acercamiento con la industria cinematográfica, especialmente para la continuidad a las políticas de apoyo al cine nacional que se encontraba en una crisis,[5]entonces el Estado desde el año de 1967 tomó parte de la administración de la industria cinematográfica a través del Banco Nacional Cinematográfico.

La crisis en el cine fue consecuencia de la desarticulación entre los productores de las películas y las distribuidoras que producían cintas de baja calidad, generando que el público se negara ir a las salas de cine. Es por ello que el Estado tomó las riendas de la situación, logrando encarecidamente la promoción de las películas mexicanas, [6] pero sobre todo tratando de colocar una cinta de éxito comercial que le significara, por una parte, ingresos económicas a la industria cinematográfica nacional, y por otra, una película que unificara a las masas, y que mejor  que  “Mecánica Nacional” para cumplir dichos objetivos.

El panorama que tenía el presidente Luis Echeverría era el de un Estado que mantendría las riendas de la industria cinematográfica, pero en especial parece pertinente el planteamiento que exponen las autoras de la tesis La participación del estado en la industria cinematográfica, que deja entrever que las cintas producidas en la años setenta fueron regidas por la mano dura del Estado, teniendo la intención de que expusieran los costumbres, el prototipo del mexicano y la moral de la época[7]. Dentro de dicho marco, el estreno de  “Mecánica Nacional”  fue el  28 de diciembre de 1972, un año después de que arrancó su filmación en las inmediaciones de la ciudad de México.

México experimentaba una delicada situación económica tras el fracaso del modelo del desarrollo estabilizador [8] y con la política de Luis Echeverría, quien inauguró la transición del modelo económico al desarrollo compartido había generado un ingreso monetario en pocas manos, acentuando las diferencias sociales [9]; se había polarizado la concentración del poder económico y cultural en un grupo, acontecimientos que fueron evidentes en la cinta cuando una clase conforma sus propias reglas de comportamiento y distinción social. Lo popular  que caracteriza a dicha clase, cabe en la cinta de acuerdo con lo conceptualizado por  Raúl Béjar como aquello que se cree propio de la mayoría sus gustos, lenguaje, preferencias culturales, sociales y estéticas que crea a partir de su situación sumisa para distinguirse de otra clase social, [10] hecho que es tangible en la cinta a través de una estrato social de una región con sus respectivos códigos culturales.

Dos elementos del cine producido en la época de cine de oro y que fueron rescatados por “Mecánica Nacional”, recaen en los conceptos del machismo y la abnegación de la mujer, ofreciendo una versión matizada, renovada y pícara (la posibilidad de que las mujeres “le pongan los cuernos” a sus maridos); la figura de la mujer como objeto del deseo, pero aquí  no se observó con una connotación negativa, sino irónica y “chusca”.

La película logró retratar la situación de una ciudad caótica cuyo crecimiento en tamaño y población era evidente, y detectó, al mismo tiempo, los estragos de una sociedad producto del fracaso de un modelo económico que estaba esperanzada en una solución a sus problemas. Esto se percibe en las pláticas entre Eufemio, Don Chava y su compadre, que hablan del éxito de México cimentado en la industria, el comercio y el turismo, aspectos que el gobierno de Echeverría trató de impulsar.

Un elemento que proporciona identidad a la clase media percibida en la cinta es el manejo del lenguaje con códigos fabricados y lo cual significa ciertas pautas de comportamiento. Así, palabras como oye cuerpo, buey o me vale grillo, son comunes escucharlas en la película; hay también frases acompañadas de groserías que le dan un toque pícaro y vulgar. Especial es el manejo de un código de lenguaje entre los jóvenes, ya que muchos de ellos usan americanismos como want moment , nice o very good , lo cual delata la influencia de Estados Unidos hacia un país que requería de modelos que le garantizaran ser una nación desarrollada económicamente. Dichos prototipos solo serían copiados en otros aspectos, como lo hace notar Eufemio cuando dice: “Hay que ser como ellos pero sin ser como ellos”[11] y no una reproducción exacta de la cultura norteamericana.

Un egoísmo individual se evidenció al momento en que todos desean apartar el mejor lugar para observar la carrera, pero un rasgo positivo es la solidaridad entre los miembros de la clase media (la muerte de doña Charo, madre de Eufemio, significó que todos lo apoyaban en ese momento difícil).

Al mismo tiempo, la cinta refleja un aspecto relevante en el estudio de la clase y unificador con otros sectores sociales. La moralidad relacionada a la dignidad individual ha sido un elemento común a lo largo del cine mexicano. “Mecánica Nacional” no es la excepción, ya que la imagen de hija inmaculada se desdibuja cuando Eufemio encuentra a Charito teniendo sexo con el novio o cuando el Güero Corrales le dice que Chabela su esposa le fue infiel con  Rogelio. No obstante, Eufemio, por su condición de hombre macho, sí puede ser infiel, ya que desea tener sexo con Laila, la rubia, sin importar su compromiso matrimonial. A la luz de sus amigos y él mismo, su imagen de padre y esposo ejemplar no puede ser empañada por una infidelidad que planea cumplir, pero sí ve con malos ojos si su esposa lo hace o  si su hija es una libertina.


¿La crítica en la cinta?

Lo  interesante fue hallar indicios sobre el impacto de la cinta entre los círculos de crítica de cine en su momento, condujo a que los clásicos arquetipos dentro del cine nacional mexicano de los años de la  Época de oro se habían reconceptualizado para mostrar a los cornudos, el ligador, los hippies, a los jóvenes calenturientos, el alcohol dentro de una gama de comportamientos dentro de una sociedad inmersa en una crisis de la soledad de las masas (a pesar de que todos los personajes están dentro del mismo espacio) y la carencia del respeto hacia la autoridad.

Entre los círculos de crítica de cine más reconocidos a nivel nacional se pudieron rescatar distintos testimonios, entre los que se encuentra el del periódico  Esto:

“Mecánica Nacional” es una excelente comedia, es muy inteligente su libreto, es una obra que fluye a buen ritmo, con situación humorísticas muy bien logradas y apuntes satíricos de primer orden. Esto, que resultaría más que suficiente que cualquier  otra película, aparece como un logro menor en un filme de tantas ambiciones. En definitiva es una comedia de personajes, algunos están mejor logrados que otros, pero en su conjunto reside su dimensión positiva. El de “Mecánica Nacional” es sin duda uno de los más importantes estrenos fílmicos de los últimos meses.[12]

Parece ser una adulación a la cinta, a su creador, quien de forma inteligente cuenta una comedia de situaciones; película clave dentro de la filmografía de Luis Alcoriza quien ofrece una versión ácida, crítica e irreverente de los habitantes del Distrito Federal. Ysabel Gracida, veinte años después del estreno de la película, manifestó en un artículo publicado por el periódico el Excélsior, la manera en que el director se burla de los personajes que integraron al microcosmos de la sociedad defeña de la década de los setenta. [13]

Sin embargo se encontró un testimonio que desacreditó ciertas posturas positivas de la cinta. La perspectiva de Carlos Monsiváis, escritor, intelectual y crítico de cine, vio en la película el protagonismo de la clase media adulada, y que mejor que rescatar sus palabras: “El personaje promovido fue el macho intrépido, inconsecuente. Más el cine, decidió un aprovechamiento exhaustivo de esta apertura de mercados, necesitaba adelgazar aún más al personaje para adquirir todo los públicos, pero mostraba el folklor mal entendido del mexicano”.[14] Monsiváis argumentó que la cinta contenía una vanidad halagada de la clase media constituyendo el medio para retratar la particularidad de su propia psicología y una crítica hacia ella, que  lejos de reflexionar sobre un cambio en su conducta, resulta un prestigio y se autocomplace de los errores que comete. Si el folclor se reduce a ser incoherente, mal hablado, se está totalmente equivocado.

Una crítica positiva la emitió el crítico de cine  Jorge Ayala Blanco en La aventura del cine mexicano. Consideró que Luis Alcoriza inauguró las primeras tentativas de un realismo citadino. Analizó la ciudad desde dentro, abarcándola y conociendo quien vive en ella y no necesita denigrarla. Ésta  es una virtud significativa en un cine que siempre ha proclamado y defendido los valores, las costumbres; “Mecánica Nacional” ha sido una  propuesta fresca, ágil y divertida. [15]

La película logró dar un bosquejo de la realidad de una clase media localizando un código cultural creado y que le significaría la conformación de una identidad; aunque es un concepto construído dentro de los círculos de crítica de cine, asumieron que si se observaba la creación del imaginario del mexicano éste sería sólo en la ciudad de México y no un concepto totalitario del folclor mexicano. El resultado obtenido es producto del estudio de la cinta a través del análisis de sus personajes; reflejó un mecanismo que el gobierno adoptó para crear una identidad, en particular la de la clase media, pero se tuvo que recurrir a la crítica cinematográfica para detectar las opiniones de la época y deducir si fue bien aceptada, aunque no reflejó a la totalidad de la población mexicana. Si bien la cinta muestra las conductas de los personajes, constituye una crítica feroz hacia su comportamiento individual y colectivo, aderezándolo con un toque pícaro y de humor negro que generó  simpatía con el espectador, más si éste pertenecía a la clase media.

El análisis proporcionó una idea del mexicano, pero limitado sólo a la clase media. Para efectos del presente artículo y dar una mayor amplitud a la indagación de la cinta, estaría pendiente el abordaje de la perspectiva del director, estudiar fuentes primarias como entrevistas o la biografía del director, para que salgan a la luz nuevos aristas del tema sobre la construcción de la identidad. Otro elemento pendiente de investigar es el impacto sobre la audiencia de la época, para ver si efectivamente se habla de la construcción de la imagen del mexicano; ver las formas de adopción de la cinta.

Está abierta la puerta para estudiar los componentes técnicos de la película como sus imágenes gráficas,  color, el sonido o el manejo de la cámara que realiza el director para saber una posible intención. Sería pertinente el guion original como fundamento de la historia y el tratamiento de los personajes para crear un estudio más avanzado y profundo. El presente artículo proporcionó un estudio de cine que no sólo se concretó a la obra, del mismo modo consideró el contexto socioeconómico de México y el de la industria cinematográfica, aunque quedan más campos por explorar.


COLOFÓN

Al estudiar los estereotipos y la conformación de un imaginario del mexicano, “Mecánica Nacional” brinda una aproximación; sin embargo, el límite en la construcción de la categoría  es que la película concreta una realidad avocada sólo a la ciudad de México. Las dimensiones del éxito comercial y entre el círculo de crítica de cine le dan un valor que hasta la fecha constituye un parámetro de la identidad del mexicano limitado  a la clase media.  Esto se pudo comprobar gracias al análisis de la cinta y las críticas realizadas tanto positivas como negativas.

El estudio abona  a una aproximación que sería enriquecida con otros elementos que la dan identidad al mexicano urbano, quedando pendiente la conformación de la identidad del mexicano situado en áreas rurales.  Sería erróneo valorar  la cinta como la construcción de un concepto totalitario del folclor mexicano.

En estos tiempos posmodernos y cuando la globalización está a la orden día, la cinta glorifica el ser mexicano, que no en balde generaciones posteriores al año en que se filmó y estrenó, se ven reflejados porque aún permanecen ciertos patrones de conducta; es una obra que autocomplace a la clase media, que se queja de su situación pero no hace nada por modificarla.

¿Sigue el mexicano contemporáneo riendo ante lo que capta y no hace nada por cambiar aún su situación?


BIBLIOGRAFIA

Agustín José. Tragicomedia mexicana 2. La vida en México de 1970 a 1988. México: Planeta, 1992.

Ayala Blanco Jorge. La aventura del cine mexicano, México: Grijalbo, 1993.

Béjar Navarro Raúl. El mexicano: Aspectos culturales y psicosociales. México: UNAM, 1997.

Medina Peña Luis. Hacia un nuevo estado .México 1920-1994. México: Fondo de Cultura Económica (CFE), 1994.

Navarrete Maya Pilar y Mandujano Jacobo Pilar. “La participación del estado en la industria cinematográfica”. Guadalajara: Universidad de Guadalajara, s/f (aparece sin grado).

Real Academia Española. Diccionario de la lengua española, Madrid, 2001, vol. II.

Gracida Ysabel.“La “Mecánica Nacional””. El Excélsior, 8 de diciembre de 1992, espectáculos, p. 4.

Monsiváis Carlos. “Identidad, “Mecánica Nacional””, El Excélsior, 7 de Marzo de 1973,  p. 7A -8 A.

Sánchez Francisco. ““Mecánica Nacional” éxito taquillero”. Esto, sábado 6 de enero de 1973, En Esto vimos en el cine, p.3.

“Mecánica Nacional”. Dir. Luis Alcoriza. (Act. Manolo Fábregas, Lucha Villa). México, 1972, 1:35:31 (http://www.youtube.com/watch?v=inNMmuFYxeM), 13 de noviembre de 2012.


ILUSTRACIONES Y CUADROS

Fot. 1. Alex Phillips “Charito y Lalo”, 1971, 25 cm x10 cm, s/ técnica México, Col. Fotográfica de Luis Alcoriza. Fondo Emilio García Riera. Archivo Histórico de la Biblioteca Pública “Juan José Arreola”.
Fot. 2. Alex Phillips “Eufemio y su compadre”, 1971, 25 cm x25 cm, s/ técnica, México. Col. Fotográfica de Luis Alcoriza. Fondo Emilio García Riera. Archivo Histórico de la Biblioteca Pública “Juan José Arreola”.
Fot. 3. Alex Phillips “Funeral abuelita”, 1971, 35 cm x 25 cm, s/ técnica México, Col. Fotográfica de Luis Alcoriza. Fondo Emilio García Riera. Archivo Histórico de la Biblioteca Pública “Juan José Arreola”.
Fot. 4. Alex Phillips “El comandante Genaro”, 1971, 15 cmsx10 cm, s/ técnica, México. Col. Fotográfica de Luis Alcoriza. Fondo Emilio García Riera. Archivo Histórico de la Biblioteca Pública “Juan José Arreola”
Fot. 5. Alex Phillips “Lila y el apache”, 1971, 25 cm x 30 cm s/ técnica, México. Col. Fotográfica de Luis Alcoriza. Fondo Emilio García Riera Archivo Histórico de la Biblioteca Pública “Juan José Arreola”


NOTAS AL PIE

[1] Véase “Piropo”. Real Academia Española. Diccionario de la lengua española, Madrid, 2001, p.1770, vol. II.

[2]  Luis, Medina Peña. Hacia un nuevo estado .México, 1920-1994. México: Fondo de Cultura Económica (FCE), 1994, p. 239.

[3] Ibid, p. 200.

[4] Cf. José, Agustín. Tragicomedia mexicana 2. La vida en México de 1970 a 1988. México: Planeta, 1992, p. 10.

[5] Cabe mencionar que la crisis del cine mexicano a los años anteriores a la década de los setenta, se debió a que la industria ya no captaría capital privado en las producciones, siendo que el estado comenzó a comprar productoras de cine, él mismo crearía empresas para distribuir las cintas y la conformación de instituciones  que proporcionarían una parte de la  inversión  total de las películas producidas por el cine nacional,  como el Banco Nacional Cinematográfico.

[6] Laura, Navarrete Maya y Pilar Mandujano Jacobo. “La participación del estado en la industria cinematográfica”. Guadalajara: Universidad de Guadalajara, s/f (sin grado), p. 109.

[7] Cf. Navarrete y Mandujano., ibid, p. 156.

[8] Modelo económico empleado en México de 1954 a 1970 que buscaba la estabilidad económica para lograr el desarrollo económico, logrando un equilibrio del ingreso del trabajador  y  la demanda que genere en el mercado como consumidor y las devaluaciones, fortaleciendo el mercado interno y construyendo un mercado externo para colocar los productos mexicanos. Cf. Medina, op.  cit ., p. 118.

[9] Medina, op cit.,p. 224. La referencia al modelo del desarrollo compartido prometía una mejor distribución del ingreso y la plena participación del estado en la economía nacional.

[10] Raúl, Béjar Navarro.  El mexicano: Aspectos culturales y psicosociales. México: UNAM, 1997, p. 263.

[11] “Mecánica Nacional”. Dir. Luis Alcoriza. (Act. Manolo Fábregas, Lucha Villa). México, 1972, 43:31, (http://www.youtube.com/watch?v=inNMmuFYxeM), 13 de noviembre de 2012.

[12] Francisco Sánchez. ““Mecánica Nacional” éxito taquillero”. Esto, sábado 6 de enero de 1973, En Esto vimos en el cine, p.2.

[13] Ysabel Gracida. “La “Mecánica Nacional””. El Excélsior, 8 de diciembre de 1992, espectáculos, p. 2.

[14] Carlos, Monsiváis. “Identidad, “Mecánica Nacional””, El Excélsior, 7 de Marzo de 1973,  p.7-A y 8-A.

[15] Jorge, Ayala Blanco. La aventura del cine mexicano, México: Grijalbo, 1993, p.65.