Por Edurne Sarriegui   
Noticine.com-CorreCamara.com

La nueva versión de “El libro de la selva / The jungle Book” (2016), dirigida por Jon Favreau (“Iron Man”) y escrita por Justin Marks, vuelve a recrear el clásico de Disney, basado en los libros del inglés Rudyard Kipling, cuarenta y nueve años después del estreno de la cinta animada del mismo título. .

El relato del huérfano criado en la selva india por una manada de lobos ha sido llevado a la pantalla en varias ocasiones pero nada pudo igualar hasta hoy el éxito obtenido por el film estrenado en 1967. Ahora, con la incorporación de nuevas tecnologías de animación digital y en formato 3D, Jon Favreau consigue un film de gran impacto visual que nos lleva a través de la selva acompañando la aventura del valiente Mowgli.

El niño interpretado por Neel Sethi es el único ser humano de la cinta. El resto de los personajes que le acompañan son los animales de la selva a los que la imaginación de Kipling atribuyó características humanas y cuyas voces están interpretadas en la versión original por un elenco de primeras figuras como Ben Kingsley, Bill Murray, Idris Elba, Lupita Nyong´o, Giancarlo Espósito, Scarlett Johanssen y Christopher Walken.

Mowgli es un huérfano que queda solo en la selva después de perder a su padre en las garras del malvado Shere Khan, el tigre. Es rescatado por Bagheera, la pantera, que lo entrega a la manada de lobos para que cuiden de él. El cachorro humano se adapta a la vida en la selva, siempre vigilado de cerca por Bagheera. Las distintas especies viven en armonía respetando las leyes de la selva y bajo el pacto de una paz que asegura la supervivencia de todos. Pero el tigre aparece para romper el statu quo, transgredir los términos del pacto,  reclamar al humano y así concretar su venganza. Para evitar la violencia sobre su familia lobuna, el niño emprende su camino a través de la selva hacia el poblado de los hombres acompañado por su mentor, Bagheera. Pero el camino es difícil, ambos quedan separados y Mowgli expuesto a los peligros de la selva. En esa travesía se encontrará con el oso Baloo que se convertirá en su compañero.

En el nuevo “El libro de la Selva / The Jungle Book” se han utilizado técnicas de animación CGI (imágenes generadas por computadora) que actualizan y dotan a la cinta de realismo y detalle extremos. Totalmente filmada en el centro de Los Ángeles –como consta en los créditos-  nos sumerge en una selva virtual que cobra vida, habitada por animales-personajes que presentan una apariencia similar a la que se vio en “Una aventura extraordinaria /Life of Pi”. Absolutamente alejada de la estética de las animaciones de cincuenta años atrás, es probable que los  niños de entonces celebren el reencuentro con personajes entrañables en esta nueva dimensión. Y para sumar hacia el lado de los nostálgicos están presentes dos de las canciones de la antigua versión interpretadas por el pragmático y hedonista Baloo y el tirano King Loui.

Pero no solo se moderniza la imagen. También se renueva el mensaje. La historia de crecimiento y paso de la niñez a la adultez casi sin escalas de Mowgli en la primera versión de Disney, se convierte ahora en una crónica con tintes más sociales. El cumplimiento de la ley por parte de todos los miembros de la comunidad, el compromiso generalizado para mantener la paz, el trabajo en beneficio de los demás y el reconocimiento de individualidades y diferencias se hacen presentes. En un mundo atravesado por guerras prolongadas y crueles, en el que los conflictos y la pobreza muchas veces provocan desplazamientos que obligan a convivencias difíciles, se puede aplicar la moraleja de esta fábula: es necesario un compromiso amplio y general para asegurar la convivencia y la supervivencia de todos.

“El libro de la Selva/ The jungle Book” ofrece una historia que conserva el corazón y el sentimiento al mismo tiempo que impacta por su tratamiento visual. Dirigida a un público infantil, también tiene en cuenta a los adultos que a fin de cuentas son los que llevan a los niños a las salas de cine. Y para que no nos vayamos a casa con las manos vacías nos deja una enseñanza, firma tradicional de la factoría Disney.