Por Manuel Cruz
Cruzderivas@gmail.com

Si hay un tema que mantiene a la humanidad en boga, es el sexo. La vida antes, durante y después de ese momento, sus secretos e intrigas, el lugar que ocupa en la historia del mundo. ¿Es un oscuro placer oculto, o un castigo público? En el presente, es algo que aparece todo el tiempo, en sinfín de máscaras e intenciones.

François Ozon, cineasta que previamente realizó “Potiche”  (2010) —una comedia ligera que exploraba el lado rebelde de Catherine Deneuve— está consciente del sexo y su identidad mundial. En “Joven y Bella” (Jeune & jolie, 2013), la rebeldía se aumenta, y la comedia se esconde ágilmente al retratar la historia de Isabelle (Marine Vacth), una adolescente francesa que vive el nacimiento de su sexualidad en una forma práctica, educativa, y con amplio beneficio económico: el muy antiguo y respetado oficio de puta.

¡¿Qué?! ¡¿Puta?! ¡El horror! ¡La indignación! De estar en circunstancias hollywoodenses, ya habría una explicación (probablemente relacionada con el mal) para esta actitud, y la oportunidad de vivir una vida pura, decente, ¡buena! “Y así, ella dio cuenta de su error, y fue felizmente casada para siempre”

Pero esta película es francesa, y por tanto responde a una tradición que va en contra de lo esperado, incluso, de la tradición misma. Isabelle, interpretada por Vach como una cruza de modelo perfecta con súper estrella de cine antiguo sutilmente delicada —y adolescente asustada pero valiente a final de cuentas— puede tener miles de razones para justificar lo que hace, así como las puede tener la audiencia. Todos estos cuestionamientos (morales, emocionales, etc.) giran a mil por hora en la licuadora de imágenes que presenta Ozon, donde el secreto nunca se trata de entender porque ocurre lo que vemos (o incluso entenderlo) sino únicamente observarlo. La virtud más grande de la cinta, respondiendo a un estilo muy europeo de hacer las cosas y callarse las palabras innecesarias (“Mon Oncle Antoin”, “La Delicadeza”, “Belle Epoque”) es precisamente no tomar ninguna postura moral frente a los temas que presenta —sexo, adolescencia, prostitución— sino presentarla con auténtica verosimilitud: un ciclo constante, en todos lados, del cual no hay salida —ni para Isabelle ni para nadie—

La decisión pertenece a otros. Y mientras tanto, las imágenes de la cinta permanecerán alojadas en la conciencia y cuerpo de sus espectadores, un buen rato después de terminada la historia

“Joven y Bella” es una película fresca, atrevida y, en su forma tan pasiva e indiferente, intrigante respuesta a una pregunta que suele poner al mundo (y especialmente, a México), en una combinación de ruborización y terror:

¿Coger? ¿Y eso qué tiene de malo?
 

Título original: “Jeune & jolie”. Dir.: François Ozon. País: Francia. Año: 2013. Guión: François Ozon. Fotografía: Pascal Marti. Música: Phillippe Rombi y Françoise Hardy. Edición: Laure Gardette. Con: Marine Vacth (Isabelle), Géraldine Pailhas (Sylvie), Frédéric Pierrot (Patrick), Fantin Ravat (Victor), Johan Leysen (Georges). Productor: Eric Altmayer y Nicolas Altmayer. Compañía distribuidora: Cinemas Nueva Era. Compañía productora: Mandarin Cinéma, Mars Films, France 2 Cinéma, FOZ. Duración: 95 mins. Clasificación: C.

 


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