Por Eduardo Larrocha
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El francés François Ozon está muy interesado en el mundo femenino. Tal inquietud la captamos en películas anteriores: “8 Mujeres”, “Swiming pool” y “Potiche, mujeres al poder”. Se palpa esa misma curiosidad en “Joven y bonita”. Eso sí, algunos críticos de su obra cinematográfica consideran que el estupor que ese mundo despierta en el realizador galo se sustenta en la ignorancia y deriva en misoginia. Que me perdonen quienes así piensan. Yo entiendo que el andamio que sostiene su mirada es asombro masculino ante el misterio.

Isabelle, interpretada con indolente frialdad por Marine Vatch, es una joven que tras su primera experiencia sexual decide prostituirse. Las razones de su conducta no las conoce ni ella misma. No lo necesita económicamente, no se justifica por la ausencia de una madre o de un padre, pero toma la decisión y sigue adelante. Online ofrece su cuerpo. A diferencia de la Severine que interpreta Catherine Deneuve en “Belle de jour”,  Isabelle no tiene que acudir a un burdel. Pone un anuncio en las redes y los clientes pican el anzuelo. Como ocurre “En la casa” -Concha de oro en el Festival de San Sebastián- y en “8 Mujeres” una investigación policial desvela el misterio y pone en evidencia el pecado de Isabelle.

“Joven y bonita” es fría desde una precisa puesta en escena, puede resultar incómoda, es tierna e inteligente y conmueve a quien se sienta atraído por esa fragilidad echada para delante de Isabelle y el protagonismo casi absoluto de la novel Marine Vatch. El contrapeso lo ponen esos padres que no se enteran o unos clientes de diferente conducta y sicología con respecto a las citas. Breve pero destacable es la presencia de Charlotte Rampling. Algo hay en ella del personaje de Fanny Ardant en “Nathalie X”.

Contiene además esta producción netamente francesa evocaciones literarias que nos llevan al siglo XIX con la lectura de un poema de Rimbaud que conocen los escolares franceses. El propio director pudo comprobar su vigencia en un Liceo. Después de invitarles a leer el texto les convocó y rodó lo que para los alumnos significaban esos versos. Este detalle lo contó François Ozon en la presentación en Madrid de “Joven y bonita”. En la rueda de prensa el realizador francés comentaba que después de “En la casa” seguía teniendo muchas ganas de trabajar con adolescentes. Además explica el papel que juegan las canciones de François Hardy dando sentido a las escenas de “Joven y bonita”.

Por S TP