Por Miguel Ravelo
Tuvieron que pasar dos años para que “La 4ª compañía” lograra llegar a las salas de cine en México, luego de alzarse con el Premio Especial del Jurado, el de Mejor Actor y el Premio Guerrero de la Prensa en el Festival de Cine de Guadalajara 2016. Un año después, su paso por la LIX entrega de los Arieles sería especialmente sorprendente, ya que una película que aún no había sido exhibida comercialmente en salas mexicanas y que muy pocas personas habían tenido la oportunidad de ver, se llevaba diez de sus veinte nominaciones a los premios entregados por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, incluyendo el Ariel a la Mejor Película, al Mejor Actor, al Mejor Actor de Cuadro y al Mejor Montaje.
Dirigida por Mitzi Vanessa Arreola y Amir Galván Cervera, “La 4ª compañía” nos sitúa en el México de finales de los años setenta, durante el gobierno de José López Portillo. Nos encontramos en el Penal de Santa Martha Acatitla, cárcel a la que ingresa Zambrano (Adrián Ladrón), un joven ladrón de autos que irá abriéndose paso en el brutal ambiente carcelario. A través de este personaje, los directores irán revelando los abusos de poder, las vejaciones dentro del interior del penal y la forma en la que el protagonista va ganándose la confianza de algunos de los internos y autoridades hasta convertirse en miembro de “Los perros”, el equipo de fútbol americano de la prisión. Pero su aceptación en éste supondrá además su inclusión dentro de la llamada “Cuarta compañía”, grupo de control formado por algunos de los más duros reos que manejan los negocios internos de la prisión y el tráfico de drogas. A estos inclusive se les permite salir del penal durante las noches para robar autos y cometer diversas fechorías ordenadas por Arturo “El Negro” Durazo, uno de los más corruptos jefes del Departamento de Policía y Tránsito de la Ciudad de México.
Basada en la historia real de los miembros del equipo “Los perros”, Mitzi Vanessa Arreola construye un guión atractivo y bien documentado en el que conocemos, junto al personaje de Zambrano, a los internos que fueron parte de esta historia: Combate (Andoni García), Palafox (Hernán Mendoza), Quinto (Gabino Rodríguez) y Siqueiros (Juan Calros Flores) entre otros, así como a las autoridades, Florecita (Darío T. Pie) y un siempre destacable Manuel Ojeda interpretando a Chaparro, el director del penal. Las actuaciones en general son funcionales y la película destaca visualmente gracias a la estupenda fotografía de Miguel López y al muy destacable diseño de arte de Jay Aroesty y Carlos Cosío; sin embargo, el guión de Arreola se encuentra con algunos tropiezos al momento de llegar a la pantalla, ya que historia no se desarrolla con la soltura y rigor mostrados en otros de los rubros de la cinta.
Por un lado, los personajes y sus historias, si bien atrayentes en un inicio, comienzan a acumularse hasta que resulta difícil encontrar empatía en cada uno de ellos. Hay algunos personajes importantes y hasta memorables, como el Palafox de Hernán Mendoza: bien interpretado y con un arco correctamente desarrollado y concluido; pero otros, como el de aquél reo que cría ratas y está profundamente encariñado con ellas, personaje considerablemente carismático y atrayente que no recibe una conclusión clara o satisfactoria; pareciera que el deseo de abarcar tantas historias terminó provocando la dispersión y el desinterés al verlas individualmente.
Es notorio también que narrativamente la película pudo desarrollarse con mayor claridad; por momentos no es tan sencillo adivinar cómo es que está desenvolviéndose la historia en pantalla, llegando un punto en el que la propia postproducción, la edición, las pantallas divididas y la saturación de efectos a cuadro resultan excesivos. Momentos que se supondrían fundamentales, como los juegos de futbol americano, terminan siendo más anecdóticos que apasionantes. El juego final contra el equipo de policías del Negro Durazo no se siente tan logrado en el aspecto visual, lo que deja la sensación de que uno de los momentos que pudieron ser verdaderamente memorables, terminó resultando poco sobresaliente.
Realizada en el interior del Penal de Santa Martha y con varios de los internos interpretando a algunos personajes y extras, “La 4ª compañía” es una película que tiene su mayor atractivo en la recreación de la época, merecedora de todos los elogios que la cinta ha recibido. Sin embargo, los detalles antes mencionados de realización dejan el sabor de que se vio una película con indudables méritos, pero que termina siendo una cinta muy irregular.
Dirección · Director: Amir Galván Cervera, Mitzi Vanessa Arreola
Guion · Screenplay: Mitzi Vanessa Arreola
Fotografia · Cinematography: Miguel López
Música · Music: Renato Del Real, Ramiro Del Real, Takaakira “Taka” Goto / MONO
Sonido · Sound:J avier Umpierrez
Director de arte · Production designer: Jay Aroesty
Edición · Editor: Mitzi Vanessa Arreola, Francisco X. Rivera, Camilo Abadía.
Productor · Producer: Mónica Lozano, Amir Galván Cervera, Ozcar Ramírez, Mitzi Vanessa Arreola y Michel Merkt.
Interpretes · Cast: Adrián Ladrón, Andoni Gracia, Hernán Mendoza, Gabino Rodríguez, Manuel Ojeda, Darío T. Pié, Carlos Valencia, Horacio García Rojas, Juan Carlos Flores.