La distribuidor Diamond Films anunció que, por causas de fuerza mayor, se canceló la visita a México de Quentin Tarantino y el actor Demián Bichir para presentar la película “Los 8 más odiados”,cuyo estreno en cines es el 5 de febrero. Les dejamos nuestra crítica.
Por Gustavo Ambrosio
Nadie como Quentin Tarantino para crear una historia original y fresca a partir de pedazos o bases de otras historias o películas, (sí, “Kill Bill” es una reelaboración), esta vez muestra su vena más western con “Los 8 más odiados” , un homenaje a uno de sus géneros favoritos, el western, y una muestra de que el cinéfilo es buen cineasta.
“Los siete samuráis” (1954) de Kurosawa y “Los siete magníficos” (1960) de John Sturges ven reinventada su estructura con un personaje más, una muchacha criminal que es llevada por un cazarecompensas hacia un pueblo para que la ahorquen, pero al hacer una parada de descanso se encontrará a otros personajes peculiares que parecen tener alguna relación con la joven que lleva esposada.
Con una estructura digna de Agatha Christie, el nuevo trabajo del director de “Perros de reserva” (1992), parece elaborar dos películas, una muy larga y aburridamente reiterativa al principio, donde los diálogos de los personajes repiten lo mismo, para ¿distracción? ¿para amarrar la trama?, una y otra vez, y que si era parte de la fórmula termina en un bostezo bastante prolongado.
Los personajes, y sobre todos las actuaciones, logran una farsa hilarante
La segunda película, que tiene más que ver con su primera película antes mencionada, está estructurada con un narrador, saltos de tiempo y giros inesperados con una dosis de misterio que levantan totalmente la película de ese barro de fanfarronería innecesariamente larga.
Los personajes, y sobre todos las actuaciones, logran una farsa hilarante que resulta un tanto fastidiosa hacia la mitad de la película, pero con suficiente pasado para darles objetivos y acciones precisas. Racismo, amor fraterno, ambición, nacionalismo, orgullo, frialdad, entre otras características crean un caldo explosivo que encuentra, justo en los últimos 40 minutos de la cinta, su máxima expresión.
Del reparto conseguido por el responsable de este spaguetti western gore, destacan la labor de Samuel L. Jackson, Kurt Russell y la brillante Jeniffer J. Leigh, quien se devora la película en cualquier oportunidad por el cinismo que le imprime a su personaje.
Por otro lado, la música de Ennio Morricone, responsable de bandas sonoras históricas para el western, es un deleite musical dentro y fuera de la película. Un regreso significativo de uno de los maestros de la composición musical para el cine con temas que recuerdan a la mejor época de este género.
SI bien no es el mejor trabajo tras las cámaras de Tarantino, es una película disfrutable justo al final, pero sólo si se sobrevive a los gélidos y pantanosos primeros capítulos.