Por Carolina G. Guerrero   

Noticine.com – CorreCamara.com

El director, productor y guionista chileno de moda, Pablo Larraín que ya conoce la gloria en forma de premios como el oso de plata de Berlin 2015 por el “Club” o el Platino al mejor guion por esa misma cinta, entre otros muchos, se atreve en su ultimo trabajo, “Neruda”, que esta semana se ha estrenado en Chile, con el poeta nacional Pablo Neruda, a través de su mirada y de la escritura del coguionista Guillermo Calderon, para llevar a cabo este viaje de huida en una antibiografía del laureado personaje.

Luis Gnecco hace suyo el papel, y en propias palabras se le baja del pedestal al “Dios” para convertirlo en hombre, y para mostrarlo desde otro ángulo, un hombre mitificado al que todo el mundo conoce, pero del que en realidad se sabe muy poco.

En esta ficción se relata desde otra perspectiva los días de persecución y huida del Premio Nobel, seguimiento que ordena el presidente González Videla, y que correrá a cargo del inspector de policía Oscar Peluchonneau, interpretado por Gael Garcia Bernal, cuyo personaje tiene una relevancia clave en esta realidad ficcionada, donde llegarán a confundirse y mezclarse sus protagonismos y sus razones de ser, en un juego de caza, en el que no se sabe muy bien quien es el gato y quien el ratón.

Gonzalez Videla (Alfredo Castro, el actor fetiche de Larraín) ordena la persecución contra los que fueron anteriormente sus aliados comunistas, prohibiendo posteriormente el partido mediante la llamada Ley de Defensa de la Democracia, en ese momento Neruda se erige como su rival, y lleva a cabo su particular cruzada contra el gobierno fascista con sus famosos discursos en el Senado, y con publicaciones donde pone de manifiesto su lucha por la libertad.

El viaje de esta historia comienza en ese momento, y parte de la obsesión por cazar a su presa por el  policía que interpreta Gael Garcia, un hombre de origen incierto, acomplejado y con ansias de gloria, pero la gloria tiene caminos insospechados… y es lo que en cierta manera quieren plasmar su guionista y su director. Nada es lo que parece en este juego de luces y sombras, de escondites, de un Neruda que aun sabiéndose perseguido, se aventura al riesgo y se pasea de noche por los prostíbulos y los antros de perdición de Santiago de Chile, y no se cansa de recitar mil y una veces su canto laureado… “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”…

Luis Gneco impresiona interpretando al poeta, se mete en su piel, habla como él, mira como él, siente y piensa como pudo hacerlo este hombre que en aquel momento compartía su vida con Delia de Carril, con la que se había casado en México, aunque la justicia chilena jamás reconoció la validez de aquella unión, el personaje de Delia lo recrea con grandeza y distinción la actriz argentina Mercedes Moran.

Estamos pues ante una cinta, que engulle al espectador, y lo sumerge en esta trama policial, onírica,y poética por momentos, casi un cuento de lo que ocurrió, una interpretación muy libre de aquellos días de huida y persecución, que tendrá como primera etapa Valparaíso y más tarde las tierras sureñas de Chile, donde el poeta casi perece ahogado.

El Festival de Cannes presentó este trabajo de Larrain en su sección de La Quincena de los realizadores. Muchos fueron entonces, el pasado mayor, los comentarios respecto de que su sitio debió ser la sección oficial, y que injustamente se fue del certamen de vacío, sin otro premio que el de la crítica internacional, que ensalzó este último trabajo del joven realizador chileno que llega esta semana a las salas comerciales chilenas.