Por Juan Pablo Russo
EscribiendoCine.com-CorreCamara.com
“El secreto del río” sigue la historia de Manuel y Erick, dos amigos cuyas vidas toman caminos diferentes tras un evento trágico en su infancia. Años después, Manuel ha adoptado la identidad de Sicarú, una mujer que desafía las normas tradicionales de género, mientras que Erick sigue arrastrando los fantasmas de su pasado. El reencuentro entre ambos revive secretos compartidos y prueba la fuerza de su vínculo.
La serie pone en el centro de su narrativa a los muxes, una comunidad indígena del Istmo de Tehuantepec conocida por asumir roles de género no binarios. Este enfoque ofrece una representación fiel de una de las comunidades más diversas y emblemáticas de México, aportando una mirada que resalta su importancia cultural y la lucha por la identidad de género. A través de Sicarú, interpretada magistralmente por Trinidad González, la serie consigue destacar la complejidad de asumir una identidad fuera de las normas sociales establecidas.
El actor Diego Calva, reconocido por su participación en “Babylon” (2022), interpreta a Erick con una contención emocional, reflejando la nostalgia y el conflicto que su personaje arrastra desde su niñez. En contraste, Trinidad González se destaca en su rol como Sicarú, aportando profundidad y autenticidad a un personaje que desafía las normas de género, destacando la autoaceptación como eje central de su historia.
Más allá de las historias individuales, “El secreto del río” aborda temas sociales significativos como la inclusión y la diversidad sexual. La narrativa no solo visibiliza la cultura muxe, que ha sido históricamente marginada, sino que también lo hace de una manera que refleja sus complejidades y matices culturales, ofreciendo una mirada crítica sobre las tensiones entre las tradiciones y las identidades contemporáneas.
La cinematografía a cargo de Ernesto Contreras, junto a los codirectores Alba Gil y Alejandro Zuno, ofrece un retrato detallado del México rural, donde los paisajes amplios y coloridos contrastan con las vidas internas turbulentas de los personajes. Las escenas están meticulosamente elaboradas, con un equilibrio entre lo poético y lo emocionalmente complejo, lo que añade capas de significado a la trama.
El principal acierto de la serie radica en su tratamiento del tema de la identidad de género en un entorno culturalmente conservador. A través de la figura de Sicarú, la serie propone una discusión sobre la convivencia entre las tradiciones y las nuevas formas de entender la diversidad sexual y de género. Esta perspectiva convierte a “El secreto del río” en una obra clave al visibilizar a una comunidad marginada y resaltar los desafíos de la autoaceptación y la identidad.