Por Lorena Loeza
La manera en que una historia se cuenta, se asimila y se recuerda, también se relaciona con los medios y el tono en que se difunde. A últimas fechas, la historia contemporánea ha pasado a ser parte de un imaginario colectivo que está en las pantallas caseras, en las plataformas y en el cine, además de los libros, los periódicos y los artículos académicos.
Los nuevos tiempos han obligado a repensar las maneras en que se narran diferentes sucesos, debido a que estos nuevos contenidos van dirigidos a públicos diferentes. Por otra parte, también hay reflexiones actuales acerca de si la disponibilidad del contenido demerita la calidad, o si nos enfrentamos a narrativas masificadas que reconstruyen el imaginario en función de las nuevas formas que adoptan.
En medio de estas nuevas interpretaciones, parece encontrarse la apreciación de este documental, “Red privada” (México, 2021), que se inserta en esta nueva y exitosa forma de tomar registro de hechos verídicos de nuestra historia reciente para la discusión colectiva. Y no, no es que se esté “reinventando” el documental, más bien se están usando los medios de streaming para amplificar el discurso. Y eso sí es algo muy nuevo que seguramente tendrá implicaciones interesantes para este género cinematográfico a futuro.
En este caso en particular, se podría decir además que el reto era doblemente mayor, porque se trata de un suceso relativamente reciente, en donde muchas de las personas mencionadas están vivas y tienen una versión propia que contar.
Dirigida por Manuel Alcalá y narrada por Daniel Giménez Cacho, “Red Privada” es a ratos un documental, a ratos un trabajo periodístico y a ratos un thriller policiaco con tintes de cine noir.
Se trata de cómo contar desde este particular estilo, uno de los ataques más frontales y trágicos en contra de la libertad de expresión en México. El asesinato del periodista Manuel Buendía, fue uno de los primeros focos rojos en nuestro país acerca de lo peligrosa que se estaba volviendo la relación entre el gobierno y el narcotráfico.
Puede ser que, para las nuevas generaciones, eso ya no sea una novedad. Los múltiples y lamentables ataques a la vida y la integridad de las personas que ejercen el periodismo, se ha convertido en un hecho sabido y aterradoramente cotidiano.
Sin embargo, el México en el que Manuel Buendía ejercía su labor periodística era muy diferente al actual. Y por eso la cinta es interesante, ya que narra el origen de esa corrupción que poco a poco se fue afianzando hasta dominarlo casi todo.
Manuel Alcalá parece encontrar en este documental la continuidad de su anterior trabajo, el guion de la cinta “Museo” (A.Ruizpalacios, 2018) que narra otro suceso –casi mítico– de los años 80 en nuestro país: el robo de piezas arqueológicas del Museo Nacional de Antropología e Historia.
Ambos sucesos suceden en ese México que estaba al borde de nuevas transformaciones, en donde lo viejo no quería morir y lo nuevo no parecía ser mejor. En ese momento, Manuel Buendía jugó el papel de ser quien miraba con claridad lo que podría venir en los años subsecuentes y empezó a alertar sobre eso.
“Red privada” se sumerge en la investigación de los hechos y ofrece nuevas hipótesis. También liga esta historia con personajes que son importantes en otras que no parecían estar ligadas y que también forman parte de esta nueva ola de trabajos documentales, como “El último agente de la DEA” (2021) que se transmite por otra plataforma streaming.
Quizás estemos llegando a algo parecido al “multiverso” de los documentales y las series de contenido político. O quizás estemos avanzando hacia nuevos métodos de contar nuestras historias. Esa respuesta, quizás como muchas otras ligadas de origen a nuestra situación actual, probablemente solo se respondan con el tiempo.