Por Morgan
“Servant” (2019) es el último trabajo para la televisión de M. Night Shyamalan que llega a las pantallas de la mano de Apple TV+. Se trata de una serie de terror psicológico con algunos toques de drama, colocada como una de las series más atrayentes de la plataforma, que aunque la presentó a finales del año pasado, todavía no tiene el reconocimiento que se merece en México, donde hay cierta reunencia para aceptar a Apple como uno de los principales distribuidores de contenido vía streaming.
La serie consta de diez episodios con una duración aproximada de 30 minutos cada uno. En ellos se sigue a Dorothy y Sean, una pareja que está de luto tras haber perdido a su bebé a las pocas semanas de nacido. Como parte de su terapia, adquieren un muñeco: un bebé de silicona hiperrealista. Dorothy contrata a una niñera para que le ayude con el cuidado del bebé, entonces, la historia propone dos misterios: por un lado, Leanne, la niñera, y su extraña aceptación al hecho de ser contratada para cuidar a un muñeco y, por el otro, saber qué fue lo que pasó realmente con el bebé fallecido.
El personaje de Dorothy está interpretado por Lauren Ambrose (a quien ya hemos visto en “Six Feet Under” y “Expedientes Secretos X”), mientras que Toby Kebbell da vida a su marido, Sean Turner. Por su parte, la actriz Nell Tiger Free interpreta a Leanne, la niñera. Al margen de este trío principal, otro de los protagonistas es Rupert Grint, el actor popularmente conocido por su papel como Ron en las películas de Harry Potter.
Este thriller psicológico con tintes de terror nos plantea desde el primer capítulo pequeñas sugerencias e indicios que podríamos tomar como migajas que nos marcan el camino a lo sobrenatural, pero esa pequeña parte que le da un tono de drama es lo que nos mantiene en la expectativa, con la interrogante de cómo sucedieron las cosas, cómo fue que llegamos aquí, donde la necesidad por un remplazo aunque llegue en forma de muñeco sea indispensable. Cuando somos testigos del origen del trauma de Dorothy, solo podemos rendirnos ante un sentimiento de profundo desasosiego porque está totalmente anclado en la realidad, que aunque requiera una justificación un poco más profunda es una realidad que a nadie le gustaría vivir.
Es verdad que resulta fácil comparar la base de la historia con películas como “The Boy” (2016), donde una niñera es contratada para cuidar un muñeco que remplaza a un bebe que murió trágicamente. Sin embargo, un acierto por parte de M. Night Shyamalan en todas sus producciones es que nos aleja de lo obvio y nos mantiene en incertidumbre durante los 10 episodios, cuando creemos saber de qué va la historia nos sorprende con nueva información. La serie es un relato que sabe mejor en una sola exhibición, requiere un poco de paciencia al inicio, pero vale totalmente la pena al final y quedarás con ganas de la segunda temporada que ya fue confirmada por la cadena.
La puesta en escena juega un papel fundamental en la narración, y aquí es un gran acierto que la acción central en contadas ocasiones salga de esa casa y que la mayoría de lo que veamos del exterior sea a través de pantallas. En cuanto al guión, la dirección y el montaje, el 1×09 es extraordinario; el mismo nivel de terror que alcanza en lo emocional.