Por José de Jesús Chávez Martínez

Esta exitosa saga de espantosos monstruos espaciales que atacan por instinto todo lo que hace ruido y que desde luego matan seres vivos, libera una tercera parte que forma parte de la inercia retrospectiva del relato. Inició en 2017 mostrando el apocalipsis, con la población humana casi disminuida a cero, en un pueblo estadounidense como ejemplo del desastre y una familia tratando de sobrevivir en silencio, utilizando el lenguaje de señas. Siguió con la historia de la misma familia, ya sin el padre Lee Abbott (John Krasinski), ultimado por una de las bestias, encontrando a otros sobrevivientes, entre ellos su amigo Emmett (Cillian Murphy) quien toma el papel de héroe y lleva a buen recaudo al clan, no sin antes pasar por una serie de calamidades; en esta segunda entrega se da el dato importante de que los fenómenos con super oído no saben nadar y temen las inmersiones en el agua, además deja la duda de si habrá otro héroe en la persona de Henri (Djimon Hounsou).

La tercera entrega da fe de la numerosa llegada de monstruos, por medio de otros tantos meteoritos, a la ciudad de Nueva York, donde una enferma terminal de cáncer, Sam (Lupita Nyong’o), trata de escapar de ellos, ya que en cuanto arriban destruyen la ciudad y como locos asesinan a innumerables neoyorkinos. Es el inicio de la fatalidad que se extiende por todo el mundo.

Cabe destacar que las tres películas ideadas y producidas por Krasinski, conocido por aparecer como uno de los personajes de la serie “The Office” y que sorprendió con su capacidad para la dirección en cine, plantean un entorno de inseguridad donde el silencio significa la supervivencia y el único asidero para sostener la fragilidad humana. Es justo señalar que la primera entrega es muy superior a las otras dos, ya que en ella se plantea un conflicto esencialmente social basado en la paternidad responsable en medio de una situación de crisis, cuando el personaje Lee Abbott debe salvar a su familia usando su ingenio y a la vez tratando de mantener el control y la unión con dos hijos preadolescentes, una de ellas sordomuda y rebelde.

Las otras dos entregas carecen de esta profundidad dramática, sobre todo la segunda, que se basa en la mera persistencia, aunque con emociones fuertes basadas en la contradictoria conducta humana. Y la tercera pues queda en medio, con algunos clichés como el que los monstruos extraterrestres casi siempre eligen a Nueva York como escenario de sus ataques (verbigracia, “Cloverfield”, 2008, de Matt Reeves), como que les llama la atención los rascacielos para destruirlos, y siempre son bestias con una fuerza descomunal y una apariencia horrorosa (claro, son monstruos) que pone en jaque la aparentemente armoniosa vida del primer mundo.

Vemos que Sam vive en una casa donde se atiende a enfermos terminales y no acepta mucho la ayuda de Reuben (Alex Wolff), algo así como su cuidador, e incluso lo desprecia sin que él lo merezca. Ambos enfrentan la invasión extraterrestre porque emprenden un paseo en grupo al centro de la ciudad a ver un espectáculo de marionetas y, como era de esperarse, las cosas no salen bien pues el ataque es mortífero.

Lo interesante de esta tercera película es el relevo en el papel del héroe, pues Reuben es asesinado y después casualmente aparece Eric (Joseph Quinn), un timorato inglés estudiante de posgrado en derecho, para seguir el camino de la salvación, indicado por el ejército, hacia el mar donde hay un buque donde va Henri y que ha de trasladar a un destino incierto a quienes logren escapar (en realidad, en la segunda parte se indica que es a una isla).

Hay que reconocer que la actuación de Lupita, como siempre, es impecable y la de Quinn no se queda muy atrás, transmitiendo emociones y certezas que permite la situación planteada en la historia. También Michael Sarnoski (que remplaza a Krasinski como director) maneja adecuadamente la tensión, el peligro y la lógica narrativa de la salvación como única finalidad ante lo que es algo similar a un desastre natural. Es una película que logra el objetivo de entretener y generar algunas reflexiones sobre la fragilidad humana en circunstancias adversas e incontrolables, ante el caos inesperado y repentino. No sabemos si habrá una cuarta entrega, pero por lo pronto esta tercera, como decía el maestro Tomás Pérez Turrent: “se puede ver”. Aún está en carteleras de todo el país.

Título original: A quiet place. Day One. País: Estados Unidos. Dirección: Michael Sarnoski. Producción: Michael Bay, Andrew Form, Brad Fuller, John Krasinski. Guion: Michael Sarnoski. Historia: John Krasinski, Michael Sarnoski. Fotografía: Pat Scola. Montaje: Andrew Mondshein, Gregory Plotkin. Productoras: Platinum Dunes, Sunday Night Productions. Distribución: Paramount Pictures. Elenco: Lupita Nyong’o, Joseph Quinn, Alex Wolff, Djimon Hounsou, Eliane Umuhire.

Por José de Jesús Chávez Martínez

Comunicólogo egresado de la UAM Xochimilco. Profesor investigador en la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Occidente Unidad Culiacán, con las líneas comunicación y educación, y el cine como dispositivo didáctico, de las cuales se han desprendido diversos artículos científicos y tres libros. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII). Desde 2021 es colaborador de correcamara.com