Por Hugo Lara
Playa del Carmen. Un acierto de este joven pero agradable festival que dirige Paula Chaurand, el Riviera Maya Film Festival (RMFF), es contar con una sección para las películas mexicanas, y si bien algunas ya se vieron en otros festivales, han llegado otras que tienen aquí su estreno mundial. Este miércoles, dentro de la sección Plataforma Mexicana, se presentaron en competencia las operas primas “De puro aire”, largometraje documental de Carlos Hernández Vázquez (México, 1983) que tuvo su estreno mundial en este certamen, y la ficción “Somos Mari Pepa” de Samuel Kishi Leopo (Guadalajara, 1984), que anteriormente ya se había proyectado en el Festival de Morelia, con una aceptable acogida de público y crítica.
“De puro aire” toma como protagonista a Gabriel Nájera, un vendedor de globos de la Ciudad de México, que trabaja en la esquina de avenida Insurgentes y Miguel Ángel de Quevedo. El hombre vive en una casa de campaña ahí mismo, donde se baña, come y realiza sus actividades cotidianas, a pesar de tener una familia y una casa, donde habitan su esposa Maribel y sus hijos Sony y Aidee. El relato describe el intento de Gabriel de reconciliarse con su esposa, para regresar a vivir con ella y dejar sus vicios atrás.
“De puro aire” es un filme narrado pausadamente, en el que se eslabonan varios momentos de la rutina de este hombre y la convivencia con su familia, a veces amable y a veces ríspida.
Formalmente es un filme con deficiencias, que desaprovecha oportunidades de enriquecer la narración. Así, por ejemplo, la fotografía es poco propositiva, demasiado estática y plana. La posibilidad de jugar visualmente con los globos u otras figiras es prácticamente nula. El montaje carece de buen ritmo, con demasiados tiempos muertos que no aportan gran cosa, y que bien podrían eliminarse en una versión más corta.
Otro problema es que su protagonista no es suficientemente poderoso para sostener la atención. Hay quien dice que se podría hacer una película de cualquier persona, pero para ello es muy importante la estructura de la narración, y “De puro aire” elige una forma convencional, sin brillo. Los protagonistas lucen acartonados, quizás intimidados por la cámara y la presencia del director, a pesar de que siempre está fuera de cuadro y en pantalla nunca interactúa con ellos.
En tanto, “Somos Mari Pepa” es la versión larga del cortometraje ganador del Ariel realizado por el mismo cineasta, “Mari Pepa” (2010). Narra las andanzas de Alex (Alejandro Gallardo) un rockero adolescente y su banda amateur, a lo largo de varias jornadas de ensayos, fiestas y días de ocio.
La película observa al protagonista y su grupo en momentos que parecen espontáneos: charlando con un indigente a quien se le truncó una carrera como futbolista profesional; jugando futbol con otros amigos o componiendo una canción de un estribillo pícaro y simple, con la finalidad de participar en “La guerra de las bandas”. Al mismo tiempo, Alex tiene que cuidar a su abuela.
Ambientada en Guadalajara, el relato corre de forma lineal, encadenando las escenas como viñetas episódicas del protagonista y sus amigos, como si se espiara la vida de ellos en su intrascendente cotidianidad. En apariencia, no existe mayor motivación dramática en la narración que la posibilidad de que los personajes logren concursar en la Guerra de las Bandas, pero esto al final no es determinante. En todo caso, se vuelve un elemento de peso la silenciosa tensión que Alex tiene con su abuela, aficionada a los boleros y a quien le inquieta el gusto por el rock de su nieto. Sin embargo, el director siempre se inclina por un tono relajado y por despojarse de cualquier asomo trágico o solemne.
El filme está realizado con recursos mínimos, con una cámara que copia en parte cierto estilo documental, con actores novatos pero a los que el director logra sacarles el mejor provecho y que conforman como ensamble uno de sus principales valores.
“Somos Mari Pepa” es un retrato fresco de los jóvenes de la clase media tapatía, sus códigos de identidad, su lenguaje, su humor, sus símbolos y sus aspiraciones. También alude de forma ligera la situación de incertidumbre y vacío en la que viven muchos muchachos en México. Es un filme de modestas ambiciones pero entretenido.
Aunque todavía faltan unas cuantas cintas mexicanas por verse en esta edición del RMFF, la competencia en esta categoría parece cerrarse entre “La vida después” de David Pablos y “Los hámsters” de Gilberto González Penilla.
De puro aire
Director: Carlos Hernández Vázquez. Guión: Carlos Hernández Vázquez. Producción: Carlos Hernández Vázquez, Jean Paul Huber Olea y Contró. Compañías Productoras: FOPROCINE, IMCINE, MEDIA-MAC. Fotografía: Oswaldo Toledano. Edición: Aina Calleja. Música: Triciclo Circus Band. Reparto: Gabriel Nájera, Maribel Villegas, Gabriel Nájera Villegas, Aidee Nájera Villegas, Sony Nájera Villegas. 2014 | México | Color | 86 min
Somos Mari Pepa
Director: Samuel Kishi Leopo. Guión: Samuel Kishi Leopo, Sofía Gómez Córdoba. Producción: Antonio “Toiz” Rodríguez. Compañías Productoras: Teonanacatl Audiovisual, Cebolla Films Fotografía: Octavio Arauz Edición: Yordi Capó, Carlos Espinoza Sonido: Odin Acosta Reparto: Alejandro Gallardo Cárdenas, Arnold Ramírez Castellanos, Rafael Andrade Muñoz, Moy Moisés Galindo Gutiérrez, Petra Iñiguez. 2013 | México | Color | 93 min.
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