Por Juan Manuel Badillo
  

El actor mexicano Joaquín Cosío dedicó a Ciudad Juárez, “a su gente”, su primer premio Ariel como Mejor Coactuación Masculina, por su trabajo en la película “El infierno” de Luis Estrada, una sátira sobre la violencia en México.
  

“Dedico este premio a ciudad Juárez, a sus mujeres, a las amas de casa, a los artistas, a los músicos; no se lo dedico a los policías, tampoco a los criminales”, declaró el actor al recibir su estatuilla de plata.
  

“Es importante dar una palabras de aliento a una ciudad que padece de violencia, corrupción e impunidad que nos flagela”, declaró.
  

El actor fue premiado la noche del sábado en la 53 entrega de los premios Ariel en el Palacio de Bellas Artes, por parte de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, a lo mejor del cine mexicano.
  

Cosío de 48 años nació en el Estado de Nayarit, pero estudio e hizo su carrera como actor en Ciudad Juárez, considerada actualmente como la ciudad más peligrosa del país.
  

“Vengo de una ciudad que, evidentemente, es un crisol de la violencia, de lo más trágico que ocurre en el país”, indicó.
  

Es el primer premio Ariel que gana el actor mexicano, por su actuación en El infierno, interpretando a “El Cochiloco”, un temible matón y narcotraficante, personaje que comparte créditos con Damián Alcázar, quien ganó el premio Ariel por Mejor Actor en la 53 Entrega de los premios de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.
  

Joaquín Cosío empezó su carrera en el teatro y despuntó en el cine con el personaje de “El mascarita” en la comedia de acción “Matando cabos”, de Alejando Lozano.
  

Sobre sus dos personajes más importantes, “Mascarita” y “Cochiloco”, el actor dijo: “Son muy distintos, lo que te puedo decir al respecto es que lo que a mi me encanta es actuar”, aclaró.
  

Cosío aparece también en la película mexicana “Salvando al soldado Pérez”, de Beto Gómez, una comedia de enredos basada en la película “Salvando al soldado Ryan” del estadounidense Steven Spielberg. En este filme el mexicano hace también de un narcotraficante.
  

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