Entreteje “Cartas a Elena” temas como el primer amor, la migración y la tercera edad
Por Juan Vázquez
Bajo la idea de brindar “cine para todas las familias del mundo… con corazón y las ganas de hacer buen cine”, la distribuidora Alfhaville, el director Barajas Lloren’t y algunos actores del reparto en el que participan veteranas estrellas como Evangelina Sosa, Irma Dorantes, Jorge Galván, Elsa Cárdenas, Carmen Salinas, Xavier López “Chabelo y Jaime Jiménez Pons, además de Evangelina Sosa y los niños José Eduardo y Catalina Odio, presentaron “Cartas a Elena”, que se estrenó este viernes 9 de marzo de 2012 en aproximadamente 70 salas del Área Metropolitana.
“(Esta película) viene de la imaginación de un niño, quien al no conformarse con la realidad intenta hacer algo al respecto”, aseguró Lloren’t ante los medios y público durante una presentación en la Casa del Actor de la Ciudad de México. El director también es autor del guión junto con Sergio Cabada, quienes abordan en la cinta temas como la migración, la tercera edad y las experiencias iniciáticas de un niño.
La trama se sitúa en una recóndita comunidad de la sierra de Chihuahua. Los viejos se cuidan unos a otros en lo que parece la eterna espera y soledad que les dejó amarrados la partida de sus hijos hacia Estados Unidos. Teo, el noble y anciano cartero, recorre día a día, casa tras casa, para llevar las noticias de esos que se fueron. Emilio (José Eduardo) es un niño que al morir su tía (espléndida Elsa Cárdenas de dos escenas), su madre lo deja en casa del Viejo Soto (Jaime Jiménez Pons, (quien fuera un reconocido niño actor de la Época de oro). Éste lo maltrata y además le quita el dinero que cada cierto tiempo su mamá le manda desde los Estados Unidos. Teo (Jorge Galván, conmovedor) al presenciar el abuso diario, lo adopta y pronto le enseña el oficio de cartero.
La población parece congelada en el tiempo. Teo es el único que sabe leer y escribir. Entonces su trabajo se convierte en una suerte de mensajero especial, alguien íntimo y privilegiado de la vida de los que sirve, porque aprende rápido a leer y a escribir. Al no llegar ninguna buena nueva de los hijos, la tristeza es la reina de la sierra. Emilio, frustrado intenta iluminar las miradas tan melancólicas en el pueblo y entonces inventa cartas optimistas para hacer felices a los viejos del pueblo.
El camino que deben recorrer las buenas intenciones de Emilio se ve empedrado no sólo por el Viejo Soto, si no por la maltratada carretera de un guion.
Al titulo le sobra “Elena”. En su diario andar, Emilio comienza una amistad con la muy bonita nieta gringa (ella no hablar español) del antagónico Viejo Soto, Elena (Catalina Odio). Más escenas de convivencia entre los jóvenes protagonistas y “Tizoc” (Ismael Rodríguez, 1957) entraría en la lista de sus influencias.
Con la rosada idea del primer amor, Barajas Lloren’t, en esta su opera prima, se vale del cliché del romance de un niño pobre y moreno con la chica rubia y ojo claro (“You, muy bonito”, le expresa Elena a Emilio). La bondad siempre atraerá a la más “pretty”.
El gran tino de la campaña publicitaria es la de alardear de los ‘primeros’ actores que presumen su experiencia a cuadro, como hace unos años lo buscó en clave de farsa de humor negro “Club Eutanasia” (Agustín ‘Oso’ Tapia, 2005). “Ya casi nadie nos da tan buenos papeles”, comentó Irma Dorantes.
Ante la expectativa, las participaciones de Carmen Salinas y Xavier López “Chabelo” cumplen su objetivo: darle un respiro al espectador ante tanto melodrama. Salinas riega gratuitos “Ay, mijito” a cada toma donde participa. Esta vez, Vieja Zamora –su personaje- tiene Parkinson. Pero de los dos, López “Chabelo” aprovecha su alter ego tenor y duro para darle a Don Jacinto el toque cómico correcto, incluso cuando el fuerte aguardiente le juega con su voz.
Para estas alturas ya sabemos que al público que va dirigido “Cartas…” es uno con varios años encima. Para el actr y productor Jiménez Pons “Cine para todas las familias del mundo… con corazón y las ganas de hacer buen cine.”
En un punto critico del asunto migratorio con los estadounidenses, la cinta expone un estado abandonado a su suerte. Las únicas autoridades legales presentes son los encargados de lo que pareciese una agencia del ministerio público. Las otras por costumbre, y que en realidad no tienen poder. Al final nos intenta dar una solución meramente utópica: que los hijos no crucen el río y se queden con sus viejos, así nadie sufriría.
La audiencia, en su mayoría actores jubilados, al término de la proyección dejó correr las lágrimas. “Gracias, por el gran cine que realizas (al director). Yo comparo lo que haces con el nivel del “Indio” Fernández o (Ismael) Rodríguez”, como ella muchos se entusiasmaron hasta los créditos finales.
Una de las razones es la fotografía de Carmen Cabana. Supo aprovechar la vanidad de las montañas del Cooper Canyon. Los planos agregan un toque coqueto e interesante a las escenas de diálogos escuetos. Cada imagen está llena de detalles, aunque existe una pequeña incongruencia en lo que captura. “(Los habitantes) son pobres pero tienen algo que es bellísimo –expresa Elsa Cárdenas ante la prensa- sus paisajes, sus árboles”.
El gran tino de la campaña publicitaria es la de alardear de los ‘primeros’ actores.
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