Por Ali López

“Los reyes del pueblo que no existe”  es un documental de Betzabé García, que nos cuenta la historia de tres familias que viven en un pueblo parcialmente inundado en el Noroeste de México. Habitantes de un pueblo que es invisible, que fascina y atemoriza, lugar místico, que  los mantiene presos, bajo su propia voluntad. “Los reyes del pueblo que no existe” forma parte de la Competencia Oficial del Festival Internacional de Cine de Guadalajara.

En este filme vemos el México que se nos ha presentado ya durante varios años, un México minoritario, un pequeño pueblo que parece perdido y aislado, pero que es la pieza de un rompecabezas que termina retratando lo mismo que su parte más pequeña. En una comunidad simple, de pintorescos personajes, se descifra toda la idiosincrasia de una cultura que, a falta de referentes concretos, sigue en búsqueda de su identidad.

Con sólo tres familias, y sus anécdotas trágico-cómico-mágicas, leemos los textos sagrados de la cultura mexicana; porque de leyendas como esas, chismes, cuentos, memorias, están llenos los pueblos de todos los rincones, de todos los estados; palabras del desierto, la costa, la selva o el barrio.

Porque, me parece, a final de cuentas, “Los reyes del pueblo que no existe”, no nos cuenta nada nuevo, nada que no hayamos visto, y nada que no se pueda ser fácilmente encontrado. Es muy pintoresco el pueblo, su relación con el agua que lo ahoga, y las razones por las cuales sus personajes siguen viviendo ahí, y de esa manera; pero no va más allá de la anécdota, de la entrevista austera, con toques de “realismo”, en donde los personajes sonríen nerviosos ante su primer contacto con una cámara.

La cinta peca de ser una calca de los últimos documentales de la misma índole, mismo tono, y mismos resultados. Cuenta con ese candor letárgico del cine contemporáneo de tomas largas, silencios largos, y una aparente naturalidad atemporal, que, según parece, nos quiere retratar la relatividad del tiempo en la provincia mexicana. La fotografía es el punto alto, y no porque sea algo extraordinario, pero cumple con el propósito de lo planteado, aunque recibió su ayudadita de postproducción; los filtros del corrector de color se llevan la cinta.

Habrá quien crea que éste es un buen ejercicio cinematográfico, que es importante estimular la creación del documental mexicano, y/o contar historias que nos revelen el país en el que vivimos. Y yo creo que todo esto es importante, pero que a la par de la búsqueda de un tema documental, se debe considerar también la forma fílmica. Los documentales mexicanos parecen estar años luz atrás de los del resto del mundo, que cuentan con un mayor dinamismo, una mejor cadencia, y una forma concreta, sin abandonar el concepto mismo de la documentación cinematográfica. No hay que enfocarnos sólo en el fondo, tema, anécdota, en retratar sólo lo que parezca digno de ser retratado, si no en saber cómo hacerlo, y fomentar en el público la atracción necesaria hacia esos tópicos.

“Los reyes del pueblo que no existe”, puede pasar desapercibida, sin pena ni gloria, sin ser vista. No hay un estímulo, más que el técnico, que haga a éste film sobresalir por sobre los demás.
 

Dirección · Director: Betzabé García. Guion · Screenplay: Betzabé García. Fotografía · Cinematography: Diego Tenorio. Música · Music: Banda los jalapeños. Sonido · Sound: Christian Giraud. Edición · Editor: Gabriel Herrera. Productor · Producer: Hugo Espinosa, Betzabé García. Intérpretes · Cast: Irineo Osuna Enciso, Cipriano Osuna Sánchez, María Aura Zazueta Lamphar, Paola Sánchez Osuna, Ramiro Osma Moreno.