Por Matías Mora Montero

Este parece ser el año donde el cine por fin se atreve a enfrentar la actualidad, persistiendo en temas de paranoia, conspiraciones y jerarquías de poder que se fortalecen en la modernidad y sus instrumentos, que no sólo se cuelan pero a este punto son la base de las redes sociales, su forma de infectar y reaccionar a aquello que pasa en la vida real.

El cineasta griego Yorgos Lanthimos, que desde sus inicios se comprometió con la incomodidad y con los lados más feroces del ser humano, pone su pie en la discusión con su nueva cinta “Bugonia”, la cual, lamentablemente, no termina dejando mucho que ofrecer más allá de un declive progresivo y notorio en la fuerza de su realizador para evocar sinceramente.

La trama gira alrededor de Teddy (Jesse Plemons), un obsesivo conspiranoico que se ha convencido que la CEO de su empresa (Emma Stone) es una extraterrestre que pertenece a una civilización superior que controla a la humanidad y mata abejas. Todo esto, claro, porque lo ha leído en Reddit, porque se ha dejado consumir por las esquinas más oscuras de los algoritmos.

Junto con su primo, arma un plan maestro (orquestado desde los comportamientos supuestos de un “andromedano”) para secuestrarla y usarla como estrategia para liberar a la Tierra. La premisa es buenísima, aunque sea un remake de una película china, se alinea bien a su temporalidad contemporánea, los espacios —edificios corporativos, casas en decadencia, tecnologías de lujo, pueblos abandonados afuera de sus fábricas— ceden a una estética tan presente que da terror, a un Estados Unidos en decadencia, obvio, fragmentado sin salvación.

Pero Lanthimos le da vueltas a su discurso, las manipulaciones de corporaciones y las herramientas perversas de este tiempo son reflejadas en ciclos, en errores y aciertos. No quiero revelar demasiado, pero diré que el juego que la película hace respecto de si el personaje de Stone realmente es o no un alien es de lo mejor que tiene, a pesar de que no lo usa a su máximo potencial porque, ante todo, “Bugonia” es un guión flojo.

Sus personajes recaen tanto en las actuaciones, que claro, son buenas y de actores que ya van varias que hacen con el director, pero se sustentan demasiado en fisicalidad y no en el texto, impresionan en su rango pero hablan poco de personajes sustentables, te dejan varado sin razón de por qué te deberían importar sus acciones o motivaciones.

Lanthimos construye a los personajes de “Bugonia” como simples elementos de su contexto, no como reacciones a éste (cosa que “Eddington” de Ari Aster logra demasiado bien) o como oposiciones al mismo; sus vidas se dan en parpadeos, donde el imaginario visual de Lanthimos se deslumbra, pero vació de significado.

Parece que el cineasta ha cedido a su éxito, sabe que aquello que tiene éxito de sus películas recientes es el apartado estético y actoral, descuidando por completo el guión y, aún peor, el significado de sus imágenes. Si antes entregaba obras inesperadas en su provocación, que nos hacían crujir los intestinos, resonando con aquello de nosotros que queremos ignorar, ahora entrega una provocación esperada, es decir, ya sabes a lo que vas y no te sorprende ni como estilo, ni como marca, ni como cine de producto.

En un punto de “Bugonia”, Teddy tortura a la CEO con cargas eléctricas, es una escena intensa, donde la tensión debería dispararse a los cielos, también es una escena donde pensé: “Dios, qué bueno sería esto si estuviera dirigido por Yorgos Lanthimos”, claro, lo está, pero yo me refiero al Yorgos de “El sacrificio del ciervo sagrado” o al de “La langosta”, aquel que tomaba los elementos folkloricos de su país natal, Grecia, y los yuxtaponía con historias americanas.

Ahora es puro americanismo, el cineasta con el que antes cada cinta era una revelación ha hecho una película totalmente predecible y abobada en su discurso. Habla del corporativismo tras pasarse los últimos años haciendo campañas para todas las grandes marcas de ropa, no que esto esté mal, pero hay algo en decir que su visión se ha empobrecido y esto conforme su status en la industria y con los públicos comerciales ha crecido: lo hemos perdido a su propio éxito.

Eso sí, el final de la película es buenísimo, la música es tremenda, las actuaciones son impresionantes (aunque, de nuevo, carecen de sustancia) y estos elementos son casi suficientes para engañarte como para creer que la película es eficiente. Diría que no vale la pena, pero cuando pienso en su final, ansío re-visitarlo, aún con la espera insípida que involucraría volver a ver toda la película.

País: Irlanda, Corea del Sur, Canadá, Estados Unidos
Dirección: Lanthimos; Yorgos
Guión: Tracy; Will, Jang; Joon-Hwan
Producción: Lanthimos; Yorgos, Stone; Emma, Knudsen; Lars, Aster; Ari, Ko; Jerry Kyoungboum, Guiney; Ed, Lowe; Andrew, Lee; Miky
Fotografía: Ryan; Robbie
Sonido: Burn; Johnnie
Música: Fendrix; Jerskin
Reparto:Stone; Emma, Plemons; Jesse, Delbis; Aidan, Halkias; Stavros, Silverstone; Alicia
Dirección de Arte: Price; James