Por Jaqueline Tavera Martínez
La película “Guten Tag, Ramón” que tuvo un buen recibimiento por parte de la crítica en su presentación en el pasado Festival de Cine de Morelia y llega ahora a la cartelera comercial. rompe con dos clichés: todos los alemanes son fríos y todos los migrantes van a Estados Unidos. En eso está de acuerdo su director Jorge Ramírez Suárez y el actor principal Krystian Ferrer, quienes platicaron con Corre Cámara precisamente en la capital michoacana.
Corre Cámara (CC): ¿Qué hace diferente” Guten Tag, Ramón” de otras películas que tocan el tema de migración?
Jorge Ramírez Suárez (JR): Es un caso inusual, no hay millones de mexicanos que vayan a Alemania como sí a Estados Unidos. Así el tema da completamente un giro porque la película no trata de un migrante, sino de un hombre joven que se encuentra aislado, no sabe hablar el idioma local y no tiene nada, ni cómo sobrevivir.
Es una historia acerca de sobrevivir en un mundo desconocido y hacer amistad, tener una comunicación con alguien, incluso con una señora de la tercera edad, el personaje de Ruth, que hace a la película diferente de otras. El tema de migrante es el pretexto del principio que dispara la historia, es la historia de una amistad más allá del lenguaje.
CC: ¿Cuál fue tu primera impresión y cómo te quedaste con el papel de Ramón?
Krystian Ferrer (KF): Me ofrecía algo diferente que hacer. Fue raro, conocí a Jorge Ramírez en una proyección de una película llamada “Guerra y gracia”*, me dijo que le gustaría proponerme para un personaje en una película y de pronto me topé con esta película. Es un parteaguas en mi carrera, me inspiró a hacer cosas diferentes. Ahí se ve el resultado, tocar el tema de la migración no desde el punto violento fue lo que llamó mi atención porque podemos acercarnos más a la gente con una película bella que pudiera tocar su corazón.
CC: ¿Por qué Alemania?
JR: Yo vivo en Alemania desde hace 14 años aunque tengo mi productora aquí y no he dejado México del todo. Para mí fue hacer una película con mis dos países, México y Alemania, quería contar una historia de esta integración en la que un mexicano humilde con una señora que tiene mucho amor que dar, pero nadie lo recibe y se vuelve como una abuela para Ramón, es la historia de ensamble de una amistad que va más allá.
Alemania es un país muy diferente a la imagen que normalmente se tiene, es un país muy bonito con una gran tradición de ayuda, la gente es muy amable, la guerra está ahí como una sombra, la idea de los nazis será algo horrible que está detrás de ellos, las nuevas generaciones están tomando más libertades de ser orgullosamente alemanes y al extranjero lo reciben muy bien, mejor que en países como España, Francia o Inglaterra.
CC: ¿Alguna anécdota de una dificultad durante la filmación?
KF: Había un control en Durango que nos hacía disfrutar e irnos rápido, pero al llegar a Alemania teníamos que adaptarnos, es un país pequeño. Tardamos una semana en agarrar el ritmo otra vez y el frío nos ponía en una situación grave, cuestiones de cámara o que se enfermara algún actor, o que el director se pusiera de malas (risas).
JR: No es cierto. Te voy a mandar con directores geniudos para que veas (risas). El rodaje lo disfruté muchísimo, sí es diferente filmar en los dos países. Sin embargo, desde el punto de vista de producción se previeron problemas, más allá de los normales en una película. Mucha gente no había ido a Alemania, fuimos 16 de equipo de México a Alemania, no conocen el idioma, por eso era importante integrar pronto al equipo alemán con el mexicano.
De hecho la actriz Ingeborg Schöner decía que para ella había sido más agradable trabajar con nosotros en Alemania que trabajar con un equipo alemán o europeo porque éstos son más serios, son igual de profesionales que nosotros, pero nos damos la libertad de ser cálidos, bromear y los fines de semana turistear. A ella le llamaba la atención la camaradería y la calidez entre nosotros, cosa que normalmente en otros equipos de diferentes países no es así.
CC: ¿Cómo fue manejar el tema del humor a la vez que el de migración?
JR: Ese era el objetivo. Al principio puedes decir “otra película sobre cómo le va al migrante”, pero rápido doy el giro donde nuestro personaje se va a Alemania. Lo hice a propósito que pareciera otra cosa y sorprende. El momento en que llega a Alemania, con esa narración del “güero” tan simpática de cómo llegar, te abre una puerta a otra película y eso era lo que quería.
CC: ¿Cuáles son las expectativas del filme que se estrenó aquí en Morelia?
JR: Morelia siempre ha sido un festival importante para mí, aquí traje “Conejo en la luna”. Deseaba que “Guten Tag, Ramón” se estrenara aquí, la terminé hace dos semanas y este era el festival en donde tenía que estar la película. Irá a otros festivales y se lanzará comercialmente.
CC: Precisamente este es uno de los mejores años para el cine nacional comercialmente.
JR: Siempre es muy difícil saber qué película le va a gustar al público, una vez que confía en una película, el público necesita que se las den. Ha pasado que películas a pesar de ser muy buenas, no tienen una gran proyección y por tanto no llegan al público. Ahora estas dos películas (“Nosotros los nobles” y “No se aceptan devoluciones”) demuestran el éxito cuando se las pones al público. Además, no sólo es hacer reír, en “Guten Tag, Ramón” te hace sentir bien, emocionado e invita a reflexionar. Creo que el público mexicano está listo para seguir viendo nuestras películas, sólo hay que ponérselas en los cines.
CC: ¿Cuáles son sus proyectos a futuro?
KF: Hay una propuesta de un director, Poncho Pineda, hay otra película de un italiano y otros tres proyectos que estamos por confirmar.
JR: Tengo un proyecto avanzado, voy a filmar en siete países es una historia divertida, hablada en muchos idiomas, principalmente español, inglés y alemán.