Por Deborah de la Calle
Noticine.com-CorreCamara.com
Aún sin fecha de estreno comercial tras pasar por los festivales de Venecia, Toronto y San Sebastián, “Loving Pablo” dio la oportunidad a Javier Bardem de interpretar a un personaje que lleva años cortejándole, primero desde Hollywood, en un proyecto que no se materializó, y ahora de su propia mano (es coproductor). Durante la presentación a sus compañeros de la Entidad de Gestión de los Actores (AISGE), esta semana, de la cinta, dirigida por su amigo Fernando León de Aranoa, y en la que actúa al lado de su mujer, Penélope Cruz, el astro español reflexionó sobre el oficio de actor y este nuevo trabajo.
Sobre su relación con León de Aranoa, Bardem comentó: “Una cuestión maravillosa que encontré es que, a los 32 años, puedes hacer amigos del alma, como fue el caso. Fernando es muy trabajador, se leyó y vio todo sobre Pablo Escobar e hizo una estupenda adaptación del libro de Virginia Vallejo”.
“Loving Pablo” está efectivamente basada en el libro “Amando a Pablo, odiando a Escobar”, que escribió la periodista y presentadora Virginia Vallejo, quien fue amante del narco colombiano. Javier Bardem encontró en esa obra una ocasión para interpretar por fin al líder del cartel de Medellín, cuya vida ya le era muy familiar: “He leído mucho sobre él, y lo que más me llamaba la atención era su energía pasiva. Él es un hipopótamo, que es el animal más salvaje de la estepa. Por eso hay un plano mío que le imploré a Fernando, saliendo de la piscina desde debajo del agua, antes de ordenar un asesinato: esa es la mirada del hipopótamo. Me gusta su humor, que proviene de la cultura colombiana, muy soterrado. Y también me interesaba su relación con la familia. Yo quería enseñar el corazón del monstruo”.
“Lo interesante -añadió- es que todo el mundo decía que era un buen padre, muy amoroso, pero de pronto él podía ir matando a los padres de otros hijos. Un aspecto importante era su orgullo, la necesidad de respeto. Él no quería que la gente lo mirase de tú a tú, quería tener a todo un país de rodillas”. El intérprete también realizó una comparación ente Escobar y el psicópata más famoso que ha encarnado, Anton Chigurh, en “No es país para viejos / No Country for Old Men”. “Ese personaje de la película de los Coen no sentía empatía, pero Pablo Escobar sí”.
“En el año 96 empecé a interesarme muchísimo por el personaje, cuando aún no le interesaba a nadie. Yo quería producir esa película y que Fernando la dirigiese”, explicó el actor. “Cuando fuimos con la película a los festivales de Venecia, Toronto y San Sebastián, en todos ellos me preguntaban por la serie, y la verdad es que no he visto ningún capítulo”, apuntó sobre la famosa serie “Narcos”.
“El largo de Benicio del Toro “Escobar: Paraíso perdido” (2014), sí lo vi porque soy muy amigo de su director, Andrea Di Stefano, pero la verdad es que no quería que me influyeran los acercamientos de otros actores. Que ya haya grandes intérpretes que han encarnado a Pablo Escobar antes que yo te hace mella, claro, pero yo quería poner mi semillita. Es una razón suficiente para levantarse y creer en ello”, agregó.
En la charla con sus colegas actores, surgió el tema de hasta qué punto se produce una interacción entre los personajes y el actor que los interpreta. “Yo creo que eso pasa cuando trabajamos, que al final nos repercute a nivel inconsciente. Haces el trabajo, crees que lo tienes controlado, pero luego te vas a casa y ves que algo sucede, que se refleja en tu comportamiento con los demás. En este caso, yo lo vi en una necesidad como de imposición. Lo quería todo aquí y ahora”, confesó Bardem.
También dedicó unas palabras hacia el Método Corazza (de la escuela interpretativa de Juan Carlos Corazza en la que se formó años atrás), “al que debemos tanto, y que nos da el color de la imaginación. Uno no está exento de su dolor y de llevarse lo suyo, pero lo peor de ese dolor es que sabemos que funciona. Ves los ojos húmedos y la gente aplaude, y ahí nos engañamos, ahí nos engañamos”.
Respecto de la particularidad de interpretar a un personaje real, citó al humorista televisivo español José Mota como un consumado “maestro de la imitación”. “Eso hay que saber hacerlo, ponerte delante del televisor y encontrar algo que te conecte con el personaje. Nuestro trabajo como actores es el mismo. Hay que traerlo para abajo y entender por qué hace lo que hace. Hay que sostenerlo”, detalló.
Ahora, Bardem acaba de terminar el rodaje -de nuevo con Penélope Cruz- de la primera película del iraní Asghar Farhadi en español, “Todos lo saben”. “El me motivó a trabajar sin red. Yo no hago parapente ni deportes de riesgo. El mío es la interpretación, y si te pegas la hostia, te la pegas. Asghar trabaja así: a lo que más valor da no es a lo que consigues, sino a lo que no conoces”, sentenció.