En esta segunda parte de la conversación que mantuvimos con los directores Sergio Blasco y Adrián García Bogliano –quienes estrenan sus más recientes producciones en el Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror Mórbido- les presentamos lo que el director español piensa de ser considerado un director de películas de Serie Z o B mientras que el realizador argentino nos compartió la experiencia de la coproducción con México con Masacre esta noche.
Asimismo, ambos reflexionaron sobre el papel del cine de terror independiente frente a las grandes producciones y de cara al público; y nos dijeron lo que representan para ellos los festivales de Sitges, Rojo Sangre y Mórbido.
CORRECAMARA.COM: Sergio, este año te acompaña Vicente Amaya, el protagonista de Plano-Detalle ¿qué le puedes decir al público mexicano sobre él?
SERGIO BLASCO: Vicente Amaya es un actor maduro que ha trabajado mucho en el cine español, desde mi punto de vista es poco reconocido a pesar de haber dedicado toda su vida al cine; ha trabajado con grandes directores como Berlanga.
En mi película Belcebú hace un papel pequeño pero él se ha convertido un poco en un actor fetiche porque en la grandes películas siempre ha sido un poco maltratado, lo han tratado como actor secundario. En Belcebú hace un papel cómico totalmente y en Plano-Detalle es dramático por completo, son dos texturas diferentes. Los que lo hayan visto en Belcebú y lo vean ahora en Plano-Detalle verán el poder que tiene como actor.
CC: En una entrevista que le hicieron él clasificaba a tu cine como de Serie Z, ¿tienes algún problema con que esto?
SERGIO: A mi me da igual, yo hago lo que me gusta y luego la gente lo etiqueta como películas de Serie Z, Serie B, independientes o de bajo presupuesto. A mi lo que me gusta es que la gente las vea, incluso ya me he creado una especie de caparazón porque siempre estás expuesto a las buenas críticas pero también a las malas y los periodistas son muy despiadados a veces (risas).
CC: Pero a veces eso puede ser un halago, ¿no lo crees?
SERGIO: Es cierto, en una ocasión me toco que en una revista española muy importante de tirada nacional, un periodista muy reconocido, que para mi punto de vista es un director frustrado porque nunca hace una crítica constructiva, positiva, me descuartizara por completo: abrió una sección para mis cortos, otra para los largos y una más para los filmes eróticos, decía que eran películas desastrosas, sangrientas.
Todo eso hizo que en España se interesaran más por mi, la gente no es tonta y se preguntaba: “¿Por qué odiará este señor tanto a Sergio Blasco? Vamos a ver sus películas”. Él me hizo una propaganda increíble a nivel nacional, la siguiente semana que salió la revista mi teléfono no paraba de sonar; y aunque al principio me dolió la crítica, después me di cuenta que no importa si hablan bien o mal de ti, lo importante es que hablen.
Claro, a todos nos gusta que nos digan que les gusta nuestro trabajo y que nos den una palmadita en la espalda pero incluso, cuando entablo una conversación con alguien después de una proyección, yo les preguntó ¿qué fue lo que no te gustó de la película?
CC: Adrián ¿nos puedes platicar cómo fue la experiencia de la coproducción de Masacre esta noche con México?
ADRIÁN: Fue muy interesante, empezamos a pensar en otro proyecto que se llama Sudor frío, que es mucho más grande pero no se cuajó la participación de otro productores; estuvimos replanteando la situación, nosotros teníamos este proyecto que nos interesaba mucho y que era un película que se podía hacer con muchos menos recursos, además de que nos dieron libertad total de hacer lo que quisiéramos.
Fue un proceso rapidísimo, prácticamente en siete meses sacamos la película que es un tiempo normal en un marco industrial pero para una producción independiente es muy rápido.
¿En este proyecto tuviste apoyo del Instituto de Cinematografía de Argentina?
ADRIÁN: No, hasta ahora ninguna de nuestras películas ha tenido apoyo, recién acabamos de conseguir el apoyo para un proyecto que estaremos filmando el año que viene; fue un proceso durísimo porque lo logramos después de ocho años de estar dando vueltas con ese guión, ha habido mucha reticencia a todas las películas que sean de género.
Pero para el caso de Masacre esta noche no fue posible hacerlo con apoyo del INCAA (Instituto Nacional del Cine y el Audiovisual de Argentina) porque por sus tiempos hubiéramos demorado dos o tres años en sacarlo y nosotros realmente teníamos ganas de hacerlo de una manera más inmediata, pues ya teníamos casi dos años que no filmábamos.
CC: ¿Consideras que influyó la proyección internacional que tus películas están teniendo para conseguir el apoyo para tu próximo proyecto?
ADRIÁN: Sí, desde que las películas comenzaron a tener proyección internacional, nosotros vamos a cualquiera de las grandes productoras argentinas y conocen nuestro trabajo, saben lo que hemos hecho, han visto nuestras películas. Y este proyecto ha sido declarado como de interés para el Instituto de Cine pero lograrlo no fue fácil.
CC: ¿Cuál es el papel de el cine independiente de terror frente al industrial y frente al público?
SERGIO: La única arma que tenemos gente como Adrián y como yo, mostrar lo que los grandes no muestran, sería una estupidez seguir los parámetros de una película comercial trabajando con menos medios; hay que ir al cuello, realmente ser crítico y provocar, lo único que nos queda es la provocación, yo siempre he dicho que el cine es provocación y las grandes producciones no provocan lo suficiente, aún les faltan dosis de provocación, dura, fuerte y crítica.
En las películas hollywoodenses hay cada vez más escenas de violencia y de sexo explícitas pero están llevadas de una manera muy rápida, nosotros lo planteamos de otra forma, en nuestras películas la violencia sí se ve.
ADRIÁN: Yo creo que el tema súper interesante de la provocación tiene una función muy importante como en el caso de Irreversible que para mí es una película emblemática, en el sentido de que sea algo que te movilice realmente y que te deje dando vueltas, pero también creo que nadie puede pensar realmente que una película tiene una injerencia negativa por sí misma, sobre alguien.
Hace poco me daban un ejemplo de lo que pasó acá con Mujeres Asesinas que hubo gente que pensaba que algunas mujeres iban a tomar el ejemplo de las actrices. En todo caso lo que no se está viendo en esas situaciones es que hay una enorme cuota de machismo detrás que puede catalizar determinadas acciones en algunas mujeres y mejor ¿por qué no atacar el tema de raíz? ¿por qué no ver que esas mujeres son oprimidas o tiene un nivel de violencia encima que las puede orillar a tomar decisiones extremas?; culpar al cine es la solución más fácil.
SERGIO: La violencia forma parte de la vida al igual que el amor, lo políticamente correcto es hacer películas de amor, entonces ¿vamos a estar haciendo todo el tiempo películas de amor?
ADRIÁN: ¿Y quién dice que eso enaltece?
SERGIO: La violencia es parte de la vida y hay que mostrarla como tal, lo único es quien ve esas películas, están destinadas a un público mayor de edad, preparado, que tiene la conciencia que simplemente está viendo una película de ficción.
Por último, ¿qué representa Mórbido en sus carreras sobre todo viniendo de países donde hay festivales del género tan importantes como el de Sitges, en tu caso Sergio, y el de Rojo Sangre en el tuyo Adrián?
SERGIO: A mi me premiaron en Rojo Sangre hace unos años pero no me han invitado a ir por lo que no tengo una opinión bien formada acerca de él. Y Sitges es un bonito festival, yo estoy harto de ir allá porque se han hecho especiales sobre mí, siempre me dan las salas pequeñas y pienso que no tratan bien a los realizadores locales, se centran más en los extranjeros.
Lo adoro, si me invitan acudo pero como Mórbido nada, lo digo de corazón, descubres que en México tienen otra perspectiva del cine independiente, lo hacen con sangre y sudor, el trato, la gente es diferente, yo no había venido a México antes de Mórbido pero ver que antes de estar en el festival tus películas ya se conocían, es un honor.
ADRIÁN: En Rojo Sangre hemos participado muchas veces, es un festival muy vanidoso porque intenta tener mucha producción de todo el mundo. Sitges es un gigante y me da la sensación de que tiene relegado al realizador independiente y que el festival es más una cuestión comercial. Y Mórbido por el hecho de un festival acotado, en el que la idea es que haya pocas películas en exhibición, le da un trato un muy bueno a cada una de los filmes, lo que lo hace único.