*Reseña del libro de Julia Tuñón.
Por Orianna Calderón
“No sé cómo son realmente las mujeres.
Son caprichosas, muy egoístas, muy posesivas
y celosas de algo que no deben tener celos (…)
Pero vamos a hacerlas. Vamos a construirlas.”[1]
En la cinematografía, Emilio -alias el Indio- Fernández (1903-1986), concibió más que un ejercicio profesional o un modo de entretenimiento masivo; para este realizador de la edad de oro del cine mexicano, el séptimo arte tendría el potencial de construir los mitos fundacionales de un peculiar proyecto de nación: un México atemporal, donde naturaleza y cultura entraran en equilibrio por mediación del amor. En aras de sostener semejante discurso -que se quiere optimista, pero raya en lo reaccionario- el Indio llevó al límite la división sexual del sistema de género imperante en su época (mediados del siglo XX), donde una jerarquía supuestamente esencial, coloca en una posición inferior al sexo femenino; sin conocerlas realmente, se dio a la tarea de construir a las mujeres -indígenas, prostitutas, madres, amadas- que dieron vida al mito nacional de la feminidad.
Tal es la hipótesis que la investigadora Julia Tuñón sostiene en su libro Los rostros de un mito. Personajes femeninos en las películas de Emilio Indio Fernández, texto con el que ganó el Concurso de Ensayo Literario Susana San Juan en 1998. Para revisar la obra cinematográfica del Indio -compuesta de cuarenta y un películas rodadas entre 1941 y 1978- Tuñón divide el texto en cinco capítulos: en el primero se contextualiza el trabajo de Fernández, su inclinación por el melodrama y la conformación de un sólido equipo con el reconocido fotógrafo Gabriel Figueroa, el guionista Mauricio Magdaleno y la editora Gloria Schoemann. En el segundo se plantean las ideas respecto a las mujeres que prevalecían en la producción fílmica de la época; enseguida se aborda la identificación de la mujer con la naturaleza; posteriormente se puntualizan las representaciones de las mujeres en el cine del Indio, y en el último apartado se revisa el papel privilegiado que este cineasta le dio al amor romántico en todos sus largometrajes.
El conflicto esencial en sus historias, es el de un mundo en tensión perpetua por el choque entre naturaleza-destino y cultura-trabajo. Las mujeres son agentes de la naturaleza, instintivas y salvajes pero susceptibles de ser domadas por los hombres, representantes de la cultura; Tuñón argumenta cómo esta idea puede encontrarse detrás de los “bofetones, golpes y empujones que reciben las mujeres por parte de las parejas en sus películas.“[2] Esa relación “privilegiada”de la mujer con las fuerzas naturales, también explica el recurrente patrón de los personajes femeninos que se aferran a mantener la tradición y la liga con la tierra, o que reaccionan intuitivamente ante el peligro del cambio, como ocurre en La perla (1945) y Siempre tuya (1950).
En el marco de ese universo disociado, Emilio Fernández narra sus historias de amor imposible y avasallante. Su ideal “es la simbiosis amorosa, unidad que suprime la independencia o libertad de cada integrante“[3]; tiene una visión utópica de la pareja como epítome de armonía y paraíso recuperado, pero de una fragilidad extrema ante la amenaza constante de factores tan variados como el pasado, la enfermedad o la ambición. En su construcción de la mujer ideal, el Indio planteó dos arquetipos necesarios para su concepto de amor: la sombra enamorada y la aparición o reina. “El primero responde al deseo de entrega y supresión, con su contraparte: la posesión, y el segundo al de venerar y/o ser admirado“[4]; con frecuencia, ambos coexisten en un mismo personaje, como el interpretado por Dolores del Río en Las abandonadas (1944).
En suma, Los rostros de un mito brinda un completo análisis de la representación femenina en la obra de un cineasta fundamental para el imaginario fílmico nacional. Más allá de una mera denuncia del sexismo en los largometrajes del Indio o de una crítica somera a lo burdo de sus recursos, Julia Tuñón esclarece los ejes que estructuran las resonancias míticas del cine de Fernández, pieza importante en la educación sentimental y en la cultura cinematográfica de la audiencia mexicana.
Bibliografía: Tuñón, Julia, Los rostros de un mito. Personajes femeninos en las películas de Emilio Indio Fernández, CONACULTA-IMCINE, México, 2000, 239 pp.
[1] Emilio Indio Fernández citado en: Tuñón, Julia, Los rostros de un mito. Personajes femeninos en las películas de Emilio Indio Fernández, p.10, 51
[2] Tuñón, Julia, Op. Cit., p. 98 Un claro ejemplo es el de la pareja formada por María Félix y Pedro Armendáriz en Enamorada (1946).
[3] Ibídem, p.177
[4] Ibídem, p. 181