Por Fernando Moreno Suárez
El More
Desde Tesalónica
Mexicanos por el mundo. “Al ras de cielo” de Horacio Alcalá en el 16 Festival de Cine Documental de Tesalónica, 2014
A veces, los catálogos de los festivales de cine esconden sorpresas y, cuando una película señale que su producción es española, portuguesa y mexicana puede resultar que el director sea un Tapatío nacido en Tepatitlán que estudió cine en Alemania y trabajó en el circo antes de hacer su primer largo documental.
De eso y más platiqué con Horacio Alcalá que, aunque vive en Madrid, es muy mexicano.
EL MORE: Me da gusto encontrarte en este festival con un trabajo que en el catálogo aparece como una coproducción de México. Cuéntanos, ¿cómo nace el proyecto?, ¿cómo llegas al cine?
HORACIO ALCALÁ: Soy de Guadalajara, estudié ahí y trabajé en el ámbito de producción en Televisa Guadalajara. Mi interés era hacer cine y como no veía la posibilidad lo dejé y me fui a Alemania. Comencé a estudiar cine pero necesitaba dinero y encontré un trabajo en el Circo del Sol porque necesitaban alguien que hablara español y alemán, y no esperaba encontrarme con esto; pensé que era otra cosa, la idea que todo el mundo tiene del circo. Lo descubrí durante siete años que duró mi estancia, y al terminar la escuela de cine, me puse con este proyecto. Al principio nadie daba nada por él, decían que no aportaba nada, y cuando explicaba que era sobre circo contemporáneo, no entendían de lo que estaba hablando.
En el 2012 me invitaron al Encuentro Iberoamericano del Festival de Cine de Guadalajara, y ahí encontré al productor mexicano, Mauricio Menéndez, que se hizo cargo del proyecto. Conseguimos fondos de Ibermedia, y México asumió toda la postproducción que fue casi un tercio del presupuesto total. Empezamos a rodar, yo quería hacerlo en México pero ninguna de las historias llegó a pasar ahí, y no quise forzar las cosas. El montaje lo hizo una persona muy importante en el cine, Nacho Ruiz Capillas.
EM: Colaborador de Amenábar de mucho tiempo…
HA: Sí, montador de “Los Otros”, “Ágora”; una persona muy talentosa que supo darle forma a lo que yo quería. Nos sentamos y decidimos que cada historia la íbamos a hacer como si fuese un cortometraje. Contamos una, luego la siguiente, entonces tenemos ocho cortos. Luego las intercalamos y vimos que no necesitaban nada más, se unían solas las historias.
EM: Comunicólogo de la Universidad Autónoma de Guadalajara. ¿Dónde te fuiste a estudiar cine?
HA: Me fui a la Postdamer, y dado que estaba de tiempo completo en el circo, esperé hasta dejar de trabajar y me fui a la Inter University en Venecia y ahí terminé.
EM: ¿Qué tiene el cine que te hizo aparcar todo y lanzarte a una aventura que se parece a la del circo?
HA: El cine no me hizo dejarlo todo, yo trabajé en comunicación para hacer cine, lo supe siempre, no tenía dudas pero no sabía cómo. Pensé que a través de la televisión podría encontrar algo. Descubrí el festival de cine de Guadalajara con lo que me di cuenta que tenía que salir, estudiar y buscarme la vida, porque nadie me iba a invitar a hacer cine. En Europa estudié, hice cortos de ficción y he participado en festivales, incluso uno de mis cortos estuvo en Morelia el año pasado mientras hacia este proyecto.
EM: ¿Y qué te dio el documental en este caso?
HA: Lo que me ha dado es que tengo que darlo todo. Estuve un año comiendo papas, tuve que dejar de pagar la renta de mi casa por seis meses hasta que me echaron, pero o pagaba el alquiler o pagaba la renta de la cámara, y lo hice y ya está.
EM: Sobre “Ras del Cielo”, ¿qué te maravilló del circo, cómo te fuiste metiendo en la vida de todos estos personajes, porqué particularmente acróbatas y no otra parte del circo?
HA: Me maravilló la humildad de la gente. De levantarse cada día y tener claro lo que tenían que hacer. De gente que ves por la calle, de verdad muy normal, y no esperan nada de nadie pero que se entregan completamente y con muchos sacrificios. Es una cosa que creo que nos falta a veces en el cine. Lo aprendí, me lo quedé y es una cosa que siempre me voy a llevar del circo: la humildad y el esfuerzo.
EM: ¿Cómo conociste a todos estos artistas, cómo los escogiste?
HA: El primero que conocí fue a Damián, era un amigo porque yo trabajé en esa gira y yo quería retratar su vida de familia, que no viven en caravanas, que vive muy bien, las dificultades, los pros, los contras. Resulta que cuando terminamos de grabar su historia me dice: ‘Horacio, dejo el circo porque quiero que mi hijo al menos pueda tener una bicicleta’, sabes, porque ahí viajando tanto no tienes esas cosas que nos parecen tan simples, y pensé que era momento de rehacer la historia ya que lo anterior ya no me servía; ahora su historia era ‘me voy y qué va a pasar’, la situación. Los demás los encontré durante dos años viajando, en escuelas, y ahora me doy cuenta de porqué los elegí: es que son cómo yo. Nos parecemos mucho, sus historias son mis historias. La historia de Jonathan es la mía cuando yo le dije a mi padre que quería estudiar cine, me dijo ‘estás loco, vete a ordeñar a la vaca y luego hablamos de eso’, yo viviendo en una población pequeña. Con la de Erica, yo también me meto a la ducha y me pregunto que estoy haciendo con mi vida; son tres segundos, u horas pero me lo pregunto todo el tiempo y siempre sabiendo que termino con una respuesta muy clara porque tengo al cine. Cualquier historia tiene que ver conmigo y me di cuenta cuando terminamos el montaje. Al principio creí que los elegí porque me gustaba lo que hacían, pero en realidad son mis historias, es la manera de contarme ocho veces, no lo sé.
FM: ¿Los cineastas son cirqueros?
HA: Para financiarte la película y para sacarla tienes que hacer más que circo.
FM: ¿Cuánto tiempo llevó el proceso completo del documental?
HA: Dos años de búsqueda de las historias pero en total desde que me puse con el proyecto y comencé a ir a festivales a conseguir financiación, cinco años. Yo no sabía cuánto tiempo nos iba a tomar, ni tampoco tenía fecha pero pasaron también cosas como el accidente de Max Antonio que no lo esperábamos y ahí paramos bastante tiempo porque no sabíamos si podíamos seguir por no saber si iba a caminar, yo no quería decir ‘chicos, sigamos rodando’ por respeto.
EM: ¿En cuántos lugares diferentes filmaste?
HA: Rodamos en once países, más de catorce localizaciones entre Palestina, Abu Dabi, Jerusalén, Sao Paulo, Montreal, Madrid, Lisboa, y antes de eso yo me recorrí todas las escuelas posibles, incluso en México la escuela de circo de Puebla, por lo que le di casi la vuelta al mundo.
EM: ¿Y el proceso de ‘post’ cuánto tiempo te llevó?
HA: Ese proceso fue más fácil porque yo lo tenía muy claro y tenía a un súper comprador, entonces en total nos tomó cuatro meses. Además en México han sido muy rápidos y profesionales en cuanto al retoque de color. Hemos sido muy respetuosos porque no queríamos dar un color excesivo, el color tenía que ser muy neutro.
EM: ¿En qué filmaste, qué cámara usaste, quién es tu director de fotografía?
HA: Usamos la red Scarlett y la red Epic. Mi director lo encontré en la escuela de cine de Alemania, trabajamos juntos desde hace diez años ya que hacemos publicidad para la Unión Europea a través de nuestra productora Cámara Boreal, lo mismo nuestra operadora de cámara. Cuando llegó el momento de hacerlo (el documental), yo tenía un soporte; decía: ‘David, quiero un fondo blanco que no haya sombras’ o ‘David, quiero hacerlo así o así’ sin cuestionar porqué o para qué, y obtuve mucha libertad y un gran feedback ya que es una persona muy conocedora de las artes, que ha hecho documentales de danza, de confío mucho en su talento. La fotografía es una de las joyas del documental, muy limpia, muy respetuosa de las historias.
EM: Varias cosas muy interesantes de lenguaje cinematográfico destacan, por ejemplo, grúas, los top shots. ¿Cómo elegiste hacerlo así y cómo te ayudó tu experiencia previa de cirquero para ello?
HA: Yo utilicé toda mi experiencia previa en el circo. Sé el punto de vista que tiene el público cuando ve el espectáculo, y también sé todo lo que no ve. Entonces escogí cualquier toma o ángulo que no fuera la del espectador. Tenía mucha libertad, por eso cuando lo ves parece como si estuvieses ahí, como si tu fueses el técnico que está arriba a cargo. Cuando ves a Max Antonio desde arriba, realmente es el punto de vista que tiene el rigger. También en el backstage, por eso es tan cercano: vemos muchos ojos, muchos labios, porque es algo que no vemos en el espectáculo. Vemos muy poco del espectáculo, no era lo importante.
EM: Claro, la búsqueda no era reponer el espectáculo o ver la propuesta escénica original, sino verla desde otro lado. Ya que mencionas a los riggers, ¿qué tan compleja fue la seguridad en una película como esta?
HA: Fue tan compleja como montar un espectáculo de circo en cualquier lugar. Tuvimos técnicos que se hicieron cargo de eso, expertos. Pero estos números se hacen realmente en la calle, sea bajo una farola en Turín como en una pared de Lisboa. No es que yo me los haya inventado, estas cosas pasan y hay técnicos que lo saben hacer; vinieron de Italia, Inglaterra, Suiza para echarnos una mano.
EM: Pues una película con talento mexicano a la que le auguramos éxitos…
HA: Sí, mexicanos en este proyecto han sido la jefa de producción, el productor, tres técnicos; los músicos: Mobus, de Guadalajara, que han hecho cuatro canciones; gente de postproducción.
EM: ¿Vives ahora en Madrid?
HA: Vivo entre Madrid y Berlín porque estoy haciendo un proyecto con el Goethe Institut que es un documental sobre música de los Balcanes que está ya casi terminado.
EM: ¿Qué vas a hacer después de presentarte en este festival (Tesalónica) y el de Guadalajara?, ¿qué más preparas?
HA: Estrenamos en noviembre pasado y llevamos unos 9 festivales. Estaremos en AMdocs, en Palm Springs, iremos a Estambul y esperamos más. En Guadalajara estaremos en concurso.
Lo que seguirá es mi próxima película que se llama “El Ícaro”, que es un road movie. Ya estamos con el guión, estoy colaborando con tres guionistas.
(fin)
@elmoremoreno conduce El cine y… en Ibero 90.9, Es socio en productora Los Olvidados y da clases en la Ibero.
“Al ras del cielo”
(Grazing the sky)
Documental
España/Portugal/México
82 minutos
Latido Films
FOTO DEL INICIO: HORACIO ÁLCALA. FOTO DE FERNANDO MORENO SUÁREZ “EL MORE”