Por Hugo Lara 

Hace unos años apareció publicada una curiosa nota periódistica sobre la fórmula matemática del cine de horror, que reportaba las conclusiones de un grupo de estudiosos dirigidos por Anna Sigler, del departamento de matemáticas del King’s College London, quienes habían dado con la clave (¡Eureka!) para decodificar el genoma de El Resplandor, de Stanley Kubrick, paradigma de su género. 

La fórmula matemática de la película de horror perfecta era la siguiente= (es+u+cs+t)2 s+ (tl+f)/2 + (a+dr+fs)/n + sin x – 1. 

Podemos imaginar a este grupo de científicos vestidos con batas blancas, mientras revisaban atentos frente a un monitor un altero de películas, una y otra vez, como los que miran una probeta o un tubo de ensayo. Luego escribían en sus libretas y hacían notaciones en el pizarrón. Se supone que su ecuación final había sido el resultado de sesudos análisis que habían permitido determinar los cinco componentes claves del género: suspenso, realismo, atmósfera, violencia explícita y sorpresa. Entre los componentes que definieron estas variables se consideran, por ejemplo, la música ascendente que refuerza la tensión; las persecusiones y las escenas donde quedan atrapados los personajes; la importancia del misterio que provoca paranoia y miedo a lo desconocido. 

También se menciona la idea de que conviene que exista una conexión del relato con la realidad, que le permita sentir al espectador que es una historia que puede ocurrir de verdad. Y desde luego, también se acogía el concepto de que es mucho mejor alejarse de los estereotipos para provocar una mayor sorpresa, es decir, moverse por el terreno de lo imprevisible.

De acuerdo a ese estudio, la película que mejor se ha ajustado a esta fórmula es precisamente El resplandor (The Shining), dirigida en 1980 por Stanley Kubrick, según un muestreo de grandes películas del género, en las que figuran El proyecto de la bruja de Blair, El silencio de los inocentes Masacre en cadena, Tiburón, El Exorcista y Psicosis, entre otras. Este experimento no pasa de ser una divertida ocurrencia, ingeniosa y absurda como definir el ADN del cine perfecto… quizás para clonarlo el día de mañana.

Pero por otra parte, se antoja provocador poner a prueba algunos otros títulos de la amplia filmografía del cine de horror. Veríamos que los ejemplos más acabados del género del cine mexicano, como Hasta el viento tiene miedo o El libro de piedra, ambas de Carlos Enrique Taboada, podrían calzarse a dicha fórmula, pero los remakes que se han hecho de ellas recientemente tendrían más problemas para lograrlo, en buena medida porque carecen de un componente esencial: la originalidad.

En la industria del cine, como en todas las actividades, se puede medir casi todo de alguna manera: las películas se miden en pies; el éxito de taquilla en número de espectadores, o la fama de un actor en los millones de dólares que se embolsa al año. Es una obsesión humana tratar de medir todo para poder comprenderlo y luego manipularlo.

El director Gus Van Sant hizo su propio experimento con un clásico del cine de horror, Psicosis (Psycho, 1960), de Alfred Hitchcock. Es de sobra conocido que en su remake de 1998, Van San copió plano por plano el filme de Hitchock, acaso añadió una escena y algunos pequeños variantes, pero esencialmente respetó los ángulos y la misma gramática del genial cineasta inglés.

El resultado fue anticlimático. Puede atribuirse el fiasco a varias razones (un casting incorrecto, una puesta al día sin ambiciones, el uso del color, la época, etc.), pero al mismo tiempo resulta un espléndido material para cualquier clase de cine, no sólo del género de horror: para hacer una buena película, es fundamental la convicción y una sustancia intangible que se da en el momento del rodaje, la química de todo aquello que no se ve pero que, al final, convive en la pantalla, como un pequeño ecosistema.






Llaves de la fórmula


Suspenso


es música ascendente


u misterio


cs escena de persecución


t estado de atrapado


s shock


Realismo


tl vida real


f fantasía


Ambiente


a solitario


dr habitación oscura


fs escenario


n número de personas


Gore


Sin x sangre y visceras


N.B. tEste factor se ajusta junto a una onda sinusoidal (0 < x <180 grados)


Estereotipos


1 estereotipos




Por Hugo Lara Chávez

Cineasta e investigador. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Director-guionista del largometraje Cuando los hijos regresan (2017). Productor del largometraje Ojos que no ven (2022), entre otros. Director del portal Correcamara.com y autor de los libros “Pancho Villa en el cine” (2023) y “Zapata en el cine” (2019), ambos con Eduardo de la Vega Alfaro; “Dos amantes furtivos. Cine y teatro mexicanos” (coordinador) (2015), “Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-201” (2011) con Elisa Lozano, “Ciudad de cine” (2010) y"Una ciudad inventada por el cine (2006), entre otros.