Por Leticia Carrillo


Tony Manero, el segundo largometraje de Pablo Larraín, se estrena en México este 6 de noviembre con cinco copias distribuidas por Canana Films.
Ambientada en el Chile pinochetista de la década de los setenta, la película sigue los pasos de un turbio sujeto: Raúl Peralta, cincuentón retraído, afortunado con las mujeres y que buscará, a toda costa, cumplir su sueño de parecerse lo más posible al personaje interpretado por John Travolta en Saturday night fever.


Correcamara.com conversó vía telefónica con el director de La Fuga, quien nos explicó el porqué de su interés en las historias de ficción enmarcadas en las problemáticas sociales de su país; nos dio su opinión acerca del éxito del cine chileno en el mundo, y nos detalló las diferencias y similitudes entre Raúl Peralta y Augusto Pinochet. Asimismo, les compartimos nuevamente la entrevista que le hicimos a Larraín en marzo pasado, en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara.


CORRECAMARA.COM: En Tony Manero y La fuga, abordas problemáticas de tu país pero a partir de historias sacadas totalmente de la ficción ¿por qué hacerlo de esta manera y no por ejemplo, con historias basadas en hechos reales?


PABLO LARRAÍN: Porque me parece interesante ubicar una serie de hechos ficticios en un universo realista. Aquí un grupo de artistas nos unimos para generar un relato que pueda contar un hecho de la Historia de Chile.


CC: Leí en una entrevista que te hicieron, un comentario tuyo acerca de que Chile era una especie de “pueblo chico, infierno grande” en donde el arte no trascendía sus fronteras porque la gente estaba muy concentrada en demostrar cosas en su país. Sin embargo, películas chilenas como La nana y 31 minutos han triunfado últimamente en el extranjero, ¿crees que la condición de la que hablabas está superada?


PL: No recuerdo en que contexto dije eso pero sin duda, creo que hoy en día hay un aire bastante nuevo en el cine chileno, estamos creando más películas valiosas y esto tiene que ver con que hay directores, creadores y equipos de cine que están preocupados por hacer relatos más universales.


CC: En la entrevista que nos diste en Guadalajara nos comentaste que el Raúl Peralta (Alfredo Castro) de Tony Manero, se podría comparar a la dictadura pinochetista porque ambos eran violentos, impunes, cobardes, movidos por el ego y la ambición ¿Cabría hacer esta misma comparación entre tu personaje y Augusto Pinochet?


PL: Yo no diría eso porque hay que identificar el campo del arte, el del cine, yo no intento hacer una reflexión documental, periodística o histórica, esto sólo es una aproximación desde la ficción. Lo que tenemos acá es la presencia de un personaje que sí podría ser un símil de alguien como Pinochet pero sólo en ciertos niveles: yo a Pinochet no lo entiendo, en cambio a mi personaje creo que sí; Pinochet fue un cobarde, que operó con total impunidad y que representa un montón de cosas enormemente negativas pero la diferencia que él sí pudo elegir lo que estaba haciendo y mi personaje no, y esa es una diferencia muy grande. Pinochet es un victimario mientras que mi personaje es una víctima, lo que pasa es que el comportamiento de ambos en algunos puntos se cruzan.


CC: ¿Raúl Peralta de qué es víctima?


PL: Víctima de una sociedad que no es capaz de hacerse cargo de una persona como él, víctima de un sistema que se olvidó de su clase, de su estirpe, víctima de un país que tuvo que soportar la locura a toda costa, y él es víctima de esa distorsión, de ese malentendido.


CC: ¿Y cómo fue que llegó Alfredo Castro al proyecto?


PL: Él siempre fue el protagonista de la película, desde que nació el guión invité a Alfredo a trabajar conmigo; no es que él haya llegado en algún momento al proyecto sino que es parte esencial del mismo. Y ahora estamos filmando otra película.


(Post mortem es el título provisional del nuevo filme de Larraín en donde Alfredo Castro interpreta a un funcionario del Servicio Médico Legal que tiene que certificar la muerte del presidente Allende, asesinado el 11 de septiembre de 1973, durante el golpe de Estado dirigido por Pinochet).


CC: Finalmente, ¿cómo conseguiste los derechos de la música de los Bee Gees y de las imágenes de Saturday night fever que, me imagino, han de ser muy caros?


PL: Sí, son muy caros pero afortunadamente los señores de Paramount Pictures y de los Bee Gees comprendieron que esta es una producción iberoamericana y nos cobraron una cifra considerable pero razonable para una filme de bajo presupuesto.


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