Por Daniel Ramírez


“Es bueno que la literatura pueda llegar al cine, sobre todo con un tema tan escabroso como el que toca la película” dijo Fritz Glockner, autor de la novela en que se basa la película Cementerio de papel, durante la premiere realizada en Cinemark Reforma 222 la noche del lunes 2 de febrero. A la presentación también asistieron Mario Hernández, director del filme, y los actores Alberto Estrella, José Juan Meraz, Alejandro Tomassi y Marta Aura.


“En México de pronto pareciera ser muy light la memoria que tenemos y un pueblo sin memoria es un pueblo sin sueños y evidentemente un pueblo sin sueños está inanimado. Lo que pretende la película es hacer que la memoria se haga sueño y con ello mejorar un poco el presente” afirmó el escritor, quien es hijo de uno de los perseguidos políticos de la guerra sucia en México.


Glockner aseguró que él no carga sus novelas bajo el brazo para que alguien las lleve a la pantalla. En este caso, Mario Hernández fue quien le propuso el proyecto y confesó que en un principio dudó “ya que la novela depende de uno, pero el cine es mucho más complejo”.


Cementerio de papel es un thriller que narra las investigaciones de tres jóvenes que quieren aclarar el asesinato de una persona cercana. El homicidio tiene lugar en el Archivo General de la Nación, antiguo Palacio de Lecumberri, y es a partir de aquí que la trama expone eventos que se perpetraron durante la llamada “guerra sucia”. La implicación de un jefe policiáco y un ex presidente de la República se descubre a través de unos misteriosos archivos desaparecidos. Los jóvenes sienten la obligación de dar a conocer dichos archivos a pesar del peligro que corren sus vidas.


La cinta recuerda los chilli-western de finales de los ochenta y principios de los noventa en México, donde la música se entromete en momentos fuera de lugar y las escenas llegan a ser, involuntariamente, cómicas. A través de la cinta se pueden ver balazos y acribillados, persecuciones a medias, flashbacks inconexos, así como escuchar uno que otro chascarrillo y diálogos al más puro estilo de Jorge Reynoso. Cementerio de papel nos remite a la historia de nuestro cine fallido, pero ¿dónde queda la memoria y los sueños de nuestra historia como país?