‘Requiém para la eternidad’: Adagio por los que no mueren. Se presentará en Cannes

Por Ulises Pérez Mancilla

En un artículo titulado “Dolor en casa”, el doctor Arnoldo Kraus retoma algunos pensamientos escritos por enfermos terminales: “¿cuándo duele la vida porque es el cuerpo el que duele y cuándo duele el cuerpo porque es la vida la que duele?”, destaca uno de ellos, profundizando sobre la relatividad de la muerte hacia el final de sus días. El autor, que en su texto construye la metáfora del cuerpo como una casa, concluye: “La vida es una invención del ser humano: existe mientras éste la escribe, la evoca, la destruye, la nombra vida o la sobrevive como enfermedad”. O lo que es lo mismo, la filma.

En 2007, a Alberto Reséndiz Gómez, director de “Réquiem para la eternidad”, le diagnosticaron cáncer en los huesos. Tres años después, su primer acercamiento con la muerte se convirtió en la premisa de un cortometraje en el que la recreación de su experiencia se vuelve historia viva de aquella única certeza de la que uno huye, hasta que se tiene enfrente a un médico con cara de malagüero.

“Todos nos vamos a morir”, dicen, “algún día”.

Reséndiz experimentó esa sensación pero tuvo la oportunidad de volver, tomar una cámara y documentar a través de su cuerpo, ese sentimiento que muchos ya no tienen modo de expresar. ¿Qué pasaría si me enterara que pronto voy a morir?, el director egresado del CUEC, rememora el instante preciso en un breve ensayo donde las imágenes a propósito son más que un poema: Paisajes nocturnos urbanos y golpes de luz (¡luz y más luz en un estadio de oscuridad emocional!), acompañan los lúgubres pasillos de hospital, donde los sentidos se agudizan (como lo marca el diseño sonoro y la música de Héctor Ulises Vera), entre la claridad y la disolvencia. Entre la noción de que se está de cuerpo presente, pero la conciencia ya está en otro lado.

El documental, ganador dentro de su categoría en la pasada emisión de Morelia (también nombrado mejor cortometraje en Monterrey; y con una mención especial en Docs Df, entre otros reconocimientos nacionales) está próximo a exhibirse en la semana de la crítica en Cannes, dentro de una función especial, además de haber participado ya en la Selección Oficial de Toulouse y en el Festival de Cortometrajes de Bruselas, Bélgica.

Con duración de 12 minutos, “Réquiem para la eternidad”, aborda con firmeza la forma de exponer un tema de interés masivo (universal/social) a través de un hecho íntimo explícito. Al respecto el realizador argumenta: “… decidí filmar este trabajo por que era una manera de exorcizar el miedo que me provocó la experiencia que viví. Tarkovski planteaba en su libro Esculpir el tiempo que filmar en lugares en los que el artista había vivido situaciones muy personales se reflejaría en la obra de una manera orgánica y poderosa a la vez. Tomé esta idea y, por ejemplo, el hospital que aparece es el mismo en el que fui atendido en el 2007… creo que la catarsis es un elemento del que no hay que intentar desprenderse como creadores sino que, además, hay que aprovecharla en favor del proceso. Así, hacer este cortometraje me permitió reflexionar sobre mi proceso y definir cómo me afectó y en qué me hizo crecer y madurar”.

En este sentido, Reséndiz da otra dimensión al significado de sobrevivencia. Anímicamente, libró por el momento la monserga de lidiar con una enfermedad, pero intelectualmente recibió el noble gesto de construirse como personaje y trazar su propia línea existencial, de sentarse a dialogar cinematográficamente con la vida y la muerte.

El corto documental se presentará en la Semana de la Crítica en Cannes