Por Perla Schwartz
Jaime Humberto Hermosillo es de los cineastas mexicanos más
incansables, que no se da por vencido incluso a falta de apoyo por
parte de las autoridades cinematográficas mexicanas, pues autogestiona
sus proyectos y lleva varios años de haber incursionado en el cine
digital, en su legítima necesidad de expresarse.
Cineasta original y polémico, hace unos días festejó sus 69 años de
edad con una función triple en Cineteca Nacional, conformada por sus
películas “El más temido infierno” (2010), “Juventud” (2010) y “Las
apariencias engañan” (1982), ésta última en una versión remasterizada a
nivel digital).
Cada una de estas películas confirman que Jaime Humberto le apuesta
de modo definitivo al cine de autor, que no requiere de grandes
producciones para ser genuino e innovador en sus planteamientos
temáticos.
“El más temido infierno”, también realizada en formato digital, es
una versión libre de “Sonata a Kreutzer” (1889), una gran novela del
escritor ruso León Tolstoi, que aborda la infelicidad marital y los
celos crecientes que un hombre experimenta hacia su mujer.
Se trata de un filme de dos creadores: el propio Hermosillo que
dirige y hace la fotografía; y un solo intérprete, Alberto Estrella,
quien monologa y permanece alrededor de una hora y 45 minutos en la
pantalla, con el reto de evitar que decaiga la tensión dramática o el
interés que pueda despertar.
Es una propuesta de cine extremo, donde sencillas imágenes –la
mayoría de éstas, primeros planos de las expresiones y gestualidad del
rostro del autor– son tan sólo el marco para que el peso recaiga en la
palabra, lo que va contando el personaje va en crescendo,como víctima
de un infierno pasional, donde se ve sumergido en el momento menos
pensado.
Hermosillo se plantea con “El más temido infierno”, filmado en una
sola locación entre febrero y junio de 2010, la posibilidad que a
través del cine el realizador se puede enfrentar a nuevas búsquedas,
donde pese más el dramatismo de los hechos relatados, que la acción
misma en imágenes en movimientos.
Por su parte “Juventud” (2010), fotografiada por Jorge Z. López en
Aguascalientes, tierra natal del cineastas y con gran mayoría de
actores amateurs (a excepción de Zaide Sylvia Gutiérrez y Alberto
Estrella) es un recorrido nostálgico en la década de los 50, cuando
Hermosillo descubre su vocación y pasión por el cine.
Gran festejo de un director de cine mexicano que debería ser
revalorado por su universo tan personal y por atreverse a abordar
temáticas diferentes y en varios casos atrevidas.
EN LA FOTO DEL INICIO: Jaime Humberto Hermosillo.