* “Este trabajo me permitió reafirmar mi actitud como actor ante cualquier proyecto”, también comentó a CorreCamara el actor Ignacio Guadalupe

Por Ulises Pérez Mancilla 

Hansel Ramírez interpreta a Mingo, un adolescente con retraso mental cuyo despertar sexual es el eje de la película La mitad del mundo, la séptima ópera prima del CUEC, de reciente estreno en cartelera, donde comparte crédito con Ignacio Guadalupe, en el papel de Chema, amigo del chico y vocero del pueblo. Ambos actores, uno en su debut y el otro solventando una carrera de ya varias décadas y decenas de personajes entrañables, compartieron su experiencia al realizar esta película para CorreCamara.   

Hansel Ramírez 

Próximos proyectos: La brújula la lleva el muerto, Mojado, Le Marsupillami 

“Vi La mitad del mundo como la oportunidad que había estando buscando siempre en mi carrera, desde la lectura del guión –del cual me encanta su humor negro- pude darme cuenta de la magnitud del proyecto y el personaje, si a esto le sumaba el talento y experiencia de todo el elenco y del director pues resultaba un hecho que había que pelear hasta el final por el personaje de Mingo, que lo trabajé desde el respeto a todas las personas que clasificamos como discapacitadas involucrándome, documentándome y conviviendo directamente con ellos para entender su forma de vida y poder ofrecer una interpretación verosímil acorde con el tipo de síndrome de mi personaje”.  

CorreCamara: ¿Siendo éste tu primer trabajo estelar, te intimidaste en algún momento conforme avanzó el rodaje? 

No. Pero si en los ensayos, así que decidí dejar de sufrir en cierta manera y empezar a disfrutar olvidándome de que estaba actuando con “Luisa Huertas” (por ejemplo) y en ves de ver a “La actriz con gran trayectoria”, asimilar que estaba viendo a mi madre y así sucesivamente con cada uno de mis queridos compañeros. Fue difícil filmar las escenas de sexo porque nunca lo había hecho pero fue muy grato en el sentido de que todo mundo en el set entendía lo complicado que era para nosotros como actores y nos apoyaban empezando con el respeto que estas escenas requieren. Me es imposible decirte qué me gusto más ya que toda la experiencia me resulto extremadamente grata y refuerza mi deseo de hacer cine el resto de mi vida.  

Ignacio Guadalupe 

Vidas errantes, Pueblo de madera, El último profeta, Los tres entierros de Melquiades Estrada, La misma luna.  

La mitad del mundo para mi es un retorno a las historias de personajes norteños que fueron con los que inicié mi carrera y es también una vuelta a trabajar con Jaime porque anteriormente habíamos hecho Agonía que estelarizaba junto a Arcelia Ramírez. Esta película me aportó la oportunidad de continuar haciendo cine mexicano y también la de confrontar mi experiencia nuevamente. Lo que me atrajo para aceptar este proyecto fue en primer lugar la amistad con el director y en segundo la calidad de personajes que siempre he encontrado en sus historias: siempre son personajes entrañablemente mexicanos, cálidos, contradictorios y llenos de matices. Este trabajo me permitió reafirmar mi actitud como actor ante cualquier proyecto, una vez que se dice que sí, no hay más que remar en contra de todos los obstáculos para que la filmación llegue a su fin, porque en México ninguna película se hace fácilmente”.