Por Ernesto Medina
La conciencia, el dolor, el sufrimiento, la amargura del alma, la
desolación, la ausencia, el rencor, el odio, la venganza y la tragedia
son temas que se destilan en Mezcal (México, 2005), tercer largometraje
de ficción del cineasta oaxaqueño Ignacio Ortiz Cruz (La orilla de la
tierra, 1993; Cuento de hadas para dormir cocodrilos, 2001).
El libro Pedro Páramo, del escritor Juan Rulfo, y Bajo el volcán, del
estadounidense Malcolm Lowry, inspiraron a Ortiz a escribir el guión de
Mezcal y a presentar en celuloide la forma en que los personajes de la
historia toman conciencia de su manera de ser y como, a través de una
bebida de conciencia como se le atribuye al mezcal, por los efectos que
produce, encuentran alivio a sus penares, o bien, pueden evidenciar y
dejar totalmente al descubierto, sus estados de ánimo y particularmente
los grandes vacíos que tiene cualquier persona.
La cantina El Farolito, encontrada en el pueblo llamado El Parián, es
el punto de encuentro y de partida para narrar la historia de 6 vidas,
que una noche de tormenta tratarán de encontrar consuelo a sus
padecimientos en compañía del mezcal.
La conciencia humana casi siempre olvidada, abrumada por el autómata,
que constantemente nos aleja de la realidad evidente y nos mantiene al
margen de exteriorizar nuestros más profundos sentimientos, es un tema
que siempre será importante que se vea desde alguna óptica y qué mejor
que sea la cinematográfica.
La fotografía de Serguéi Saldívar Tanaka plasma perfectamente en la
cinta el permanente consuelo que buscan sus personajes a través de los
actores: Dagoberto Gama, Ana Graham, Ricardo Blume, Guillermo Gil,
Angelina Peláez, Lolo Navarro, Gastón Melo y Amorita Rasgado.
La música de Lucía Álvarez, el diseño de arte de Gloria Carrasco y
Lizette Ponce, la edición de Sigfrido Barjau, David Torres y el mismo
Ortiz, crean el ambiente sonoro, el espacio dramático y la narrativa
visual precisa para presentarnos, de manera minimalista, la cantina El
Farolito, en el mítico El Parián, geografía que intenta dar fin a todos
los padecimientos de quienes allí convergen.
La película Mezcal fue reconocida en la edición número XLVIII de los
premios Ariel, con 6 galardones, por mejor película, fotografía,
sonido, música, edición y diseño de arte.
El largometraje fue apoyado
por Malayerba Producciones, Santo Domingo Films, el Instituto Mexicano
de Cinematografía y el Fondo para la Producción Cinematográfica de
Calidad (FOPROCINE) y producida por Carlos Carrera, Javier Patrón y
también por Ortiz Cruz. Desde el pasado 15 de junio se exhibe en 10
salas comerciales del área metropolitana y hasta el día 28 del mismo
mes se proyecta en la Cineteca Nacional.