Por Noticine/CorreCamara.com
– La peruana afincada en Barcelona (España) Claudia Llosa está conociendo en carne propia la censura imperante en la televisión norteamericana “en abierto” (en el cable puede decirse de todo…). Después de unos días en la meca del cine, la directora de “La teta asustada”, que opta al Oscar en lengua extranjera, ha contado en El País que no puede decir en antena la palabra “teta” en los canales hispanos a los que ha sido invitada: “Me sorprendió… que no se puede mencionar la palabra “teta” en la televisión. Imaginen intentar hacer 15 entrevistas sobre la película sin mencionar el título. Estuve tentada al final del día en gritar “teta, teta, teta, teta…”.
Otra de las obligaciones poco frecuentes a los que la cineasta se ha visto constreñida es a cambiarse de ropa varias veces al dia para lucir diferente en cada comparecencia ante las cámaras, algo más propio de una estrella que de una directora-guionista. “Hoy me he vestido con… siete vestidos distintos, uno para cada entrevista que he grabado, así que nadie que no lea este blog va a saber que las he hecho todas en un único día”, afirma.
– Por su parte, no en Los Angeles, sino en su Buenos Aires querido, Ricardo Darín, protagonista de “El secreto de sus ojos”, contrincante de “La teta…” (con perdón…) en la misma categoría, cuenta a La Nación sus planes para este próximo domingo, día de la ceremonia: “Haré la función de “Art” (la obra de teatro que ha retomado) y después me iré rápido a casa para agarrar la transmisión”. El entrañable y cada vez más reconocido astro argentino está esperanzado y “ansioso, porque llegue el domingo, ganemos o no, para saber y para que pase porque todo este trajín me tiene agotado”. Según Darín, hace semanas tenía las cosas menos claras, “pero ahora creo que sí. “El secreto…” es una película que sabe combinar hábilmente una historia áspera muy dura, con dinamismo. Eso se consigue por el talento de Campanella y de todos los que trabajan ahí”.
Tras una cierta controversia en torno a que no había sido invitado, el protagonista del film junto a Soledad Villamil y Guillermo Francella aclara que Campanella sabía que él no es muy proclive a asistir a este tipo de eventos y sobre todo que tenía un previo compromiso teatral en Buenos Aires, de manera que si no recibió la invitación será porque nadie se la tramitó.