Reportera @DistritalMx: “Los Ilusos”, la Madrid de soñadores

Por Arantxa Sánchez
@mermouton_

¿Genios o enamorados?, ¿realistas o soñadores?, ¿persistentes o inmóviles?, ¿ilusos o astutos? Madrid, el café, los libros, los cines, la comida japonesa, la ilusión de una vida a la que apenas se sobrevive: el español Jonás Trueba presenta su segundo largometraje: “Los ilusos”.

“Los ilusos” (2013) se enfoca en León (Francesco Carril), un joven dedicado al estudio del cine con pretensiones de filmar su propia película y todas las historias particulares de la España actual que giran entorno a él: una actriz fracasada, un actor estancado, un coleccionador de VHS, una periodista incipiente…

El trabajo de Trueba recuerda las escenas de los jóvenes en la Nouvelle Vague: su andar por las calles, las tiendas destartaladas, la ciudad, la gente, las librerías, las platicas casuales, los sueños. Con un blanco y negro melancólico, esta película trata de explorar el sentir confuso de una generación casi huérfana.  

Con una técnica audiovisual limpia y bien cuidada, el director español juega con la construcción del filme: no es una historia en su totalidad, es una conjunción de momentos, de vivencias de los personajes de la película y del proceso mismo del rodaje: una discusión entre la ficción y la realidad.

La Madrid ilusa que habla sobre cine, de cómo se hace el cine, de cómo no se hace el cine, de qué hacer cuando no se hace cine, de la desilusión y la frustración cómoda, mesurada, contenta. Quizá le hizo falta a Trueba decirle a sus personajes que la vida no sólo puede llenarse de clichés.

¿Quiénes son los ilusos? Es la generación que aún espera, planea y desea proyectos, que pasa sus días sentada en las librerías tomando un café, enamorándose, ilusionándose, aferrándose a la juventud, la experiencia amarga de los días inmóviles en Madrid, en la crisis, en el desencuentro.

Jonás Trueba presentó en 2010 su primer trabajo: “Todas las canciones hablan de mí” y, desde entonces, se ha perfilado como uno de los directores jóvenes que se esfuerza por hacer un cine sincero, sencillo y autorreferencial para así entregar una película que sea digna de ser recordada al estilo de Godard y Truffaut, ¿lo habrá logrado?

Realizada entre amigos durante tiempos libres, “Los ilusos” es un recuerdo audiovisual resuelto con gran habilidad y destreza, ¿no hay pretenciosidad? El espectador lo sabrá al ser consiente de que el cine y la vida coexisten, una es materia prima del otra, son esenciales, son necesarias.

Trueba deja abiertas miles de preguntas: ¿qué pasará con esta generación de soñadores y clichés?, ¿en manos de quién está el porvenir? Los ilusos somos todos: tú, yo, él, los ilusos que aún creen que las escapadas con los amigos son el mejor pretexto para hacer una buena película.

“Los ilusos” fue parte de la sección Meridianos presentada en Distrital: cine y otros mundos.

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