Por Pedro  Paunero

Stéphanie Martin Petit, francesa de nacimiento, ciudadana del mundo, activista, fotógrafa, investigadora del arte urbano y de cómo el cine toma por asalto la calle, ofreció esta interesante entrevista para CorreCamara.com que deja traslucir a la artista y al ser humano que en el cine de todos los pueblos y naciones que ha visitado descubre la riqueza de la humanidad, sus sueños, miserias y esperanzas. Todo aquél interesado puede sumarse a este proyecto.


P: ¿Quién es Stéphanie Martin Petit en sus propias palabras?

Stéphanie Martin Petit: Una soñadora y una ciudadana del mundo, que intenta comprender la locura humana y que trata de ser mejor persona cada día (una de las cosas más difícil del mundo), una admiradora de los artistas, de los pensadores y de la gente que tiene mucha imaginación.


P: ¿Cómo fue crecer en la tierra de Julio Verne, en Nantes, Francia?

SMP: Siempre desde pequeña he tenido muchas ganas de viajar fuera de mi país, de descubrir otras culturas y sobre todo aprender otros idiomas. Nunca quise vivir en Nantes de manera permanente, solo pensaba en irme (quizás gracias a Julio Verne y sus extraordinarias historias también). Es una ciudad muy bonita y muy dinámica a nivel cultural. A menudo está citada en revistas como una de las ciudades más agradables donde vivir en Francia. Ahora estoy pasando algunos meses aquí y la estoy re-descubriendo y me siento extranjera de una cierta manera pero me alegra escuchar varios idiomas por la calle, cosa que no había en mi infancia.


P: Trabajaste en “Médicos sin Fronteras” ¿Cuál fue tu experiencia en esa organización no gubernamental tan trascendente?

SMP: Trabajé 5 años en la sede social de MSF-España en Barcelona, primero como asistente de la Presidenta y de la Junta Directiva; luego con el Departamento de Operaciones, el corazón de la organización donde se gestionan los proyectos en numerosos países. También me enviaron varias semanas a Haití para una emergencia de cólera, después el terrible terremoto y en un proyecto que tienen en Bolivia. En el mundo de las ONGs, hay de todo pero MSF es una organización de confianza, muy independiente en sus intervenciones y sobre todo da luz y voz a conflictos y situaciones olvidadas, invisibles por parte del resto del mundo, como la violencia sexual en el Congo, los niños soldados en República Centro-Africana o el Chagas en América Latina. La oficina que tienen en el D.F. hace un excelente trabajo también. La organización está gestionada por seres humanos entonces por supuesto no es perfecta, siempre hay cosas que mejorar en la gestión y la coordinación de la ayuda hacia los demás, pero es una organización noble y para mí ha sido una fantástica experiencia humana y profesional.


P. ¿Qué lleva a una persona que ha vivido en los cinco continentes y que ha trabajado en “Médicos sin Fronteras” al cine?

SMP: El cine siempre ha sido parte de mi vida, quizás porque en Francia el cine es bastante importante. Pero desde varios años la parte que más me interesa es su historia. Me encanta ver películas de todas las épocas y me encanta leer revistas, análisis, libros y ensayos sobre cine. Por supuesto poco a poco me interesó la parte más técnica pero siempre es la cronología la que me apasiona, entender por qué una película ha sido clave en una cierta época y por qué un director está considerado como uno de los más grandes, etc… Lo que me interesa más y más cada día es la cinefilia, es decir cómo los amantes del cine le declaran su amor al 7mo arte (a un género, a una película en particular, a un director) y como eso les da inspiración a la hora de crear sus propias obras (de cine, de teatro, de pintura y de arte urbano por supuesto).


P: ¿Cómo comienzas a interesarte en el Street Art Cinema?

SMP: He vivido diez años en Barcelona; allí me enamoré de las persianas metálicas de los comercios, pintadas por artistas urbanos. Cada vez que me encontraba con una, durante mis paseos nocturnos o días festivos, les sacaba una foto. Al día de hoy tengo una colección de alrededor de 1500 fotos de persianas de comercios de la ciudad condal e hice varias exposiciones con ellas.

Luego, mientras estaba viviendo en México D.F. me puse a clasificar toda esta colección por temáticas y me di cuenta que muchas de ellas se refería al cine así que la pregunta que me hice fue: “¿Cómo el arte urbano homenajea al cine y qué películas/directores/géneros inspiran a los artistas urbanos a la hora de pintar la esquina de una calle?” A partir de ahí empecé a buscar por todos lados lo que podía encontrar sobre este asunto (encontré muchas fotos en internet pero parece que no hay ningún documental, libro o artículo sobre este asunto todavía) y construí poco a poco una enorme base de datos. Casi un año después he compilado una colección impresionante que toca todas las épocas y géneros del cine y que se encuentra en muchas ciudades de los diferentes continentes. El resultado es muy interesante a nivel artístico, educativo y también a nivel sociológico.


P: Has hecho fotografía de persianas (en México las llamamos “cortinas metálicas”) ¿Este proyecto surgió en paralelo al del Street Art Cinema?

SMP: El proyecto de cortinas nació en Barcelona previamente al de Street Art Cinema, y en la ciudad de México he hecho una pequeña exposición de éstas fotos sobre el tema de las mujeres. He sacado algunas fotos de cortinas en el D.F. pero, a pesar de que la ciudad es mucho más grande que Barcelona, parece que no hay tantas y la gran diferencia es que en Barcelona podía pasear de noche (el momento idóneo para encontrar cortinas) por cualquier barrio, cosa que no es posible en el D.F. y que ha sido una frustración enorme para mí.


P: Tu acento es muy especial: hablas con un dejo francés pero, a la vez, como alguien que aprendió a hablar español en Catalunya. Te consideras una persona “Fancelonesa” (admiradora de la ciudad de Barcelona) ¿qué significó vivir para ti en esta ciudad?

SMP: Mi larga estancia en Barcelona ha sido una etapa importante en mi vida. Es seguramente una de las ciudades más agradables de Europa porque lo tiene casi todo: sol, mar, montaña, bosque, buena comida, mucha cultura, gente de todos los rincones del mundo. Pero últimamente está cambiando mucho. Cuando llegué a Barcelona tenía un lado un poco loco, desordenado, que era parte de su encanto pero estos últimos años se pone más convencional. Está prohibido pintar las persianas de los comercios por supuesto pero también quitan sus instrumentos a los músicos de la calle, lo ponen muy difícil a los bares que proponen música en vivo, y justo antes de irme, por ejemplo, he visto la policía, en el parque más grande de la ciudad, prohibir a un hombre ¡hacer una siesta en un banco! Pero para mí siempre será la cuidad donde me enamoré del arte urbano, de los colores que los artistas regalan a nuestras noches y donde tengo extraordinarios amigos.


P. ¿Cómo llegas a México y por qué?

SMP: Después de tantos años en Cataluña, tenía ganas de cambiar de aire y descubrir otro país y otra cultura. Mucha gente en Barcelona me habló de México, por su dinámica cultural y por su linda gente. Gracias a mi colección de fotografías de cortinas, he estado en contacto con diferentes medios de comunicación mexicanos y con gente del cine y del arte urbano. Al final me invitaron a formar parte del jurado en el Festival de Cine de Veracruz así que decidí irme allí con la intención de quedarme por lo menos un año (fecha de caducidad de mi boleto de avión). Después de Veracruz, he vivido varios meses en la Ciudad de México y luego en la costa del pacífico.


P: ¿Qué experiencia tuviste con el cine, los festivales de cine y la cultura en general en México?

SMP: Mi primera experiencia fue en Veracruz donde conocí gente de cine (cineastas, productores, actores). Varios de ellos se convirtieron en amigos míos. Desgraciadamente uno de los directores invitados al festival falleció la noche de clausura y fue un momento muy triste para todos. Luego participé como traductora al Festival Internacional de la Imagen (FINI), hermoso festival que organiza una amiga mía mexicana y fotógrafa; y todavía soy parte del equipo del Festival de Circo de Mazunte donde me encargué de la difusión. Mientras estaba en el D.F. he ido mucho al cine, sobre todo al Tonalá porque vivía muy cerca y tienen una programación muy interesante para ver películas latinas. Antes de venir a Francia en México miré muchas películas de la época de oro y luego una vez ahí mis amigos mexicanos, que son gente de cine, me dieron buenos consejos sobre las películas mexicanas que había que ver. Unas de las fotos que hay en Street Art Cinema es un retrato de Jorge Negrete en una cortina de un negocio en Lyon en Francia (el cine mexicano es muy poco conocido en mi país entonces fue una agradable sorpresa). También encontré a Pedro Infante en Puerto Escondido y varias de Cantinflas en el D.F. María Félix es parte pendiente en la investigación. Viajé bastante por México a lo largo de mi estancia y su cultura es fascinante, tanta mezcla y variedad, tantos colores. Me encanta. Y a nivel de arte urbano hay muchas cosas interesantes porque por muchas razones el arte mural es mucho más aceptado en México que en otros países.


P. ¿Qué significó vivir en Mazunte, Oaxaca?

SMP: Llegué a este pueblo un poco por casualidad. Es un pequeño paraíso, un rincón de pescadores escondido entre la selva y el mar. El lugar es pequeño pero de entrada me encontré con dos artes que me gustan mucho: el cine fue una gran sorpresa pero hay una chica italiana que lleva un proyecto que se llama Cinerrante y casi cada noche proyecta películas de autor en varios restaurantes y bares del pueblo, en versión original y con pantalla grande; luego conocí a mis amigos de la compañía “Mermejita Circus” que organizan un hermoso festival de circo que ya tiene 4 años y la compañía da representaciones en el pueblo a lo largo del año. En Mazunte estamos un poco lejos de todo pero eso tiene su encanto.


P. Cuéntame sobre tu experiencia con aquella ciudadana francesa en Mazunte.

SMP: Una francesa que tiene un pequeño hotel en Mazunte me ofreció trabajar con ella y lo hice durante 5 meses. Mi encuentro con ella fue mi peor experiencia en México, dónde está viviendo desde hace muchos años. No le importa en absoluto la cultura mexicana o el pueblo mexicano. Al contrario, tiene un desprecio sin fin hacia ellos, que sean sus empleados o sus huéspedes, y todos los días me contaba una y otra vez todo el desdén que tiene hacia México. Es parte de esta gente que aprovecha ciertas cosas de un país para ganar dinero porque en México todavía es más fácil que en Europa no respetar ciertas reglas (por ejemplo nadie de su equipo tiene contrato/seguridad social y su hotel ni siquiera está declarado como tal a la hora de pagar impuestos). Me encontré pasando más de 10 horas al día con una persona racista y horrible con su personal, gritando todo el día por cualquier cosa. Nuestra colaboración terminó muy mal y cuando quise denunciarla a las autoridades mexicanas, la población local me alertó que el hermano de ella, un francés instalado en la costa oaxaqueña, era muy metido con los narcos, la prostitución, etc. y que si yo pensaba denunciar a su hermana, tomaba el riesgo de tener un ‘desgraciado accidente’… Fue una experiencia un poco traumática y decidí abandonar este paraíso.


P: Este tipo de encuentros te ha formado como un ser humano muy tolerante. Eres bastante culta, honesta y sensata por haber conocido a personas de tantos países y conocer sus costumbres. Háblame del cine en los países que has visitado.

SMP: En Londres se encuentra todo tipo de cine, en Australia ya no había tantas salas de autor (quizás ha cambiado desde que viví ahí) y en Barcelona hay varias salas de cine independiente y hay muchas festivales de todo tipo y conferencias en diferentes espacios a lo largo del año. El clima ofrece la posibilidad de ver muchas películas al aire libre y es otra dinámica que la que se da en una sala; la gente vive la peli de manera muy diferente cuando se proyecta afuera. Siempre guardaré un recuerdo extraordinario de la primera vez que vi ‘Death Proof’ de Tarantino, con miles de gente sentados en un parque y expresando todas sus emociones a lo largo de la peli. En México D. F. hay varias salas de cine que proponen cine independiente y hay muchos festivales. En general, en todos las grandes ciudades del mundo, los centros culturales representando diferentes países ofrecen sesiones de cine para descubrir su propio cine nacional (sobre todo Alemania, Francia e Italia). Una experiencia graciosa que tuve en la India es que el primer día que llegué me ofrecieron un pequeño papel en una película. Conmigo estaban un alemán y dos chicas de Londres también. Nos dijeron que la pareja de la peli eran bastante conocidos. Nos quedamos toda la tarde en el rodaje y además nos pagaron. Luego, al final de mi estancia, tenía varias horas que matar en Mumbai e intenté encontrar una sala donde había una película en inglés pero no había manera así que no fui a ver ninguna. Pero a la vuelta a Barcelona, cuando lo conté a amigos míos que conocían la India me dijeron que debería haber ido porque en la India el espectáculo está también en la sala y no solo en la pantalla. 


P: ¿Crees que Hollywood es una maquinaria poderosa que arrolla el cine de las otras naciones?

SMP: Creo que es demasiado simplista y fácil de ver las cosas de esta manera. Como consumidores tenemos un enorme poder y la industria ofrece a la gente lo que la gente compra. Decir que el cine de Hollywood es una basura sería totalmente exagerado y una mentira, hay muy malas películas pero hay muy buenas también. Creo que sobre todo son las políticas culturales de cada país que hay que mejorar y abandonar esta locura de invertir tanto dinero en las armas y otras cosas destructivas. El bienestar de los seres humanos, de sus cerebros y corazones, pasa por la educación y la cultura, no por tener más defensa militar. Muchos países se quejan del poder de Hollywood por ejemplo pero invierten poco dinero para defender y hacer crecer su propia cultura. Es cierto que hace años Francia tomó medidas para proteger su cine. Esta opción no es perfecta porque no impide que también se hagan muy malas películas francesas que cuestan mucho dinero pero tiene también consecuencias positivas para el cine independiente.


P: ¿Qué esperas del proyecto Street Art Cinema?

SMP: El proyecto está en fase de desarrollo. La primera fase ha sido compartir la compilación del resultado de mi primera investigación (película, artista, lugar). He creado una página web con el objetivo, por un lado, de medir si esta temática interesa y sobre todo para que los artistas y fotógrafos urbanos tuvieran un sitio para enviar y compartir lo que tienen sobre cine. El resultado de esta primera etapa es muy positivo. El interés está, sin duda, y cada día estoy recibiendo más fotos y hay más y más gente que siguen las redes sociales del proyecto (Facebook e Instagram). Es una manera original e innovadora de descubrir la historia del cine y el arte urbano alrededor del mundo. Una nueva página web se está cocinando, una mucho más sofisticada, con el fin de ofrecer una herramienta de investigación más interesante para los visitantes. Un amigo mío está trabajando también en la creación de pequeños vídeos que mezclaran las fotos que tenemos y extractos de películas. Estoy buscando lugares para hacer exposiciones con mis propias fotos porque tengo bastante material en mi propia colección de varios países. Quiero coordinar eventos sobre esta temática en diferentes festivales de cine y de arte urbano. Me gustaría mucho en el futuro crear un festival sobre la cinefilia, un espacio donde se proyectarían videos de declaración de amor al cine y donde los artistas urbanos podrían intervenir así que otras disciplinas (literatura, fotografía, etc.). Sé que el proyecto Street Art Cinema tiene mucho potencial pero todavía necesita mucho trabajo de investigación, de comunicación y de organización, y por supuesto necesita también financiación. Por lo cual espero que poco a poco encontraré colaboradores y patrocinios interesados para ayudarme a hacerlo crecer en varios países del mundo y que se convertirá en una nueva y buena excusa para seguir explorando los bonitos rincones de nuestro planeta.


Fotografía del inicio:
Persiana:
“Vivre Sa Vie” (en Barcelona) única obra de arte urbano de la artista del tatuaje Krista Bursey, canadiense. La obra que inició el proyecto de Stéphanie Martin Petit.
 

Más datos sobre la obra de Stéphanie Martin Petit:

Sitio Web www.streetartcinema.com

El proyecto persianas en Barcelona:

En “El País”

En “La Vanguardia”
 

El proyecto de fotografías de persianas en México:
En “Código D.F.”:

Colección de persianas de mujeres

Sobre la película “Sándwich” dónde Stéphanie actuó en India, Kerala

Sobre el proyecto “Street Art & Cinema”
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Foto de Stéphanie en Playa Paraíso, Tulum.