*El actor también dio su opinión sobre la situación social del país, la televisión, Hollywood y sus otros proyectos en el cine.
Por Leticia Carrillo
Damián Alcázar dijo que en ocho días comenzará el rodaje de 40 grados, la última parte de la trilogía de Luis Estrada que inició con la polémica La ley de Herodes y siguió con Un mundo maravilloso. Con locaciones en el Estado de San Luis Potosí, Alcázar compartirá escenario con los reconocidos actores Ignacio Gómez Cruz, María Rojo, Carlos Cobos, José Sefami, Silverio Palacios y Elizabeth Cervantes.
Asimismo, adelantó que en enero iniciará el rodaje de la ópera prima de Kenya Márquez, cuyo título y temática son los mismos que los del último cortometraje de la jalisciense: Señas particulares.
Además, tiene en puerta la filmación en Bolivia de Carga sellada producida por el mexicano Ozcar Ramírez con la directora Julia Vargas. En ella interpretará a un militar encargado de llevar un tren con basura contaminada a un tiradero ubicado en el desierto de Atacama en la frontera con Chile pero después de ver obstaculizada su labor por los lugareños y percatarse de lo que trae consigo, decide llevar el convoy a un cuartel militar, “donde debe quedarse” afirmó Alcazar.
Sobre 40 grados, el actor de El crimen del padre Amaro, La crónicas de Narnia y Satanás abundó: “la película habla sobre la situación de nuestro país que está sufriendo, claro con el humor negro de Luis para podernos reír de nuestra situación tragedia, que es absolutamente terrible e infame”.
“Benny García es un buen hombre que regresa a su pueblo después de 25 años y se da cuenta que ya no es el mismo: la tranquilidad y la pobreza, se han reproducido pero ya no son las mismas que cuando él se fue. La película empieza en una escena en la que me deportan con una patada y me dicen: ‘don’t come back fucking beaner (no regreses pinche frijolero)” detalló Alcázar sobre su personaje.
Damián Alcázar calificó a 40 grados como “una historia formidable, necesaria y requerida por nuestra gente” y dijo que estará lista en 2010 para los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, al igual que Chicogrande, la película que protagonizó bajo las órdenes del “maestro” Felipe Cazals, como él lo llama.
Sin embargo, señaló que para él no hay nada que celebrar: “tenemos 60 millones de pobres en este país, la desaparición de la compañía de Luz y Fuerza, poco a poco ir minando a Pemex para llevarlo también a la iniciativa privada, degollados por todo el país; si hay algo que celebrar, seguramente lo estarán haciendo los ganones de este asunto pero los ciudadanos no tenemos absolutamente nada de que celebrar”.
Y acerca de los recortes presupuestales al sector cultural anunciados por el gobierno calderonista para el siguiente año el actor consideró que si éste recibiera más apoyos, sectores como el cinematográfico podrían convertirse en industrias que dejaran “muchos dividendos al país”.
HOLLYWOOD
Sobre el deseo de trabajar en el cine hollywoodense Damián Alcázar señaló: “No sueño con Hollywood, sí con Scorsese, David Lynch y todos ellos pero con Hollywood para nada”.
Y subrayó el compromiso que tiene con el cine latinoamericano en general, y el mexicano en particular: “creo que se lo debemos principalmente al pueblo de Latinoamérica que para mí es un solo país”.
LA TELEVISIÓN
El intérprete, ganador de sendos reconocimientos en los festivales de San Sebastián, Guadalajara, La Habana y Cartagena, expresó: “regresaré a la televisión en cuanto tenga un proyecto interesante, que respete al público y que piense que el público es inteligente”.
Alcázar afirmó que no pudo participar en la segunda temporada de Capadocia, porque las fechas de grabación de su personaje y la filmación de 40 grados, se empalmaban.
Empero, apuntó que iba a hablarle a Cecilia Suárez para felicitarla por su nominación al Emmy Internacional por su interpretación de La Bambi en la serie dirigida por Carlos Carrera, Javier Patrón Fox y Pedro Pablo Ibarra.
Finalmente, estimó que la televisión está empezando a hacer series porque “sabe que las telenovelas ya se desgastaron y tiene que subir la calidad pues si no lo hace el público se les va”.
Aunque consideró que este medio “posee unos patrones que no le permiten tener un buen nivel de calidad y ese es su peor enemigo, pero a los dueños no les importa porque sigue siendo negocio”.