Por Miguel Ravelo

La ceremonia de entrega de los premios de la Academia se encuentra a la vuelta de la esquina. Este domingo 12 de marzo conoceremos a los galardonados dentro de cada categoría; sabremos si una vez más algún escándalo robó la atención de la noche, y también si nuestros favoritos se llevaron a casa la codiciada estatuilla.

Por supuesto las predicciones llenan ya las quinielas de los entusiastas de la temporada de premiaciones cinematográficas, pero si hay algo que es seguro en esta entrega es que Guillermo del Toro será el ganador en esta categoría. Su brillante y compleja versión de “Pinocho” se coronará como la mejor película de animación del año. Desde hace meses ha arrasado con las premiaciones, y la aceptación tanto de público como de crítica ha sido universal. Pero sería un error que esta certeza aleje a las audiencias del resto de las películas nominadas. Si  este año existe una categoría que merece especial atención por lo sólido de sus propuestas, es la de mejor película de animación. Cinco películas entre las que es imposible encontrar un elemento débil o que no merezca figurar en la competencia. Sí, “Pinocho de Guillermo del Toro” será la ganadora, pero competirá junto a dignas entradas que se enlistan –y se recomiendan entusiastamente- a continuación.


Gato con botas: el último deseo (Puss in Boots: The Last Wish)

Nominados: Joel Crawford (director) / Mark Swift (productor)

Tras surgir como uno de los personajes más entrañables de la ya muy dispareja serie de películas de Shrek, Gato con botas (parlanchín y conquistador felino con voz de Antonio Banderas), tuvo su primera película en solitario en 2011, dirigida por Chris Miller (Shrek Tercero, 2007). La película fue un éxito de taquilla y, aunque su historia era divertida y el personaje estuvo bien aprovechado, no resultó en una propuesta cinematográfica especialmente memorable.

Lo que seguramente nadie pudo pronosticar fue que 11 años más tarde llegaría una secuela muy superior no solo a su predecesora, sino a varias, si no es que a todas, las películas de Shrek exhibidas hasta la fecha. Dirigida por Joel Crawford (Los Croods: una nueva era, 2020), “Gato con botas: el último deseo” es una cinta fascinante tanto en sus diversos y complejos métodos de animación como en su historia, y es de especial relevancia la aproximación que hace a un personaje que habría parecido destinado a protagonizar secuelas divertidas pero olvidables ad infinitum.

Esta entrega llevará al peludo minino, nuevamente pidiéndole prestada su voz a Antonio Banderas, a buscar la estrella de los deseos, piedra caída del cielo que otorgará el deseo máximo a quien la encuentre primero. La dirección es memorable y la animación es un deleite visual que secuencia tras secuencia consigue sorprender. Pero lo más destacable es la profundidad de su guion y los lugares a los que los escritores llevan a los personajes. “Gato con botas: el último deseo” es, sorprendentemente, una película en donde veremos a nuestro protagonista ser vulnerable como pocas cintas controladas por un estudio como DreamWorks o Universal lo han permitido hasta ahora. Veremos a nuestro gato sangrar, dudar, sufrir ansiedad paralizante y, sobre todo, enfrentarse a un antagonista especialmente arriesgado para una película de este corte: el miedo a la muerte, encarnado en Lobo (voz de Wagner Moura), un villano especialmente aterrador y que es una de las muy sólidas piezas que hacen de ésta una de las mejores películas de animación exhibidas en 2022.


Marcel, la conchita con zapatos (Marcel the Shell with Shoes On)

Nominados: Dean Fleischer Camp (director y productor) / Elisabeth Holm, Andrew Goldman, Caroline Kaplan y Paul Mezey (productores)

Marcel (voz de Jenny Slate) es una conchita que calza unos zapatos rojos y que nos observa con su enorme ojo que bien puede transmitir felicidad o llorar hasta conseguir formar un charco enorme bajo sus propios pies. “Marcel, la conchita con zapatos”, es el primer largometraje dirigido por Dean Fleischer Camp, quien lleva a la gran pantalla al personaje de su propia creación tras haber protagonizado tres cortometrajes también de su autoría: Marcel, la conchita con zapatos (2010), Marcel, la conchita con zapatos, dos (2011) y Marcel, la conchita con zapatos, tres (2014).

Marcel es una pequeña concha que vive con su abuela Connie (voz de Isabella Rossellini) en una maceta. Sus pláticas nos dejan ver que en algún momento formaron parte de una gran comunidad de conchas de la que fueron separados luego de una tragedia. Tras ser descubiertos por Dean, un documentalista (interpretado por el mismo director), Marcel y el humano entablan amistad y tienen profundas charlas en la que dejan ver la importancia de la pertenencia dentro de una comunidad y el profundo dolor al perder, ambos por causas distintas, a sus seres más queridos.

“Marcel, la conchita con zapatos” es una película entrañable con un protagonista especialmente valioso que nos habla sobre la vida, la inevitabilidad de las despedidas, el saber aprender de las pérdidas y el papel tan importante que tenemos dentro de nuestra familia sin que a veces nos demos cuenta. Pero sobre todo, de cómo el deseo por encontrar algo que todos aseguran que se ha perdido puede darle sentido a nuestra existencia.


Monstruo del mar (The Sea Beast)

Nominados: Chris Williams (director y productor) / Jed Schlanger (productor)

La representante de Netflix dentro de la contienda revive de manera espectacular las épicas espadachinas que desde 2003 parecían ser terreno exclusivo de la serie “Piratas del Caribe”. Dirigida por Chris Williams (“Bolt”, 2008 / “Big Hero 6”, 2014), “Monstruo del mar” nos presenta las aventuras de Maisie (voz de Zaris-Angel Hator), una pequeña huérfana cuyo sueño es ser una cazadora de monstruos marítimos como los héroes de los que lee en los libros. Por ello se esconde en el barco “Inevitable”, el máximo navío cazador de monstruos del mar, capitaneado por el Capitán Crow (voz de Jared Harris) y con su sucesor, el marino Jacob Holland (voz de Karl Urban), tan osado, hábil y bravucón como el mejor Errol Flynn de las aventuras navales de las primeras décadas del cine.

Tras una lucha terrible con el más temido monstruo, Maisie y Jacob quedan varados en una isla a merced de las bestias salvajes que el “Inevitable” ha cazado durante años. Pero es ahí donde se darán cuenta que la realidad que tomamos por cierta casi siempre viene manipulada por otros intereses, y que los sueños de gloria matando criaturas distintas a nosotros solo pueden estar basados en el odio, la intolerancia y la ignorancia. 

Probablemente “Monstruo del mar” es la película que presenta el guion menos sólido en comparación al resto de las contendientes, detalle que Williams cubre hábilmente en el apartado visual y en la dirección de las escenas de acción. La película está realizada con soltura y con un dominio notable de la acción. Su principal punto en su contra es que su protagonista tal vez no sea tan atractiva como los propios caza monstruos, pero el mensaje de aceptación que propone la película es poderoso y sus bien dirigidas secuencias de acción consiguen mantener el interés durante toda su duración. Se agradece tener nuevamente historias de marineros a la vieja usanza y brutales batallas marítimas que saben explotar las bondades que brindan las aventuras clásicas.


Pinocho de Guillermo del Toro (Guillermo del Toro’s Pinocchio)

Nominados: Guillermo del Toro (director y productor) / Mark Gustafson (co-director) / Gary Ungar y Alexander Bulkley (productores)

Muchas han sido las adaptaciones cinematográficas que ha tenido la historia de la marioneta de madera que sueña con ser un niño real. Creado por Carlo Collodi en 1882, “Pinocho” tuvo su versión más conocida y memorable en la adaptación hecha por los estudios Disney en 1940, dirigida por Ben Sharpsteen y Hamilton Luske. Curiosamente, 2022 vio el estreno de dos nuevas versiones de la historia. Una nueva adaptación respaldada por la casa Disney y dirigida por Robert Zemeckis que fue unánimemente vilipendiada, y la dirigida por el oscareado mexicano Guillermo del Toro y el estadounidense Mark Gustafson.

Del Toro tomó la historia que conocemos a la perfección y con la que muchos crecimos, dotándola de su sello característico y dándole así nueva vida al cuento que parecía insuperable. Visualmente, la película está inspirada en las ilustraciones realizadas por Gris Grimly para la reedición de la novela Las aventuras de Pinocho de 2002, y su estilo no podía ir más de la mano con la complejidad que permea la obra del realizador tapatío. “Pinocho”, no podía ser de otra forma, es una historia de monstruos: el propio Pinocho nace como uno de ellos. Pero es también una historia en donde las relaciones entre padres e hijos van más allá de las que solemos ver en personajes unidos por la sangre. Pinocho es una película sobre el significado de la paternidad. Sobre la que esta puede significar a los ojos de un niño, sobre lo fácil que una paternidad irresponsable o mal entendida puede destruir a un pequeño. Y es también una exploración sobre el significado de la pérdida y cómo, necesariamente, un día tendremos que decir adiós a nuestras personas más amadas.

Que Guillermo Del Toro consiga, a 140 años de la publicación original de la historia, dotarla de esta nueva vida, con imágenes que se vuelven de inmediato inseparables de la historia conocida, y la reinterprete volviéndola una de las más hermosas, comprometidas y dolorosas fábulas contadas por el cine en años recientes, la hace merecedora de todos los premios que ha conseguido hasta el día de hoy. El Oscar, ¿qué duda cabe?, será para “Pinocho de Guillermo del Toro”.


Red (Turning Red)

Nominados: Domee Shi (directora) / Lindsey Collins (productora)

Desde que “Tin Toy” (John Lasseter, 1988) ganara el Premio de la Academia al mejor corto animado, y tras revolucionar la industria de la animación con la inolvidable Toy Story (John Lasseter, 1995), Pixar quedó establecida como uno de los mayores referentes en cuanto a cine de animación se refiere, consolidando su ya indiscutible poderío al ser adquiridos por Disney en 2006. Las películas salidas de este estudio cuentan ya con 23 premios Oscar en su haber, distribuidos entre mejor película animada, corto de animación, música y canción original, entre otras categorías. La más reciente estatuilla entregada al estudio fue en 2020 con la película “Soul”, dirigida por Pete Docter, y este año “Red” intenta repetir ese logro, lo que probablemente ocurriría de no estar en competencia la película de Del Toro.

“Red” es una de las más conmovedoras y logradas cintas del estudio en años. Como si se tratara de una contraparte a los temas paternales de “Pinocho de Guillermo del Toro”, “Red” es una historia en donde la maternidad y las relaciones entre mujeres dentro de una tradicional familia de origen chino llevan el hilo argumental. Dirigida por Domee Shi (Bao, ganador al Oscar al mejor cortometraje de animación en 2018), “Red” nos cuenta la historia de Mei (voz de Rosalie Chiang), una precoz y divertida niña de 13 años que además de enfrentar su entrada a la adolescencia, debe lidiar con su muy tradicional familia y, para terminar de volverse loca, con una extraña maldición en donde la incapacidad de controlar sus sentimientos la hace convertirse en un enorme panda rojo.

El guion de Julia Sho, Sarah Streicher y la propia Domee Shi se preocupa en transmitir de la forma más entrañable posible los problemas que enfrentan las pequeñas al entrar a la adolescencia. Mei intenta comprender su vida y los cambios físicos y emocionales que trae esta nueva etapa, y su mayor fortaleza está en el bien construido personaje protagónico. El mensaje que  la película transmite a las pequeñas de todo el mundo es que no importa que hasta sus propias familias vayan en contra suya, los sueños por los que hay que luchar son los propios, y que valen más que toda la imposición y tradiciones que pesen en su linaje. El corazón de “Red” está en Mei, en sus sueños y en las relaciones con las mujeres de su vida, sean sus amigas, su madre, tías y abuela. El agregado de las transformaciones en panda son un divertidísimo y muy bienvenido soporte que avanza apoyando a la historia y desarrollo de las problemáticas de la pequeña, simbolizando ese sentimiento de no saber de qué va la vida mientras se está creciendo, esa incomodidad de no entender en dónde encajar o a qué grupo hay que pertenecer.
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Más allá de la mucha o poca relevancia y credibilidad que cada quién otorgue a los Premios de la Academia, vale la pena explorar las candidaturas dentro de cada una de las categorías en competencia. Muchas veces, y más allá de la que resulte ganadora, la selección de las candidatas conlleva dentro de sí la mayor recompensa de todas: un puñado de historias maravillosas que nos hablan de la condición humana, que buscan emocionar y explorar nuestros sentimientos, dando voz a extraordinarios realizadores y dejando obras memorables para la posteridad. Este año, la categoría de mejor película de animación es un claro ejemplo de ello.